PRENSA INTERNACIONAL
Junio 3, 2005
 

NOTICIAS DE CUBA
El Nuevo Herald

Arrecian el control policial en el transporte en La Habana

Wilfredo Cancio Isla , El Nuevo Herald. 2 de junio de 2005.

En respuesta a las crecientes manifestaciones de indisciplina social, las autoridades cubanas impondrán severas sanciones contra quienes afecten el funcionamiento del transporte público en La Habana.

A los históricos problemas de la carencia de flotillas, la imposibilidad de mantenimiento por falta de piezas y el hacinamiento en los vehículos, se han añadido ahora actos de violencia callejera, asociados muchas veces con el descontento popular.

El plan de medidas --en vigor desde el pasado domingo-- contiene 14 instrucciones elaboradas por el Ministerio del Interior (MININT) y dispone el procesamiento penal para infracciones que van desde colgarse con bicicletas o patinetas por la parte trasera de los ómnibus hasta los robos y riñas entre los pasajeros, según conoció El Nuevo Herald.

Las instrucciones apuntan a un aumento significativo de la vigilancia dentro de los llamados ''camellos'' (camiones adaptados) y otros ómnibus metropolitanos, así como en paradas, terminales y tramos viales con altos índices de indisciplina.

''Se van a reforzar los dispositivos de la Policía Nacional Revolucionaria [PNR] para atacar a este problema, pues hay muchas quejas de la población'', dijo desde La Habana una fuente vinculada con el proyecto. "No va a haber contemplaciones''.

La fuente indicó que ''hay preocupaciones al más alto nivel'' sobre el incremento de acciones vandálicas contra el transporte público en la capital, con una población de 2.2 millones de habitantes.

La pasada semana durante una reunión entre altos funcionarios del MININT y el Ministerio del Transporte (MITRANS) se abordó el impacto social de estas indisciplinas y se presentó el plan preventivo.

En los últimos años los actos de carterismo, fraude en el cobro del pasaje y apedreamiento de los autobuses a su paso por ''barrios conflictivos'' y zonas periféricas de La Habana, provocaron una crisis en el transporte urbano, reconocida incluso por los medios oficiales.

''El tema de la indisciplina pública es cada vez más notorio'', declaró el disidente Vladimiro Roca. 'Las guaguas están desbaratadas y hay muchos jóvenes montados en ellas 'inventando' y cometiendo delitos''.

El activista consideró que esta situación es también el resultado de "la inconformidad y la rebeldía latentes en la población, especialmente de los jóvenes''.

La situación se agrava notablemente en los meses de verano, cuando miles de jóvenes disfrutan de las vacaciones escolares.

Sólo en el 2004 la Empresa Provincial de Omnibus de La Habana recibió 1,780 quejas sobre maltratos, agresiones y excesos de pasajeros en los ómnibus.

Los funcionarios del MITRANS han reconocido que las violaciones en el cobro del pasaje son extendidas y causan anualmente sustanciales pérdidas a la economía nacional, pero la alarma está ahora en tropelías mayores e imparables.

Los adolescentes y jóvenes acróbatas que arriesgan sus vidas colgándose detrás de los autobuses, actúan generalmente después de romper los focos y ''acomodar'' a su antojo el lugar para agarrarse.

Dentro de los ómnibus aglomerados --en ocasiones con hasta 160 pasajeros-- han comenzado a proliferar peleas tumultuarias, con severas lesiones para los implicados e incluso los choferes.

Pero las agresiones más alarmantes para el gobierno son los apedreamientos de ómnibus que transitan por zonas de Centro Habana o barriadas como San Miguel del Padrón, aprovechando los cortes de electricidad y las deficiencias del alumbrado público.

Decenas de vehículos han quedado inmovilizados hasta por 60 días tras la rotura del parabrisas, cuya reposición cuesta unos $400.

La PNR está trabajando en coordinación con los comités de barrio --los llamados CDR-- para identificar los potenciales vándalos en cada vecindario.

Según datos de los funcionarios del Transporte en La Habana, durante el pasado año el organismo compró 7,000 luces para los ómnibus, de las cuales apenas queda un 15 por ciento debido a las frecuentes roturas por actos vandálicos.

Fallece en el exilio prominente médico cubano

Andrés Reynaldo, El Nuevo Herald. 2 de junio de 2005.

Alfonso Pérez Farfante, pediatra cubano con una eminente carrera en la isla y Estados Unidos, murió el jueves en su hogar de Coral Gables. Tenía 84 años.

Durante más de cincuenta años, Farfante, a quien tanto sus pacientes como sus amigos y familiares llamaban Popo, destacó por su profunda humanidad, sus amplios conocimientos de medicina y un particular don para tratar con los niños.

''Era increíble ver lo bien que se llevaba con los muchachos'', comentó el doctor Otto García, quien lo conoció desde sus tiempos de estudiante en la Universidad de La Habana.

Nacido el 24 de agosto de 1920, en Güira de Melena, comenzó a ejercer desde fines de la década de 1940 en el Hospital Municipal de Infancia de la capital. Por su entusiasmo y dedicación muy pronto se convirtió en uno de los pediatras más respetados del país.

En 1970, ya con 50 años, retomó su práctica en Miami. No tardó tampoco en establecerse como una figura admirada por pacientes y colegas. Silvia Muray, ex directora del departamento internacional de Miami Children's Hospital, precisó que todavía hoy Farfante es una presencia inspiradora para esa institución. Sirvió también como jefe del servicio de pediatría del Hospital Mount Sinai, de Miami Beach, y tuvo una trayectoria sobresaliente en el Mailman Center, del Hospital Jackson Memorial, en Miami.

Ya retirado, siguió brindando sus cuidados como voluntario en la clínica adscrita a la Iglesia de San Juan Bosco, en La Pequeña Habana. Monseñor Emilio Vallina, a cargo de esa parroquia, dijo que Farfante ofreció allí tanto sus inestimables saberes como su aporte económico.

''Para mí es una gran pérdida'', comentó Vallina.

Durante los últimos años, la salud de Farfante inició su declive. Al cabo de graves recaídas, el pasado martes decidió abandonar el Hospital Mercy, de Miami, y dejar de tomar las medicinas que ya no podían salvarle.

''Fue médico hasta el último día'', observó su sobrino, el arquitecto Raúl G. Pérez.

A las 9 a.m. del jueves, rodeado de familiares en una habitación iluminada por sus cuadros favoritos, y con media ciudad a la expectativa del teléfono, se apagó su existencia marcada por el afán de curar, la generosidad y la alegría.

Hombre de proverbial conversación, extensa cultura y destilada experiencia, Farfante fue médico de cuerpos y de almas, de chicos y de grandes. Hasta el momento final, la puerta de su casa se abría desde el amanecer hasta la medianoche. Para sus amigos, era una fiesta compartir la fulminante ironía, la minuciosa memoria y los exquisitos gustos de un carácter forjado en los contrastes de su demandante vocación y su heroica sed de vivir.

Le sobreviven, además de Pérez, su hermana Isabel Canet, de Key Biscayne, y sus sobrinos Carlos Pérez, en Cuba; Gerardo y Eduardo Canet, en Nueva York; y María Isabel y José Lanio, en Washington D.C.

Será velado hoy de 6 a 11 p.m. en la Funeraria Rivero, de la Calle 40 y la avenida 82, en Miami. Habrá una misa mañana sábado a las 11 a.m., en la Iglesia San Juan Bosco, en Flagler y la avenida 13 de La Pequeña Habana.

Récord de calor e inundaciones en La Habana

Agence France Presse, La Habana. 2 de junio de 2005.

Los termómetros de La Habana marcaron 36.5 grados celsius en la tarde del martes, un récord de calor para la capital cubana, que vive en estos días una sofocante canícula en una primavera que parece un fuerte preludio de lo que será el próximo verano, reportó el organismo responsable del clima.

Según el Instituto de Meteorología, esta temperatura se alcanzó a las 14H30 (18H30 GMT), dejando atrás la marca anterior de 36 grados, establecida el 21 de junio del 2004.

''Yo no quiero ver cuando llegue agosto'', es el comentario más usual en las calles de La Habana, entre sudorosos transeúntes, que intentan evadir la exposición directa de los rayos solares.

Tan notable ascenso de la temperatura obedeció a la presencia de un flujo de aire húmedo y cálido del sur, procedente del mar Caribe, en combinación con la debilidad de los vientos y la intensa radiación solar imperante, explicaron los especialistas al diario local Granma.

Los pronósticos diarios de esa institución prevén máximas de 35 grados para la zona este del país, la más calurosa de la isla, y para territorios interiores, donde las altas temperaturas no son aliviadas por la presencia del mar.

La sensación de calor es mayor por los altos niveles de humedad en la atmósfera, de alrededor del 90%, así como por los frecuentes cortes eléctricos que en estos días afectan a la isla, y que imposibilitan recurrir en ciertos momentos a ventiladores y aparatos de aire acondicionado.

''El tiempo continuará caluroso con temperaturas máximas en la tarde entre los 32 y 35 grados Celsius. En la noche oscilarán entre los 26 y 29 grados Celsius'', dijo el Instituto de Meteorología en su pronóstico para ayer.

Los especialistas descartaron que Cuba esté bajo la influencia de una ola de calor, propias de los territorios continentales, no así los insulares, que se encuentran a salvo de esos fenómenos.

La Habana amaneció bajo torrenciales aguaceros, que han impedido a muchas personas acudir a sus centros laborales y han provocado problemas en el tránsito de vehículos, debido a inundaciones en algunas de sus calles.

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