El embargo y las ventas
Pablo Alfonso, El
Nuevo Herald, 16 de febrero de 2005.
Una vez más se plantea en el Congreso
de Estados Unidos el tema del embargo y las ventas
de alimentos a Cuba. Como ha venido ocurriendo
en los últimos años, el reclamo
regresa con algunos partidarios más y la
acostumbrada atención de los medios de
prensa.
Sólo en contadas ocasiones he escrito
sobre el embargo estadounidense a Cuba. Es un
tema engañoso, complejo y, a veces, un
ejercicio inútil. Pero creo que esta ocasión
lo merece.
Ante todo quisiera precisar que el embargo es,
en esencia, la aplicación de sanciones
económicas a la dictadura de Fidel Castro.
Me resisto a definirlo como ''bloqueo'', un término
más abarcador y que usa la dictadura con
fines de propaganda.
Como es difícil abordar un tema tan amplio
en una espacio tan reducido, voy a utilizar el
recurso de ideas cortas, sin mayores ampliaciones,
las que dejo a las preferencias del lector.
o El problema de Cuba no se resuelve con sanciones
económicas sino con alternativas políticas.
No es un problema económico, es un problema
político. Corresponde a los cubanos buscar
esas alternativas políticas y no descansar
en respaldos unilaterales de ningún gobierno.
o Por tratarse de un problema político,
más de cuatro décadas de sanciones
económicas estadounidenses no han logrado
la democratización de la dictadura castrista.
En ese sentido han sido un fracaso.
o Nada garantiza tampoco que el levantamiento
del embargo conlleve a esa democratización.
De hecho, el régimen castrista dio marcha
atrás a las tímidas aperturas económicas
implementadas a principios de los 90, temeroso
de los espacios de independencia que generaron.
o Si es cierto que el comercio y la apertura
económica han logrado revitalizar a las
sociedades de China y Viet-Nam, es también
cierto que ambos países cuentan con la
voluntad política de sus gobernantes para
adoptar el tipo de reformas a las que se niega
la dictadura castrista. Ni en China ni Viet-Nam
hay tampoco democracia.
o La crisis económica de Cuba y las penurias
de la población, no son resultado directo
del embargo norteamericano sino de la ineficiencia
congénita del sistema de propiedad estatal
absoluta y del unipartidismo político totalitario,
ampliamente demostrada en otros países
del mismo estilo.
o En los últimos tres años Cuba
ha comprado en Estados Unidos, cientos de toneladas
de alimentos valorados en casi mil millones de
dólares, pagados en efectivo. Con ese dinero,
Cuba pudo comprar los mismos alimentos (principalmente
leche en polvo, harina de trigo, pollo y algunas
cabezas de ganado) en cualquier país; como
por ejemplo, Canada, México o Argentina.
A fin de cuentas los costos y fletes más
ventajosos del comercio estadounidense, se pierden
con el pago de servicios bancarios de hasta un
siete por ciento, que Cuba tiene que realizar
para tramitar sus pagos en bancos de terceros
países. Pero Castro quiere comprar en Estados
Unidos, porque desea socavar el embargo para obtener
un triunfo político.
o Consciente del interés político
del embargo, la dictadura castrista ha sido eficiente
en elaborar alianzas y movilizar respaldo dentro
de Estados Unidos en busca de su levantamiento.
Alrededor de esa estrategia ha logrado nuclear
a importantes sectores de la industria turística
y agroindustrial estadounidense que influyen sobre
los congresistas de sus respectivas regiones.
o Son estos grupos de intereses (en busca de
legítimas operaciones comerciales y políticas)
quienes se preocupan por ''las penurias'' que
el embargo ocasiona a los cubanos y por llevar
la democratización a la isla a través
de los turistas estadounidenses.
o Sin embargo, los turistas extranjeros no son
heraldos de la democracia en ninguna parte del
mundo. Su principal objetivo es la recreación
, no la política. Su concentración
en polos turísticos aislados, dificulta
sus contactos con la poblacion. Es todo lo contrario
de las visitas familiares. El intercambio que
inevitablemente se produce en torno a la mesa,
al calor del hogar, es más beneficioso
que prejudicial para la causa de la democratización.
o Los que alegan que el levantamiento del embargo,
producirá una apertura política
en Cuba, tienen en su favor el hecho de que su
hipótesis no ha sido probada, en tanto
las sanciones económicas vigentes por más
de cuarenta años no han producido resultados
democratizadores.
o Aún cuando el embargo estadounidense
no sea eficaz para lograr la democratización
de Cuba, su levantamiento incondicional sería
una resonante victoria política para Castro.
¿Se merece el dictador cubano esa victoria,
o habrá que esperar a su sucesor?
o El problema es que Estados Unidos tiene pocas
posibilidades de maniobra política en el
previsible escenario de la sucesión en
Cuba. La Casa Blanca está limitada por
la Ley Helms-Burton, que prohibe negociar no sólo
con Fidel Castro, sino también con su hermano
Raúl, el sucesor desginado.
¿Verdad que el debate sobre el embargo
es complejo, engañoso y a veces inútil?
palfonso@herald.com
|