México,
Cuba y Venezuela cierran espacios a periodistas
Mael David Vallejo. La
Crónica de Hoy. México, 19 de
julio de 2005.
Las peores zonas para ejercer el periodismo
en América Latina en el último semestre
se encuentran en México, Cuba, Venezuela,
Colombia y Haití, según la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) y un estudio realizado
por el Centro para la Apertura y el Desarrollo
de América Latina (CADAL).
El documento clasifica en tres zonas (negra,
roja y marrón dependiendo del grado de
peligro que corren los periodistas para ejercer
su profesión) a los países.
En el primer rango, donde "la ley prohibe
el ejercicio de la libertad de prensa, y la ley
se cumple", se encuentra Cuba, como el peor
país para ejercer el periodismo.
Para el CADAL, Cuba "no ha registrado avances,
sino retrocesos" en la construcción
del periodismo independiente. Por su parte, la
SIP asegura que la principal preocupación
es la situación de 22 periodistas condenados
que continúan "sufriendo hostigamiento
en las prisiones".
Según ambas instituciones en el 2003 -antes
de que se produjera la "gran represión"
a los informadores- había alrededor de
100 periodistas que ejercían su labor por
fuera de la dictadura. Ahora el número
"posiblemente no llegue a la mitad".
En su último informe, la SIP dijo: "Desde
la oleada represiva que dos años atrás
llevó a 28 periodistas a la cárcel
con severas condenas, las principales agencias
de noticias y de periodismo independiente no han
logrado reestructurarse ni han vuelto a publicarse
los boletines y revistas no gubernamentales que
llegaron a distribuirse en todo el país".
De los 100 periodistas independientes en este
momento 22 están en la cárcel cumpliendo
condenas. Los que fueron liberados fue con la
condición de no ejercer el periodismo.
El informe de la SIP asegura asimismo que "las
represalias contra los prisioneros se prolongan
hasta sus familiares".
ALERTA. La zona roja -donde se encuentran México,
Haití y Colombia- para el CADAL es aquella
donde la ley protege el ejercicio de la libertad
de prensa, pero el Estado no la protege, por lo
que el periodista está en "inmediato
riesgo físico".
"La zona roja puede ser más peligrosa
para la vida del periodista que la zona negra,
sin embargo, puede haber más libertad de
prensa en la zona roja", asegura.
Según el estudio del CADAL, en México
el mayor peligro para ejercer el periodismo son
las amenazas y asesinatos impunes realizados presuntamente
por narcotraficantes, pues en el primer semestre
del año se agravó la violencia contra
los periodistas en la frontera norte, especialmente
en los estados de Tamaulipas, Sinaloa, Sonora
y Baja California.
Afirma que "en meses recientes llegaron
informes de que comunicadores de Tamaulipas están
siendo secuestrados por narcotraficantes para
amenazarlos si publican información sobre
sus actividades, o para transmitir advertencias
a los respectivos editores. Continúa: "Dos
de los cuatro periodistas asesinados durante el
último año laboraban en el estado
de Tamaulipas".
Como respuesta a la ola de violencia, el titular
de Seguridad Pública de Tamaulipas, Luis
Roberto Gutiérrez Flores, sugirió
que "los periodistas que hayan sido amenazados
podrían tramitar un permiso para portar
armas".
SIN LEY. Asimismo, para la Federación
de Asociaciones de Periodistas Mexicanos: "la
frontera norte del país parece territorio
de nadie o mejor dicho del narcopoder, donde todos
los excesos son posibles y donde impunemente se
mata a periodistas". Y agregó: "a
esto podemos añadir que el estado de Tamaulipas
ocupa el nada honroso primer lugar en toda la
República en asesinatos de informadores".
Ejemplifica: "el 31 de agosto del 2004 en
Matamoros fue asesinado el periodista Francisco
Arratia Saldierna. El 24 de septiembre de ese
mismo año Raúl Castelán Cruz,
integrante del cártel del Golfo y uno de
los presuntos asesinos fue sometido a juicio por
esa razón. El detenido confesó que
el motivo del asesinato fue la publicación
de notas periodísticas".
Otro caso similar es el que vive Colombia, donde
para ambas instituciones "existe un riesgo
muy grande de que asesinen periodistas",
sobre todo en las ciudades de Cúcuta, Barrancabermeja
o Arauca, pues aunque "hay una leve mejoría"
en la libertad que tienen los informadores para
ejercer el periodismo, sigue siendo un país
de "enorme peligro" para la vida de
los periodistas.
Cúcuta, ubicada en la zona fronteriza
con Venezuela, con una larga tradición
de contrabando y con amplios sembradíos
de coca, tiene el dudoso honor de haber sido nombrada
en el 2004 como la ciudad "más riesgosa
para ejercer el periodismo" en Colombia,
según la Fundación para Libertad
de Prensa de ese país.
Sin embargo, el alcalde, Gustavo Villasmil, ha
señalado que "nunca le habían
reportado atentados contra la prensa".
Por su parte, el informe de la SIP asegura que
"casi todos los periodistas que trabajan
allí han recibido amenazas" y los
temas que han quedado fuera de la agenda son la
corrupción pública, el narcotráfico
y el contrabando de gasolina, en especial, cuando
tienen relación con las autoridades locales.
En Haití la guerra civil que se vive entre
las distintas facciones de quienes apoyan al ex
presidente Jaen Bertrand Aristide, los restos
del ejército que ese ex presidente había
disuelto, bandas criminales y los nuevos ocupantes
del poder, hacen que en la isla los periodistas
estén "en la primera línea
de fuego".
CENSURA. La última zona, la marrón,
donde está Venezuela, es aquella donde
"la ley protege el ejercicio de la libertad
de prensa, pero el gobierno realiza censura y
acoso contra ella, aunque no están en inmediato
riesgo físico quienes ejercen el periodismo",
según el CADAL.
Asegura que la situación en ese país
"ha empeorado" para el periodismo desde
que el 15 de agosto del 2004 el presidente Hugo
Chávez obtuvo la mayoría en un referéndum
revocatorio. Desde ese momento aprovechó
ese impulso político "para aumentar
su capacidad de controlar judicialmente los medios
de comunicación".
Lo logró mediante la aprobación
de tres iniciativas de ley impulsadas en diciembre
del año pasado. Entre ellas la Ley de Contenidos
y una reforma al Código Penal que endureció
las penas relacionadas con el ejercicio de la
libertad de expresión.
Al respecto, José Miguel Vivanco, director
de la División de las Américas de
Human Rights Watch, aseguró que "la
legislación amenaza severamente la libertad
de prensa en Venezuela".
"La vaguedad de sus restricciones y las
graves sanciones que la Ley establece, constituyen
un mecanismo de autocensura contra la prensa y
un medio para la arbitrariedad por parte de las
autoridades gubernamentales" dijo.
Entre estas restricciones se cuentan el poseer
una licenciatura en periodismo para ejercer la
profesión y una ley que regula el contenido
de los medios de comunicación audiovisuales
" muy a favor del presidente", y que
establece fuertes multas, e incluso la revocación
de la licencia, para los medios que no la respeten.
Al respecto, Reporteros sin Fronteras refiere
en su informe 2004 que "teme se utilicen
estas nuevas leyes para silenciar las críticas".
"Venezuela ha ido construyendo un andamiaje
jurídico para restringir el ejercicio de
la libertad de expresión como hace Fidel
Castro en Cuba. Chávez estimula la militarización
del discurso público, cuyo principal beneficio
es presentar un escenario que justifica el bloqueo
de espacios de libertad interna, y entre ellas
la libertad de prensa", concluye el informe.
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