SOCIEDAD
Semblanza de una feria
Alejandro Tur Valladares, Cubanacán
Press
CIENFUEGOS, enero (www.cubanet.org) - A partir
del 24 de diciembre, se celebró en la céntrica
Calzada Dolores, de la ciudad de Cienfuegos, una
feria con motivo de fin de año, bajo el
slogan "Feria del agro. Sí se puede".
Con gran variedad de opciones gastronómicas
y de termos de cerveza a granel, los organizadores
de la feria logran la masividad que por méritos
propios las ofertas del agro jamás lograrían.
Durante estas fiestas de la agricultura cubana,
los escasos recursos con que cuentan los organismos
como el Ministerio de la Agricultura o el Ministerio
del Azúcar, son concentrados en un mismo
lugar, en quioscos rústicos o las plataformas
de camiones, buscando crear, por medio de un hábil
juego de iluminismo en masa, una sensación
de abundancia.
Después de hacer un recorrido de principio
a fin por la céntrica avenida, el cienfueguero
puede percatarse de cómo están organizadas
"las piezas del juego". Los mismos productos
se repetían una y otra vez en cada cuadra,
bajo apariencias distintas. Digamos, por ejemplo,
la natilla, en una cuadra se expendía a
granel, y en la siguiente en bolsitas de nylon.
La cebolla podía ser adquirida aquí
en mazos de cinco unidades, y más adelante
en ristras. Lo importante era impresionar el subconsciente
del pueblo, demostrándole que la feria
tenía gran variedad de productos.
El otro ardid utilizado para llenar los descomunales
espacios de la extensa avenida fue la colocación,
entre una oferta del agro y otra, de puestos gastronómicos,
quioscos de venta de cerveza, carritos de fritas,
mesas con la venta de cualquier cosa y enormes
bafles de donde salía música estridente.
No por gusto le escuché decir a un transeúnte
que aquello se parecía más a un
carnaval que a una feria.
Es cierto que en algunos casos el importe de
los productos ofertados es inferior a los que
normalmente venden los mercados del estado, pero
esta regla no se cumplía en otras cosas,
sin saber el por qué, aunque se puede especular
que fue debido, o bien a la alteración
de los precios establecidos oficialmente por finanzas
y precios, o por los dependientes, con el objetivo
de robar al pueblo y obtener ganancias individuales;
o tal vez a trabas burocráticas que terminan
siempre perjudicando al cliente.
Si bien se anunció que la feria se había
organizado con el objetivo de festejar el fin
de año, los propósitos reales que
la animan no le quedan claro al ciudadano promedio.
Por un lado, la fecha de inicio, el 24 de diciembre,
tiende a confundir, porque muchos la relacionan
con la Navidad. Y por otro lado, la exposición
al público de banderas del 26 de Julio
y pancartas con mensajes afines al sistema político
imperante, pudiera llevar a pensar que la actividad
está en sintonía con las festividades
que cada año los comunistas promueven para
rememorar la llegada al poder de Fidel Castro,
el primero de enero de 1959.
Sean cual sean los propósitos que la animan,
lo cierto es que estando en medio de aquella multitud,
recordé la frase que muchos atribuyen a
Julio César: "Al pueblo pan y circo".
Ya de retirada pude apreciar cómo siendo
apenas el mediodía, muchas ofertas se habían
acabado, y otras estaban en fase de extinción.
Las colas se hacían ahora más agitadas,
la agresividad crecía, y la ola humana
constituía ahora un maremoto que amenazaba
en convertir la avenida en el escenario de una
gran batalla.
|