POLITICA
Tiempos diferentes
José Antonio Fornaris, Cuba Verdad
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - El pasado
fin de semana me invitaron a ver una grabación
de una persona conocida que hace tres años
emigró a Estados Unidos. Cuando llegué
a la casa toda la familia estaba reunida, viendo
por cuarta ocasión el filme de factura
casera.
Amables, cuando llegué, dieron atrás
a la cinta para que yo pudiera ver lo que parecía
un mensaje político. El protagonista de
la grabación decía a los de acá
que no se buscaran muchos problemas, que en Miami
los políticos (se estaba refiriendo a conocidas
personas que en el exilio actúan abiertamente
contra el gobierno de Castro) se reúnen
en un restaurante, se comen un bistec gordo y
grande (por las medidas que dio utilizando las
manos debe de ser media vaca para cada uno) y
que así no van a tumbar a Fidel, y que
por eso él no ayuda ni participa en nada.
A la persona que me invitó a ver la grabación,
no a toda la familia, porque hubiera sido una
descortesía de mi parte, le dije luego
que en Miami cualquiera podía comerse un
bistec del tamaño que quisiera, que era
usual reunirse en un lugar público porque
allí hay libertad para todo eso, y que
muy probablemente algunas de esas personas había
pasado muchos años de prisión en
Cuba.
Hay muchos que se buscan justificaciones para
no hacer nada. Aquí me he encontrado con
individuos que me han dicho que con papelitos
y hablando no se cambia un gobierno, que hay que
hacer otras cosas. Cuando les he dicho que comiencen
ellos a hacer esas cosas, que otras personas los
van a seguir, o que me den el nombre para ponerlo
en una lista para si en algún momento hay
necesidad de hacer esas otras "cosas",
inmediatamente cesa su ardor bélico.
Otros me han hablado de lo sacrificado que era
José Martí en el exilio. Bien. Martí
siempre andaba vestido de negro y cargaba él
mismo los fardos del periódico Patria.
Pero Martí era único en casi todos
los aspectos, por algo es nuestro Apóstol.
Pero además, ¿cómo sería
la actitud de Martí en estos tiempos? A
lo mejor andaría en el carro del año
y también se reuniría en un almuerzo
de trabajo.
Dicho sea de paso, la persona del mensaje tiene
un carro del año y es un simple obrero.
Si lo obtuvo con su esfuerzo honesto y eso le
hace sentir triunfador, aplausos.
Creo que los que están en el exilio, no
importa dónde, si desean ayudar o dar algún
aporte a los que están acá, no tienen
que transitar por ningún "político".
Simplemente pueden averiguar la dirección
de los familiares de alguno de los cientos de
presos políticos que hay en las cárceles
del régimen de la Isla o de alguno de los
muchos opositores pacíficos que están,
como se dice en buen cubano, comiéndose
un cable (algunos ya hasta le metieron mano al
poste), y enviarles lo que estimen conveniente.
En este caso, repito una frase que le oí
decir hace pocos días a un sacerdote cristiano:
"El bien también es contagioso".
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