Apuntala a Castro el crudo venezolano
Casto Ocando, El
Nuevo Herald. 22 de febrero de 2005. La deuda que Cuba mantiene
con Venezuela por la factura petrolera superó el año pasado la barrera
de los $2,500 millones en los cinco años de existencia del acuerdo, lo
cual, de hecho, hace que los aportes del gobierno de Hugo Chávez significan
ya un 20 por ciento de los ingresos totales de la economía de la isla caribeña. Según
expertos, ex altos funcionarios de la industria petrolera venezolana y operadores
del mercado petrolero latinoamericano consultados por El Nuevo Herald, una buena
parte de los cargamentos de petróleo y derivados autorizados por el gobierno
de Chávez en favor de Cuba, que ya ascienden a unos 80,000 barriles diarios,
son revendidos en mercados de Centroamérica y el Caribe por corredores
de la empresa de petróleo Cupet que trabajan en estrecha relación
con la estatal venezolana Pdvsa, generando hasta $1,000 millones en ingresos anuales
para la economía de Cuba. Expertos petroleros aseveran que buena
parte del petróleo que PDVSA está enviando a Cuba es negociado por
los cubanos a través de acuerdos con compañías petroleras
europeas que funcionan en Centroamérica. ''Los envíos ni siquiera
llegan a Cuba. Son negociados directamente entre PDVSA y los brokers cubanos,
que son ahora los nuevos vendedores del crudo venezolano en países como
Panamá, Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador, desplazando a los
que antes estaban relacionados con la antigua PDVSA'', declaró a El Nuevo
Herald un ex alto funcionario de la industria petrolera en Venezuela, que pidió
la reserva por razones de seguridad. La fuente dijo que Cuba está
recibiendo el petróleo ''lomito'', "el de mayor calidad, que lo busca
todo el mundo, y lo puede vender en cualquier parte. Ese petróleo no tiene
problemas para venderse. No es el crudo pesado que se envía para procesar
en las refinerías de Citgo''. Otra fuente familiarizada con el mercadeo
de petróleo en Centroamérica, dijo que las operaciones de Cupet
se hacen a través de la firma International Petroleum, S.A., conocida también
como IPESCO, cuya sede principal está en la zona libre de Colón,
en Panamá. La firma tiene una prohibición del Departamento
de Comercio norteamericano para operar en Estados Unidos o con empresas estadounidenses. Cupet
también negocia o troca petróleo venezolano con la firma francesa
Trafigura, que tiene su centro de operaciones en Ciudad de Guatemala. Trafigura
jugó un papel primordial durante la suspensión de envíos
a Cuba en abril del 2003, cuando Chávez fue sacado temporalmente del poder.
Según un documento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, con
fecha 9 de junio de 2003, Cuba se vio obligada a adquirir varios cargamentos a
la empresa francesa mientras duró la suspensión de los embarques
de PDVSA. ''Cuba está revendiendo el petróleo, porque no cuenta
con la infraestructura para refinar las grandes cantidades de petróleo
que recibe de Venezuela'', dijo el investigador Hans DeSalas, quien próximamente
dará a conocer un estudio del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad
de Miami sobre el acuerdo energético del cual él es el autor. "Pensamos
que recibe mucho derivados, y lo que se está revendiendo, en nuestro análisis,
es el crudo que no puede procesar''. El impacto de los suministros venezolanos
es tan decisivo que el propio gobernante Fidel Castro se ha permitido desafiar
el apoyo de la Unión Europea, otrora clave para la isla, y ha expresado
públicamente su optimismo a pesar del agobiante situación económica
por la que atraviesa la isla. En un discurso de seis horas el pasado sábado
12 de febrero, Castro aseguró que la economía cubana había
superado la crisis, y describió el renacimiento de su régimen "como
un ave fénix con alas de largo vuelo''. ''El suministro venezolano
constituye un pilar de la economía de la isla, lo cual le permite a Fidel
Castro una mayor maniobrabilidad política. Hoy Castro se siente más
seguro, más belicoso y con menos dependencia de la Unión Europea
gracias al petróleo venezolano'', dijo el experto economista e internacionalista
Antonio Jorge, de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Según
Jorge, los ingresos anuales de Cuba se ubican entre $4,500 y $5,000 millones,
de los cuales unos $1,200 millones provienen de Venezuela, incluyendo los 4 millones
de toneladas de crudo que recibe del país suramericano. El informe
del Centro de Estudios Cubanos, que será publicado la semana entrante,
señala que en tres de los cinco años de vigencia que tiene el acuerdo
energético, Cuba ha acumulado una deuda de por lo menos $2,000 millones,
de la cual no ha pagado ni un centavo. ''En realidad Cuba nunca estuvo al
día en las cuentas, porque sencillamente Cuba no dispone de los fondos
para pagar. El petróleo venezolano es un regalo para Fidel Castro. No hay
manera que Cuba pudiera pagar este petróleo'', aseguró DeSalas. DeSalas
calculó que con un precio promedio de $33 para la cesta petrolera venezolana
durante 2004, el envío de 78,000 barriles diarios de petróleo y
derivados, según cifras oficiales de PDVSA, significó para Cuba
ingresos diarios de más de $2.5 millones, casi $80 millones mensuales,
y una cifra superior a los $1,000 millones durante el año. La cifra,
sin embargo, podría ser aún mayor si se calcula un precio promedio
más alto por el tipo de crudo que está recibiendo el régimen
de La Habana, según expertos petroleros. Para diciembre del 2003,
añadió el académico de la UM, Cuba arrastraba una deuda de
$992 millones, lo cual hace un gran total que supera los $2,000 millones, ''en
un cálculo conservador'', advierte DeSalas. Por otro lado, el investigador
dijo que desde marzo del 2003 Venezuela no está facturando el petróleo
que envía a la isla. ''En otras palabras, ni Cuba paga, ni Venezuela
factura. Y de esta manera los envíos de crudo no aparecen como deuda, porque
Pdvsa no está enviando facturas a Cupet'', explicó DeSalas. ''Es
sencillamente un verdadero subsidio, como en la época soviética,
aunque en escala menor. Y de ahí nace el optimismo y el espíritu
desafiantes que muestra Castro recientemente'', apuntó. Los acuerdos
entre Cuba y Venezuela ''se caracterizan por lo opaco, lo poco transparente [que
son]'', opinó Alexander Guerrero, un economista venezolano. Guerrero
indicó como muestra que en el 2003, el Banco Central de Venezuela negó
información sobre la deuda cubana a la Superintendencia de Bancos durante
una revisión de los balances financieros del ente emisor venezolano. El
Nuevo Herald no pudo obtener una versión oficial, a pesar de numerosas
llamadas y correos electrónicos a portavoces de PDVSA. ocasto@herald.com
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