SOCIEDAD
En el 2005, seguimos igual
Miguel D. Tejeda Tenorio, Cubanacán
Press
SANTA CLARA, enero (www.cubanet.org) - Estamos
ya viviendo un nuevo año. Un refrán
popular muy arraigado en el mundo es el de "año
nuevo, vida nueva". En el mundo civilizado,
libre y democrático, las personas con la
llegada del año hacen planes de todo tipo,
existen nuevas aspiraciones en diversos aspectos
de la vida, como si se enfrentaran a nuevos retos
a pesar del temor que como seres humanos tenemos.
En Cuba, la llegada del año no constituye
un gran acontecimiento. El inmovilismo social
y político en que hace ya 46 años
está sumida la nación, ha hecho
que perdamos ese aliciente que nos entrega nuevos
bríos para enfrentar las tareas.
Los medios de información y comunicación
masiva, controlados por un estado totalitario,
nos muestran a espías como héroes,
a niños leyendo discursos preparados llenos
de odio y rencor con epítetos insultantes,
imposibles de ser generados por sus mentes infantiles,
contra personalidades públicas de otras
naciones, en tribunas abiertas ante miles de personas,
quienes obligadas por las circunstancias, tienen
que asistir a un show diferente, todas las semanas
enarbolando banderitas cubanas de papel como las
ideas que promulgan.
Por su parte, periodistas oficialistas manipulan
la información con verdades a medias, criticando
las condiciones sociales, políticas y económicas
de otros estados pero incapaces de analizar las
que tienen ante sus propias narices. Permaneceremos
siendo, además, el país menos informado
del mundo, debido al control total de toda la
información que a través de la Internet
pueda llegar a la población.
En los centros de salud destinados a la atención
de la población, en el año que comienza,
continuaremos con la falta de higiene en hospitales,
clínicas y consultorios médicos,
la escasez de materiales higiénicos, sanitarios,
quirúrgicos y estomatológicos; la
falta de ropa de cama y de dormir para los ingresados
estará presente, la ausencia de médicos
por estar la mayoría cumpliendo de forma
obligatoria con programas de salud en países
distantes geográficamente, sustituidos
por alumnos exentos del conocimiento necesario
para enfrentar el trabajo.
En los hogares de ancianos también se
presentan las mismas condiciones que en las unidades
hospitalarias, pero se sigue insistiendo en que
somos una potencia médica. Otro aspecto
importante y que no quieren reconocer las autoridades
de la Salud es la salida ilegal creciente de médicos
y especialistas que solicitan su salida definitiva
del territorio nacional, la que les es retenida
por cinco años bajo una presunta ley que
ha convertido a miles de galenos en reos políticos.
En el sector constructivo, la edificación
de viviendas por el estado es insuficiente, mientras
se continúa frenando la iniciativa individual
para la reconstrucción y ampliación
de los hogares. En Cuba actualmente conviven hacinadas
dos y hasta tres generaciones y matrimonios sin
privacidad y sin esperanzas de contar con un hogar
decoroso, mientras que las casas confiscadas a
emigrantes legales son utilizadas como oficinas
estatales, casas de visitas de organismos o para
resolver algunos escasos "casos sociales".
Existen aún miles de personas que llevan
años viviendo en albergues por haber sufrido
afectaciones en sus hogares por fenómenos
atmosféricos. A otros, que continúan
en inmuebles inhabitables, las autoridades no
son capaces de entregarles los materiales constructivos
para repararlas por su propia cuenta.
El cubano de a pie tendrá que seguir transportándose
en carretones de caballo, bicicletas y otros medios,
mientras que los cientos de autos, microbuses
y ómnibus asignados a empresas, dirigentes
y funcionarios estatales siguen siendo utilizados
para resolver problemas particulares, incapaces
de recoger a sus semejantes embarcados en carreteras,
avenidas y calles. El simple ciudadano de este
país no tendrá nunca acceso a adquirir
un vehículo moderno de motor aunque cuente
con los medios económicos. El combustible
a particulares continuará perdido en moneda
nacional y se continuará adquiriendo a
precios exuberantes en el mercado subterráneo
o pagándolo en moneda dura en los Servicentros
que operan en divisas.
Se realizarán grandes esfuerzos por seguir
desarrollando la entrada al país de turistas
extranjeros, pero a los discriminados ciudadanos
cubanos se nos continuará negando el acceso
a los hoteles, a pesar de que la propia Constitución
refrendada en 2002 plantea que tenemos también
derecho a su disfrute, ya que son "propiedad
del pueblo". Es sabido que instalaciones
hoteleras ubicadas en playas, balnearios y ciudades,
administradas por empresas como Isla Azul, Cubanacán,
Horizontes, Gran Caribe y otras, prefieren mantener
bajos niveles de ocupación antes que prestar
servicios a los turistas nacionales tanto en moneda
nacional como en pesos convertibles, que es ahora
la divisa autorizada.
Para los cubanos en 2005 seguirán siendo
la base de su canasta familiar los productos adquiridos
en los mercados agropecuarios estatales y de cadena
de comercio interior con precios muy por encima
del nivel de adquisición del simple obrero.
Mientras, solamente cuatro productos fueron vendidos
por la libreta de racionamiento para iniciar el
año (arroz, azúcar refino, azúcar
crudo y chícharos) en cuotas que no alcanzan
para 10 días. A los niños se le
seguirá retirando la leche a los 7 años
de edad y los que arriben a la tercera edad no
podrán tampoco adquirir este producto tan
necesario por el calcio que aporta.
El vestir y calzar continuará siendo este
año un lujo y sólo podrán
tener hacerlo los que puedan recibir divisas extranjeras,
al igual que para la adquisición de efectos
electrodomésticos y enseres del hogar.
Así, sin ninguna diferencia a los años
anteriores, hemos comenzado los cubanos el 2005.
Sólo los que estamos empeñados por
lograr de forma pacífica restablecer un
estado de derecho con una verdadera democracia
en nuestro país tenemos la esperanza de
que este año, al final del túnel,
tengamos un destello de luz, pues como sabemos,
todo tiene su tiempo.
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