Cuba, ¿un pasillo para
el narcotráfico?
Univision,
15 de Febrero de 2005.
Cuando surgen acusaciones directas, como la de
que Cuba es un país que suministra drogas
a Estados Unidos y Europa, lo primero que surge
es la duda. Por eso, y sin más pruebas
que los testimonios de dos periodistas y un ex
agente de la contrainteligencia cubana, sólo
se puede decir que ellos aseguran que en Cuba,
se realizan tales prácticas a tenor de
las pruebas que han mostrado.
Conexión Habana
Después de un reportaje polémico
emitido en una cadena de televisión española,
sus autores Santiago Botello y Mauricio Angulo,
con la colaboración de Delfín Fernández
(ex agente de contrainteligencia de la República
de Cuba), han decidido convertirlo en un libro
de denuncia titulado Conexión Habana.
En él exponen la estructura de las redes
de narcotráfico en Cuba, dejando como testimonio
la grabación principal de 7 kilos de cocaína
puestos en una mesa de La Habana por traficantes
cubanos, para su venta.
La motivación principal del libro no es
la denuncia de las prácticas del narcotráfico,
toda vez que es un tema recurrente en la prensa
internacional, sino el hecho de que algunos de
los personajes que estuvieron cerca de los periodistas
cuando se realizó el reportaje de incógnito,
fueron apresados y torturados por el gobierno
cubano.
Según Santiago Botello, la isla de Cuba
está completamente controlada por los servicios
secretos. Todo tiene un control estricto, lo que
hace que sea muy difícil penetrar en los
aspectos más secretos de la isla.
Eso hace suponer que es imposible mover siete
u ocho kilos de cocaína (como los que ellos
lograron comprar según su propio reportaje),
sin que esté en conocimiento de las altas
esferas políticas.
Era cocaína
Los autores del libro insistieron en que los
propios suministradores de coca en La Habana,
les aseguraron que no corrían ningún
peligro "porque trabajaban para el gobierno".
Para Mauricio Angulo, "a ellos les importaba
poco de donde provenía la coca", se
hablaba especialmente de Colombia, y a veces de
Venezuela, aunque no como productor de la misma.
Según explicó Angulo, "Cuba
no pertenece al grupo de países denominados
"calientes", como Colombia, Perú
o Bolivia, y por eso la distribución desde
la isla resulta más eficaz, porque de Cuba
sólo vuelven turistas, músicos,
etcétera".
Para entrar en contacto con los narcotraficantes,
ellos se "dejaron querer" en La Habana,
ofreciendo dinero y aproximándose a la
red todo lo que pudieron. De ahí se produjo
el acercamiento de los mercaderes de estupefacientes.
En Cuba circula cocaína
Para ellos, "en Cuba circula muchísima
droga. Sobre todo para estar bajo un estricto
control policial, en una isla donde no se pueden
cambiar de ciudad sin permiso legal, o donde ponen
preso a un trompetista por haberse comprado el
instrumento en el mercado negro".
Castro quizó ocultarlo
Oficialmente, según los autores del reportaje,
"en Cuba, la droga que hay es producto de
los "recalos", paquetes que caen al
mar por el uso de otros narcotraficantes de las
aguas jurisdiccionales. Eso es muy difícil,
si no se tiene una red de funcionamiento muy bien
estructurada, que es precisamente con la que convivimos
nosotros".
Por último y en la necesidad de contrastar
opiniones, el Consejero de Prensa de la Embajada
de Cuba en Madrid, Rubén García
Abelando, mostró sus dudas personales sobre
la autenticidad de la información y aclaró
que el gobierno de Cuba "se niega a hacer
ningún tipo de declaración oficial
al respecto".
El ex agente de los servicios de contrainteligencia
de Cuba, especialista en temas españoles,
Delfín Fernández, comentó
sus opiniones sobre la relación que tiene
el gobierno cubano con el narcotráfico.
- ¿Quién era usted en Cuba, y qué
relación tiene con el libro?.
