SOCIEDAD
La
chivichana
Adrián Leiva, Grupo Decoro
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - Los niños
cubanos han tenido que ingeniárselas para
confeccionar juguetes artesanales a falta de los
inexistentes o que resultan demasiado caros para
la economía de sus padres, como bicicletas,
carriolas y similares. Uno de estos típicos
inventos criollos es la llamada chivichana, palabra
propiamente cubana que no tiene traducción
a otras lenguas, ni aún dentro del mismo
español.
Las chivichanas son artefactos construidos de
tablas de madera que se montan en forma de cruz,
formando una especie de T. Sobre la tabla principal
o central pueden sentarse hasta dos personas,
según el tamaño de las mismas. En
la parte trasera se monta otra traviesa de menor
tamaño y estática en cuyos laterales
se colocan los rodamientos compuestos por cajas
de bolas. La tabla delantera, que es más
alargada, lleva a su vez otro rodamiento de un
diámetro que puede ser mayor y colocado
de forma que pueda rotar en un ángulo de
noventa grados.
Mientras unos niños se montan sobre la
chivichana, otros la impulsan en veloz carrera,
y el que va sentado en la parte delantera controla
la dirección por medio de los pies. En
las pendientes inclinadas estos armatostes alcanzan
una gran velocidad ayudados por la gravedad, no
siendo entonces necesaria la cooperación
para la impulsión.
Lo curioso realmente lo pude ver hace unos días
en uno de los programas transmitidos por la televisión
cubana, en un reportaje sobre estos medios de
diversión utilizados como medio de transporte
en el municipio montañoso de Bartolomé
Masó de la provincia de Granma.
Lo que para los niños de la capital constituye
motivo de juego sobre una rústica carretilla
para los pobladores de aquella zona oriental del
país ha pasado a ser un imprescindible
medio para trasladarse a cortas distancias. La
falta de transporte se torna mucho más
crítica en el interior de la isla. Ello
ha hecho que los pobladores del territorio utilicen
este invento infantil para asuntos de mayor importancia,
como el traslado de un enfermo desde su casa al
centro médico más cercano. Según
lo recogido en el material hasta los heridos de
un accidente fueron auxiliados en estos rudimentarios
medios, al faltar ambulancias en el lugar.
También su uso se ha generalizado para
necesidades cotidianas: ir a la escuela, traslado
de mercancías, entre otros. Hombres y mujeres
viajan loma abajo con sus chivichanas por las
carreteras, en lo que puede constituir una forma
de paseo.
Mientras disfrutaba del "ameno" documental
no podía dejar de pensar en la posibilidad
de la inventiva de algún criollo que busque
utilizar estas carretillas improvisadas para correr
sobre el agua. Tal vez consiga patentar la chivichana
acuática. La distancia escogida para efectuar
la prueba será seguramente bastante larga
pero no faltará una multitud que le ayude
a empujar durante el experimento.
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