DISIDENCIA
Las Damas de Blanco
Guillermo Fariñas Hernández,
Cubanacán Press
SANTA CLARA, enero (www.cubanet.org) - Es cierto,
el año 2004 ya es historia, y el 2005 se
perfila como crucial para la atomizada sociedad
civil emergente cubana. El programa de diálogo
nacional continúa a todo vapor. La coalición
Todos Unidos anunció una segunda parte
de sus "36 medidas", y la Asamblea para
promover la Sociedad Civil en Cuba convocó
a un parlamento opositor el próximo 20
de mayo.
Los aires represivos, aunque ahora congelados,
soplan fuertes, porque de todos es conocido cómo
suceden los ciclos represivos-tolerantes del gobierno
cubano. Ya son pocos los que se dejan engañar
ante la aparente calma.
Pero deberíamos preguntarnos: ¿Qué
evento fue el más significativo en el pasado
2004 en el ámbito pro-democrático?
No pocos entendidos resaltan la consolidación
de las bien llamadas Damas de Blanco. Ellas son
las esposas, hijas, madres, hermanas y sobrinas
de los prisioneros políticos y de conciencia.
La oposición pacífica y pública
criolla quedó menguada y hasta dispersa,
como aterrorizada, tras los juicios sumarísimos
de abril de 2003, con su secuela de desproporcionadas
condenas.
Fue en ese momento cuando el mal llamado "sexo
débil" dio un paso al frente, inesperado
para los tanques pensantes de la represión
nacional. Ellas tomaron las calles, las plazas
y las emisoras de radio extranjeras. Además,
concedieron conferencias de prensa a medios acreditados
en el país.
No se dedicaron a derramar lágrimas o
a lamentarse. Ocuparon con naturalidad los puestos
de sus encarcelados hombres, y tomaron las calles
en marchas pacíficas. La iglesia de Santa
Rita de Casia, en el capitalino municipio Playa,
se ha convertido, semana tras semana, en su cuartel
general.
Al éxito de estas "Marianas Grajales"
contemporáneas ha ayudado la feroz represión
y las condiciones paupérrimas en que sobreviven
sus hombres, así como la gallardía
con que éstos han asumido su honorable
calvario.
El apóstol Martí escribió:
"No hay causa imposible cuando en ella se
alista el alma de la mujer". A veces para
que una locura autocrática se derrumbe
hace falta que ese movimiento social venga precedido
de un vestido blanco, cubriendo el cuerpo de una
mujer.
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