Mujeres en la historia
de Cuba
Entre las curiosidades que
nos brinda se encuentra el paso por La Habana,
en 1865, de doña Carlota, Emperatriz de
México, recibida en nuestra capital con
una salva de 21 cañonazos y a cuyo barco
acudieron, entre otros, el Gobernador, el Arzobispo
habanero y grandes figuras de la vida social de
la Perla de las Antillas
Por Marcos Antonio Ramos, Diario
Las Américas, 13 de febrero de 2005.
Sería imposible enumerar los muchos servicios
que ha prestado a la cultura, sobre todo a las
de Cuba y Puerto Rico, el doctor Antonio J. Molina.
Se trata de un descendiente directo de Don Vasco
Porcallo de Figueroa, figura pionera y hasta legendaria
de nuestra historia, uno de los propulsores de
la colonización y desarrollo de Cuba, labor
iniciada por Don Diego Velázquez, nuestro
fundador. Don Antonio no sólo ha escrito
seis libros de historia, infinidad de ensayos,
una obra de teatro y dejado su huella en la narrativa
sino que nos ofrece datos sumamente interesantes
en sus Memorias y en otros trabajos.
El jueves, es decir el 17 de febrero, será
presentada por la periodista Ena Curnow de DIARIO
LAS AMERICAS y el doctor José Ignacio Rasco,
presidente de la Editorial Cubana, la última
obra del doctor Molina: "Mujeres en la Historia
de Cuba". El acto se llevará a cabo
en la Casa Bacardí situada en el 1531 Brescia
Avenue en Coral Gables a las siete de la noche.
Como todos conocemos, Ena Curnow es una de las
periodistas más cultas de esta región,
además de reconocida autora, y José
Ignacio ha escrito importantes libros y magníficos
artículos que leemos semanalmente en este
Diario. Imposible encontrar personas con mayores
credenciales para presentar esta obra.
El prólogo del doctor Cristóbal
Díaz Ayala, autor a su vez de una obra
fundamental "Música Cubana: Del Areyto
a la Nueva Trova" (San Juan: Editorial Cubanacán,
1981), nos prepara para la presentación
de "Mujeres en la Historia de Cuba":
"Antonio Molina es un ser excepcional. No
tiene secretaria, ni conduce automóvil.
No sabe usar la computadora, y no sé si
tan siquiera la maquinilla; a mí por lo
menos siempre me ha escrito a mano. Es pintor
con obra importante, crítico de arte, periodista,
historiador, animador y productor de programas
culturales radiales y televisivos y además,
ya en el orden personal, un señor en el
noble sentido de la palabra, y un amigo probado".
Por el prólogo del doctor Ayala nos enteramos
de algunas labores de Molina que consideramos
muy significativas como una antología de
la zarzuela en Cuba y Puerto Rico y una biografía
del bailarín cubano Jorge Esquivel.
A través de los años, Antonio J.
Molina, nacido en Sancti Spíritus, Cuba
y con formación en las universidades de
La Habana y Puerto Rico, además de estudios
adicionales en Alemania, Suiza, Luxemburgo e Italia,
fue honrado con la Orden de Isabel La Católica
por el Rey de España y ha recibido numerosos
premios y distinciones. El Senado del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico le rindió un gran
homenaje por 40 años de dedicación
a la cultura del país. Por muchos años
fue crítico de arte del diario "El
Mundo" de San Juan y preside la prestigiosa
Asociación Puertorriqueña de la
UNESCO.
La obra que nos ocupa ahora se extiende desde
la época en que todavía vivían
en Cuba personas que podían identificarse
como taínas hasta las figuras más
recientes del mundo femenino cubano, dentro y
fuera del territorio nacional. ¿Cuántos
conocen que una distinguida mujer, Doña
Isabel de Bobadilla fue la primera dama en gobernar
a un país de América? Eso ocurrió
en Cuba en el siglo XVI. Era la esposa de Don
Hernando de Soto, Adelantado de la Florida, muerto
por los indios y enterrado en el Mississippi a
los 43 años de edad. Sus actividades de
exploración en lo que ahora conocemos como
el Sur de EU forzó a su talentosa esposa,
también conocida como Isabel de Soto, a
gobernar la Isla de Cuba.
Cubana era la Condesa de Merlín, que brilló
por derecho propio en los altos círculos
culturales y sociales de Francia y Doña
Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las
grandes figuras de la poesía y las letras
españolas del siglo XIX. Por supuesto que
los cubanos nos enorgullecemos de nuestra incomparable
Mariana Grajales, madre de los Maceo y una especie
de Madre de la Patria por sus contribuciones a
la independencia en la persona de sus valerosos
hijos, Molina estudia toda una larga lista de
damas que contribuyeron no sólo a la cultura
o al patriotismo sino a una vasta gama de actividades.
El autor se ocupa de ofrecernos datos que de
no ser incluídos en un solo volumen nos
obligarían a realizar toda una investigación.
Entre las curiosidades que nos brinda se encuentra
el paso por La Habana, en 1865, de doña
Carlota, Emperatriz de México, recibida
en nuestra capital con una salva de 21 cañonazos
y a cuyo barco acudieron, entre otros, el Gobernador,
el Arzobispo habanero y grandes figuras de la
vida social de la Perla de las Antillas.
Son más de 1040 páginas de texto
e ilustraciones, un verdadero tesoro para cada
hogar cubano, labor que debemos también
agradecer al amigo Juan Manuel Salvat y sus Ediciones
Universal. Aprovechamos la oportunidad para reconocer
así a Antonio J. Molina, un Caballero de
Malta, por esa larga y fructífera dedicación
a la divulgación de nuestra cultura cubana
y puertorriqueña y quien le proporcionará
a todos los que aman tales asuntos la oportunidad
de disfrutar una tarde muy interesante este jueves
17.
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