PRENSA INTERNACIONAL
Julio 4, 2005
 

Las novias de la patria

Manuel Vázquez Portal, El Nuevo Herald, 3 de julio de 2005.

Cuando la señora Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, estuvo en La Habana no quiso reunirse ni hablar con las Damas de Blanco y creo entender por qué.

Aunque las Madres de la Plaza de Mayo surgieron en circunstancias similares a las de las Damas de Blanco, es decir, bajo los efectos feroces de una dictadura, algunas han perdido el rumbo. Su intención primaria era la de defender la sagrada integridad de la familia. Sus hijos, sus esposos, sus nietos estaban siendo víctimas del atropello y la sevicia de una dictadura. Ellas salieron a las calles para socorrerlos, para no dejarlos padecer sumidos en el silencio. Se ganaron las simpatías y la solidaridad de la comunidad internacional. Creo recordar que yo me estremecí por ellos y por ellas y hasta me encolericé ante tanto abuso de los militares argentinos. Entonces eran una mujeres desamparadas y desesperadas clamando piedad y justicia. Merecían el apoyo que les brindó el mundo. Hoy, divididas y con intereses dispares, sirven a diferentes apetitos del espectro político, entre ellos el atolondrado izquierdismo americano. Una parte de ellas perdió la brújula inicial y anda coqueteando hasta con otras dictaduras.

Las Damas de Blanco, en cambio, no se cansan de proclamar que no tienen preferencias políticas ni religiosas. No reconocen el liderazgo de ninguna en particular ni se han organizado jerárquicamente como organización o asociación.

Son sólo una especie de novias de la patria obligadas a la ausencia de sus hombres.

Aunque nombres como el de Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, o Mirian Leiva, esposa de Oscar Espinosa Chepe, o Berta Soler, esposa de Angel Moya, se han tornado conocidos, ello no quiere decir que se proclamen, como la señora De Bonafini, presidentas o jefas de alguien o de algo. Los eventos organizados, las marchas realizadas, las peticiones de liberación, las cartas a personalidades políticas, culturales y religiosas que han enviado, aun cuando se han colegiado entre todas, han surgido espontáneamente.

El pasado Día de los Padres las vi marchar bajo la lluvia y hubiera querido, como en otras ocasiones, estar con ellas. Ya no eran el puñadito trémulo del principio, eran más de sesenta y sentí que el corazón se me aceleraba. El día que todas las mujeres cubanas se den cuenta de que sus hombres, y ellas mismas, viven en una isla bordeada de alambradas será multitudinaria e indetenible su marcha. Es la mujer cubana la que más ha padecido el casi medio siglo de castrismo. Son ellas las que han cargado el rudo fardo de la escasez y la pobreza. Son ellas las que han soportado la doble esclavitud --en el empleo y el hogar-- de un régimen machista, falocrático y partisano. Son ellas las que han llorado y resistido. Son ellas, cáliz donde surge la vida, las que alumbrarán, en el doble sentido de alumbramiento, el camino de una sociedad que se muere.

Las Damas de Blanco han abierto la senda exigiendo la libertad de sus familiares encarcelados injustamente. ¿Qué ocurriría si todas las mujeres cubanas marcharan, pacífica, tiernamente por las calles de Cuba exigiendo les devuelvan todo lo que les ha sido arrebatado?

IMPRIMIR



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:


CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster