POLITICA
El discípulo amado y los muertos de Venezuela
Juan González Febles
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - En días
pasados salieron a relucir los muertos de Venezuela.
Se trata de médicos y personal técnico
enviados a ese país. Son las piezas de
pago por el petróleo y otros renglones
enviados por el mandatario venezolano. Los elementos
vitales que envía para apuntalar a su mentor,
guía e inspirador de La Habana. No se conocen
las circunstancias exactas de la muerte de los
cubanos De no ser por el pronunciamiento de Chávez,
todo andaría oculto.
Hasta el momento, sólo se conocía
la muerte de uno de los médicos. Se dijo
que a consecuencia de un "episodio pasional".
Chávez dio a conocer la mala nueva. Lo
hizo en medio de un almibarado intercambio de
loas y lisonjas triunfalistas con Fidel Castro.
La prensa oficial y la Mesa Redonda no han hecho
mención al suceso.
Para muchos, Chávez sorprendió
a Castro con el anuncio. Es proverbial la falta
de respeto del régimen castrista al pueblo
cubano. Este último es ignorado. No se
le consulta para la toma de decisiones de importancia,
y se le oculta información sobre temas
que las autoridades consideran escabrosos.
Hoy, los rumores sobre desgracias y peligros
en Venezuela han resultado fundados. Para algunos,
estamos en el preludio de otra peligrosa aventura
"internacionalista". Quizás el
infortunio de estos siete compatriotas sea sólo
un anuncio o la punta de un iceberg de mayores
proporciones.
La violencia siempre ha sido el fuerte de los
castristas. Violencia para ganar el poder. Violencia,
represión y mentiras para retenerlo. El
régimen castrista está aislado.
El aislamiento representa su colapso. Su tiempo
se acaba y lo saben.
La indiscreción del teniente coronel Chávez
pone sobre el tapete una vieja cuestión.
Se trata de los derechos negados al pueblo cubano
por el gobierno de Fidel Castro. Se trata de la
coacción inducida por la miseria a que
se somete al pueblo cubano. El pésame del
Sr. Chávez y el silencio del Sr. Castro
de nada sirven a las madres de nuestros siete
compatriotas. Sus hijos están muertos y
eso nada podrá cambiarlo.
No lo estuvieran si las prioridades del régimen
fueran otras. Pero poco puede esperarse de un
gobierno que realiza maniobras militares en la
vecindad de la Navidad. Que quema los pocos recursos
existentes en fuegos de artificio castrenses.
Que fusila a tres jóvenes para intimidar
y desestimular al resto en su afán de escapar
del país. Que usa la miseria como arma
contra su propio pueblo.
El cuanto al señor presidente Chávez,
ya no se trata del discípulo amado, joven
e inmaduro con quien se debe ser condescendiente.
Ahora es el flamante comandante líder de
Latinoamérica. Quien da petróleo
y algo más. Esta condición de dador
y la costumbre de lidiar con una prensa libre
le traicionaron.
Por lo pronto, dejó sobre el tapete en
La Habana el destino incierto de los cubanos que
le sirven en Venezuela.
Existe otro peligro real de que los hijos e hijas
de estas tierra mueran alimentando la hoguera
del llamado internacionalismo. Se vislumbra otro
nuevo eje anti democrático y anti norteamericano.
El discípulo amado y su viejo mentor lo
alientan. Se moverá con petróleo
de Venezuela y sangre joven de Cuba. Estemos alerta.
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