- Estuve durante 18 años como agente especial
de varios departamentos de la contrainteligencia
militar y del servicio de inteligencia cubano.
Puedo garantizar, después de haber colaborado
con la elaboración del libro, que en él
no hay nada que sea ficticio.
Soy un desertor desde el año 99 y la realidad
de este libro es tan cruda como la de los 11 millones
de cubanos hoy en día. Estoy seguro de
que si estos señores hubiesen sido detectados,
les habrían fusilado, o se las habrían
arreglado para que no salieran de la isla.
Evidentemente no sabían a que se estaban
enfrentando cuando hicieron este reportaje. Comparto
el sentir con todas las personas que están
contra la dictadura de Castro, y sufro el padecimiento
que está sufriendo el pueblo cubano. En
Cuba no hay nada que se mueva, sin que esté
en conocimiento de la alta dirección de
gobierno.
- La polémica sobre el tráfico
de droga en Cuba se remonta al fusilamiento del
General Ochoa, ¿no finalizó en él
la cuestión del tráfico de drogas
en Cuba?.
- En el libro se hace mención al caso Ochoa
en el año 89, en las causas uno y dos.
Nosotros, que estábamos ahí, sabíamos
que era una farsa. Era prácticamente imposible
que se moviera lo que se movió con la droga
sin el conocimiento y el consentimiento pleno
de Raúl y Fidel Castro. El juicio fue,
evidentemente, un montaje.
Cuando surgen acusaciones directas, como la de
que Cuba es un país que suministra drogas a Estados
Unidos y Europa, lo primero que surge es la duda.
Por eso, y sin más pruebas que los testimonios
de dos periodistas y un ex agente de la contrainteligencia
cubana, sólo se puede decir que ellos aseguran
que en Cuba, se realizan tales prácticas a tenor
de las pruebas que han mostrado. Conexión Habana
Después de un reportaje polémico emitido en una
cadena de televisión española, sus autores Santiago
Botello y Mauricio Angulo, con la colaboración
de Delfín Fernández (ex agente de contrainteligencia
de la República de Cuba), han decidido convertirlo
en un libro de denuncia titulado Conexión Habana.
En él exponen la estructura de las redes de narcotráfico
en Cuba, dejando como testimonio la grabación
principal de 7 kilos de cocaína puestos en una
mesa de La Habana por traficantes cubanos, para
su venta. La motivación principal del libro no
es la denuncia de las prácticas del narcotráfico,
toda vez que es un tema recurrente en la prensa
internacional, sino el hecho de que algunos de
los personajes que estuvieron cerca de los periodistas
cuando se realizó el reportaje de incógnito, fueron
apresados y torturados por el gobierno cubano.
Según Santiago Botello, la isla de Cuba está completamente
controlada por los servicios secretos. Todo tiene
un control estricto, lo que hace que sea muy difícil
penetrar en los aspectos más secretos de la isla.
Eso hace suponer que es imposible mover siete
u ocho kilos de cocaína (como los que ellos lograron
comprar según su propio reportaje), sin que esté
en conocimiento de las altas esferas políticas.
Era cocaína Los autores del libro insistieron
en que los propios suministradores de coca en
La Habana, les aseguraron que no corrían ningún
peligro "porque trabajaban para el gobierno".
Para Mauricio Angulo, "a ellos les importaba poco
de donde provenía la coca", se hablaba especialmente
de Colombia, y a veces de Venezuela, aunque no
como productor de la misma. Según explicó Angulo,
"Cuba no pertenece al grupo de países denominados
"calientes", como Colombia, Perú o Bolivia, y
por eso la distribución desde la isla resulta
más eficaz, porque de Cuba sólo vuelven turistas,
músicos, etcétera". Para entrar en contacto con
los narcotraficantes, ellos se "dejaron querer"
en La Habana, ofreciendo dinero y aproximándose
a la red todo lo que pudieron. De ahí se produjo
el acercamiento de los mercaderes de estupefacientes.
