DISIDENCIA
El movimiento pro derechos humanos cumple 29 años
Tania Díaz Castro
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - El 28 de
enero se conmemora el XXIX aniversario del Comité
Cubano Pro Derechos Humanos de Cuba, cuyos primeros
documentos, redactados principalmente por Ricardo
Bofill Pagés, su presidente y creador,
fueron enviados a Amnistía Internacional
y a la Organización de Naciones Unidas,
denunciando graves violaciones a los derechos
humanos de la población cubana, fusilamientos
y farsas judiciales.
Como semilla que geminara en árbol frondoso
y con innumerables ramas, creció y se multiplicó
este movimiento de derechos humanos. Hoy se cuentan
por miles los activistas que luchan en toda Cuba
por la justicia social, miembros de organizaciones
de carácter pacífico: liberales,
demócratas, conservadores, socialistas
y otros. Con una filosofía muy propia,
basada en el principio de la no violencia.
A lo largo de estos años ni un solo tiro
se ha escuchado de parte de estos activistas.
Sin embargo, cientos de ellos han sido condenados
a largos años de cárcel o han muerto,
como es el caso de Sebastián Arcos Bergnes,
a quien la Dra. Marta Frayde, fundadora del Comité
Cubano Pro Derechos Humanos de Cuba cita como
"un ejemplo que servirá de inspiración
a la futura sociedad civil cubana".
Los activistas de los derechos humanos no han
dejado jamás de ser vigilados, reprimidos,
amenazados, golpeados, torturados en celdas tapiadas
de la policía política de Fidel
Castro. A pesar de esta difícil realidad,
su consigna es el amor, el respeto a la vida y
a la paz.
El movimiento de derechos humanos en Cuba no
sólo denuncia al mundo las violaciones
cometidas por el régimen castrista contra
una población indefensa, sino también
los salarios humillantes que reciben hombres y
mujeres trabajadores; los privilegios de los extranjeros
y de la clase política; la falta de libertad
y la persecución política y policíaca
que sufren aquéllos que prefieren el libre
comercio. Prepara a la población y establece
las bases para una transición democrática.
El pueblo cubano, más empobrecido que
nunca, con un atraso de medio siglo, apoya en
silencio al movimiento de derechos humanos. Lo
respeta, lo admira y comprende el vía crucis
por el que atraviesa; la fuerte campaña
de descrédito y calumnias de que es víctima
en los medios de divulgación, todos en
manos del gobierno.
La lucha es muy desigual. Ningún activista
tiene derecho a réplica en programas de
la televisión donde se le difama. Jamás
ha salido un vídeo o una foto de la humilde
vivienda de una sola familia de los 75 activistas
condenados a largos años de cárcel
durante la primavera de 2003, acusados de mercenarios
al servicio de Estados Unidos.
Como en la India, que logró su independencia
con el silencio de un ejército compuesto
por un pueblo inconforme, y dirigido por ese pequeño
hombre de alma grande llamado Mahatma Gandhi,
así Cuba triunfará sobre el mal,
que no es otra cosa que hambre, represión,
tiranía.
Activistas de los derechos humanos en prisión,
como el Dr. Oscar Elías Biscet, Héctor
Palacios Ruiz, Miguel Galbán, Mario Enrique
Mayo, los hermanos Sigler Amaya y los hermanos
Ferrer; los periodistas independientes Héctor
Maseda, Adolfo Fernández Sainz, Normando
Hernández y muchos otros, no han vacilado
ni un instante en demostrar su fuerza espiritual.
Representan a los que están por ponerse
en pie. Son nuestro orgullo y razón de
continuar, porque como dice el sabio griego: "En
todo tened presente el fin".
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