RELIGION
Dos letras y un destino (I)
Ariel Delgado Covarrubias
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - De tradicional
pasa casi a folclórico el que entre los
creyentes cubanos se debata entre dos la prominencia
de la llamada Letra del Año, el vaticinio
que Orula ofrece a Cuba y al mundo acerca de los
principales acontecimientos a esperar en el año
que comienza.
Por una parte, los "históricos"
de la Comisión Organizadora de la Letra
del Año "Miguel Febles Padrón",
que tienen a su haber el rescate de las ceremonias
para esa actividad y que no constituyen una organización
administrativamente hablando. Y su contraparte,
la Asociación Cultural Yoruba de Cuba,
que también saca su Letra, de menor eficacia
en el análisis de los sucesos futuros nacionales
e internacionales. Son las dos Letras más
divulgadas y seguidas en Cuba y el extranjero.
Para este año 2005 la Comisión
sacó Ofún Tempolá, de vaticinios
difíciles, ante la cual los babalawos se
dan un golpecito en los labios y se untan manteca
de corojo con sal para poder hablarla. Su profecía
es Iré Arikú, un bien de salud que
en este caso es proporcionado por Shangó,
divinidad reinante en este año y que se
hace acompañar por Oyá, la dueña
de los vientos, las centellas, los mercados y
la secretaria del cementerio.
Este pronóstico indica que va a ser un
año donde la salud debe ser la principal
preocupación de todos, pues habla de enfermedades
contagiosas que causarán retos a las ciencias
médicas. Pero como viene con Iré,
no es de extrañar que esas ciencias avancen
determinantemente en su lucha por derrotar a esa
pandemia universal que desde hace años
nos azota, el sida. De todas maneras, el consejo
es muy bueno aplicarlo para todos.
Ofún Tempolá tiene los siguientes
refranes: "Cabeza verde, cabeza hueca",
y "Cuando hay cabeza el sombrero no se lleva
en las manos". Evidentemente habla de la
inteligencia, y si se tiene en cuenta que el pasado
año rigió Eyiogbe, un signo que
también trata sobre las cabezas y su profecía
fue una suerte de inteligencia, se puede establecer
bien fácil la relación entre ambos
años en el sentido de que no sólo
las guerras se tienen que ganar con ese elemento
intelectual del que carecen muchos humanos y a
veces los que la tienen no quieren utilizarla.
El actual signo regente dice que la lengua se
adelanta al hablar a lo que piensa el cerebro,
de ahí la acción de los sacerdotes
de Ifá de golpearse levemente los labios,
aunque a muchas otras personas lo que se les debe
aplicar es un soberbio gaznatón. Hay que
pensar lo que se va a decir, porque las consecuencias
pueden ser desastrosas. Y éste es un año
donde una cualidad tan nefasta como la intriga
va a estar de moda, conllevando a problemas que
en el orden internacional pueden desembocar en
guerras de ocupación de territorios, con
muy malas consecuencias y que deben ser evitadas.
Un camino de Ofún Tempolá lleva
a una estimulante conclusión: Los que han
sido despojados y no tienen nada, pero conservan
su fe, paciencia y dedicación, serán
restituidos de lo perdido. Y los que tienen mucho,
mucho perderán si no son capaces de vivir
con las leyes de la vida y la tierra.
También orienta a los que hayan cometido
errores a rectificarlos, cosa de sabios y en este
caso de normal inteligencia. Eso sirve para todos,
el problema será el que cada cual los admita
como primer paso para rectificar, y para ello
no hay que publicarlos en un dazibao (mural chino
donde en la Revolución Cultural se publicaban
las críticas y autocríticas individuales)
ni tampoco tienen que convertirse en un látigo
para auto flagelarse al mejor estilo cristiano
del medioevo.
Buenos consejos cuando la disidencia cubana está
enfrascada en la batalla por la liberación
de los presos de conciencia que cayeron en las
penosas jornadas de marzo de 2003, restando tiempo
y atención a otras actividades más
perentorias y fructíferas en aras de los
cambios pacíficos y democráticos
que Cuba y la mayoría esperan.
No es de extrañar que el presidente cubano
haya comprendido el error represivo cometido,
y su lengua no quiera reconocerlo públicamente
para no cambiar su posición de inefable.
Pero este año se presenta propicio a que
con alguna buena voluntad, buenas razones y buenos
consejos, los presos puedan alcanzar su esperada
libertad.
Pero, conociéndolo bien, sabemos que el
caudillo nunca aceptará negociar ante presiones
o amenazas, y aquí está en juego
la continuación del sufrimiento de los
encarcelados y sus familias. Es buen consejo moderar
el lenguaje, y hacer lo que se dice en política,
"tender puentes de plata" para que el
adversario haga lo que políticamente es
correcto hacer. Las amenazas, las presiones, los
insultos y chantajes no son métodos que
en la política hayan demostrado su eficacia.
Por otra parte, el año no indica grandes
cambios, pero sí una maduración
consecuente para llegar al momento de los mismos.
Como el anterior, este año sigue advirtiendo
que sólo la inteligencia nos salvará.
¿Y qué nos anuncia la Letra de
la progubernamental Asociación Cultural
Yoruba de Cuba? Análisis aparte merece
su contenido.
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