En Cuba circula cocaína Para ellos, "en Cuba circula
muchísima droga. Sobre todo para estar bajo un
estricto control policial, en una isla donde no
se pueden cambiar de ciudad sin permiso legal,
o donde ponen preso a un trompetista por haberse
comprado el instrumento en el mercado negro".
Castro quizó ocultarlo Oficialmente, según los
autores del reportaje, "en Cuba, la droga que
hay es producto de los "recalos", paquetes que
caen al mar por el uso de otros narcotraficantes
de las aguas jurisdiccionales. Eso es muy difícil,
si no se tiene una red de funcionamiento muy bien
estructurada, que es precisamente con la que convivimos
nosotros". Por último y en la necesidad de contrastar
opiniones, el Consejero de Prensa de la Embajada
de Cuba en Madrid, Rubén García Abelando, mostró
sus dudas personales sobre la autenticidad de
la información y aclaró que el gobierno de Cuba
"se niega a hacer ningún tipo de declaración oficial
al respecto". El ex agente de los servicios de
contrainteligencia de Cuba, especialista en temas
españoles, Delfín Fernández, comentó sus opiniones
sobre la relación que tiene el gobierno cubano
con el narcotráfico. - ¿Quién era usted en Cuba,
y qué relación tiene con el libro?. - Estuve durante
18 años como agente especial de varios departamentos
de la contrainteligencia militar y del servicio
de inteligencia cubano. Puedo garantizar, después
de haber colaborado con la elaboración del libro,
que en él no hay nada que sea ficticio. Soy un
desertor desde el año 99 y la realidad de este
libro es tan cruda como la de los 11 millones
de cubanos hoy en día. Estoy seguro de que si
estos señores hubiesen sido detectados, les habrían
fusilado, o se las habrían arreglado para que
no salieran de la isla. Evidentemente no sabían
a que se estaban enfrentando cuando hicieron este
reportaje. Comparto el sentir con todas las personas
que están contra la dictadura de Castro, y sufro
el padecimiento que está sufriendo el pueblo cubano.
En Cuba no hay nada que se mueva, sin que esté
en conocimiento de la alta dirección de gobierno.
- La polémica sobre el tráfico de droga en Cuba
se remonta al fusilamiento del General Ochoa,
¿no finalizó en él la cuestión del tráfico de
drogas en Cuba?. - En el libro se hace mención
al caso Ochoa en el año 89, en las causas uno
y dos. Nosotros, que estábamos ahí, sabíamos que
era una farsa. Era prácticamente imposible que
se moviera lo que se movió con la droga sin el
conocimiento y el consentimiento pleno de Raúl
y Fidel Castro. El juicio fue, evidentemente,
un montaje. Extorsión a artistas Todos nosotros
sabíamos los lugares donde estaban detenidos los
imputados de las causas uno y dos. Eran Villa
Marista (perteneciente a Departamento de Operaciones
de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio
del Interior), y en la SIM (Servicio de Inteligencia
Militar), los litros de pentotal sódico estaban
ahí como si fuese agua. Se puede ver perfectamente
en las imágenes del juicio que ellos habían sufrido
los efectos de productos químicos y sesiones de
hipnosis para obligarlos a confesar. Agradezco
a todos aquellos que luchan contra la dictadura,
el hecho de que me hayan permitido participar
en este libro. Financiar guerrilla - ¿Qué relación
hay entre este proceso de distribución de la coca,
y la idea de lucha contra el imperialismo a través
de la destrucción de cerebros gracias al consumo
de drogas?. - En el libro hay un documento que
se debatió en el congreso de Estados Unidos, donde
se desvela el peligro que supone el narcotráfico
desde Cuba a Estados Unidos, y lo que supondría
para la isla en cuanto a ingresos se refiere,
pero que además, supondría un enorme soporte para
la financiación de la guerrilla en Suramérica.
- ¿Y en lo que se refiere a la producción de coca
para la exportación a Estados Unidos?. - Cuba
nunca se ha caracterizado por exportar droga.
Las imputaciones que se le hacen desde la DEA
de Estados Unidos y otros organismos internacionales
consisten más bien de permitir ese tráfico hacia
Estados Unidos, es decir, facilitar el uso de
las aguas jurisdiccionales, la plataforma insular,
corredores aéreos o incluso repostar algunas naves.
Eso significa que tiene la misma responsabilidad,
porque al final está permitiendo que llegue la
droga a Estados Unidos. - ¿La vigilancia que se
sostiene a personajes famosos o importantes, tiene
que ver con evitar o controlar el contacto con
la disidencia?. - La disidencia no tiene nada
que ver, eso lo trata otro departamento que no
era en el que yo estaba. La disidencia se controla
más internamente. Nosotros cumplíamos las funciones
de controlar a famosos, políticos o empresarios,
en función de las informaciones que se recibían
desde España, para el caso de los españoles y
de la misma manera con el resto de países, poniendo
especial interés, en Estados Unidos por supuesto.
En mi puesto como especialista en el área de España,
nosotros preparábamos dispositivos para aquellos
personajes a los que pudiéramos sacarle algún
rendimiento, a través de chantaje, por ello fueron
seguidos Imanol Arias, Javier Bardem, Massiel,
Norma Duval, Joaquín Sabina o Concha Velasco.
Todos nosotros sabíamos los lugares donde
estaban detenidos los imputados de las causas
uno y dos. Eran Villa Marista (perteneciente a
Departamento de Operaciones de la Dirección
de Contrainteligencia del Ministerio del Interior),
y en la SIM (Servicio de Inteligencia Militar),
los litros de pentotal sódico estaban ahí
como si fuese agua.
Se puede ver perfectamente en las imágenes
del juicio que ellos habían sufrido los
efectos de productos químicos y sesiones
de hipnosis para obligarlos a confesar. Agradezco
a todos aquellos que luchan contra la dictadura,
el hecho de que me hayan permitido participar
en este libro.
Financiar guerrilla
- ¿Qué relación hay entre
este proceso de distribución de la coca,
y la idea de lucha contra el imperialismo a través
de la destrucción de cerebros gracias al
consumo de drogas?.
- En el libro hay un documento que se debatió
en el congreso de Estados Unidos, donde se desvela
el peligro que supone el narcotráfico desde
Cuba a Estados Unidos, y lo que supondría
para la isla en cuanto a ingresos se refiere,
pero que además, supondría un enorme
soporte para la financiación de la guerrilla
en Suramérica.
- ¿Y en lo que se refiere a la producción
de coca para la exportación a Estados Unidos?.
- Cuba nunca se ha caracterizado por exportar
droga. Las imputaciones que se le hacen desde
la DEA de Estados Unidos y otros organismos internacionales
consisten más bien de permitir ese tráfico
hacia Estados Unidos, es decir, facilitar el uso
de las aguas jurisdiccionales, la plataforma insular,
corredores aéreos o incluso repostar algunas
naves. Eso significa que tiene la misma responsabilidad,
porque al final está permitiendo que llegue
la droga a Estados Unidos.
- ¿La vigilancia que se sostiene a personajes
famosos o importantes, tiene que ver con evitar
o controlar el contacto con la disidencia?.
- La disidencia no tiene nada que ver, eso lo
trata otro departamento que no era en el que yo
estaba. La disidencia se controla más internamente.
Nosotros cumplíamos las funciones de controlar
a famosos, políticos o empresarios, en
función de las informaciones que se recibían
desde España, para el caso de los españoles
y de la misma manera con el resto de países,
poniendo especial interés, en Estados Unidos
por supuesto.
En mi puesto como especialista en el área
de España, nosotros preparábamos
dispositivos para aquellos personajes a los que
pudiéramos sacarle algún rendimiento,
a través de chantaje, por ello fueron seguidos
Imanol Arias, Javier Bardem, Massiel, Norma Duval,
Joaquín Sabina o Concha Velasco.
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