Entrevista Alina Fernández:
la hija del comandante
La
Nación Line, Argentina, 13 de Febrero
de 2005.
Nació en La Habana, pero casi no tuvo
contacto con su padre. Mientras el canal National
Geographic estrena esta noche una biografía
de Fidel Castro en todo el mundo, ella, exiliada
en Miami, lo analiza, lo critica, lo juzga, en
esta entrevista con la Revista
Durante su primera niñez, la figura de
Fidel Castro tuvo para Alina Fernández
(La Habana, 1957) una entidad doble y despareja.
De un lado, como para la mayoría de los
cubanos, el comandante era el líder persuasivo
y magnético que acostumbraba arengar al
pueblo desde la pantalla de la TV. De otro, y
al mismo tiempo, Castro era un señor de
una amabilidad un poco distante que con cierta
frecuencia solía visitar a Alina y a su
madre, la bellísima Nati Revuelta, en su
domicilio familiar. Ambos personajes convivieron
sin mayor conflicto en la vida de la pequeña
hasta que un día, cuando ya hacía
algunos años que se habían terminado
aquellos encuentros, Alina se enteró de
lo que hasta entonces nadie había estimado
conveniente que supiera: que su nacimiento había
sido, en realidad, fruto de la relación
entre su mamá y Fidel Castro. Han pasado
más de cuatro décadas desde aquella
revelación, y en la severa semblanza que
Alina Fernández hace de su padre biológico
-"un hombre enamorado del poder", dice-
sólo parecen pesar sus vivencias políticas.
Si alguna cuenta personal tenía pendiente
esta mujer, exiliada desde 1993, la debió
de resolver en sus Memorias de la hija rebelde
de Fidel Castro; porque, ahora, todas sus críticas
y sus recelos se refieren únicamente a
la trayectoria de un hombre al que censura por
el triste presente al que, según ella,
ha conducido a su país. "Cuba es un
país que está reducido a sí
mismo y a su propio ejemplo. Muy desinformado,
muy aislado
Y, sobre todo, muy politizado
de acuerdo al interés del Partido Comunista
",
comentó Alina Fernández desde Miami,
en una charla telefónica propiciada a cuento
del estreno mundial, esta noche, de una biografía
exhaustiva sobre el mandatario cubano que emite
el canal de cable National Geographic.
La figura de Castro cunde para retratos absolutamente
dispares. Dos ejemplos: de él, el cineasta
norteamericano Oliver Stone ha dicho que es "uno
de los hombres más sabios" que ha
conocido. Y, también, que es "un superviviente
y un Quijote". Vargas Llosa lo ha calificado,
por su parte, de "paranoico megalómano".
-¿Cuál es el perfil que mejor retrata
a Castro?
-Yo no creo que una persona que llega al poder
y que lo mantiene durante cerca de medio siglo
sea un Quijote. Sabio sí es; pero no ningún
anacoreta de las Tebaidas. Castro es una persona
que sabe manipular y reprimir
Y eso no es
un acto quijotesco.
-Para usted, ¿es un revolucionario o un
dictador?
-Las dos cosas: fue un revolucionario y ahora
es un dictador. Hay cosas que no se pueden negar
de él: en los años en los que inició
la revolución fue una voz muy importante
en Latinoamérica. Promovió un sueño
universal de justicia social y tuvo un momento
de liderazgo en los países no alineados
Pero se enamoró del poder. Y eso es más
importante que todo aquello que ofreció
y prometió
El ha sabido usar muy
bien el sentimiento antinorteamericano, que no
sólo existe en Latinoamérica, sino
en el mundo entero
En cambio, con el pretexto
de liberación y justicia ha metido su ideología
en todas partes del mundo; probablemente en más
lugares que aquellos en los que han puesto los
pies los norteamericanos. Y así vemos hoy
el ejemplo de Venezuela, que no es nada feliz.
-¿Qué cosas buenas trajo la revolución?
-Fue una especie de faro para el continente
-Pero según usted, se malogró.
-Se malogró en el momento en que comenzaron
a fusilar gente, que fue al principio
Yo
creo que él supo vender un sueño;
de lo que no estoy convencida es de que él
también lo soñara. Creo que supo
vender muy bien esa idea de la justicia social,
pero después utilizó ostensiblemente
métodos dictatoriales. El régimen
de terror empezó desde el mismo inicio
de la revolución, desde 1959. Enseguida
la gente supo que no se podía disentir
porque se jugaba la vida
-¿Llegaría a decir que Fidel engañó
a la gente con un sueño en el que él
no creía?
-Yo no sé si él creía o
no; no quiero ponerle calificativos de mentiroso
porque no creo que sea mi rol
Su sueño
revolucionario de justicia prendió no sólo
en América latina, sino también
en otros lugares, como en Africa
Además,
fue una persona que se supo asociar muy bien a
la leyenda del Che Guevara -de hecho, él
la creó
-, y que supo jugar muy bien
la carta del antiyanquismo
-¿Qué lugar le dará la historia?
-La historia es la que va a tener que juzgarlo
Cuba, 45 años después, está
en la miseria más absoluta
-¿Diría que el sueño no
se ha cumplido en nada?
-Cuba es una lección que nos deja el siglo
XX: los pueblos deben aprender que sus líderes
pueden traicionarlos
-¿Cuántos Fideles existen en Cuba?
-Ninguna dictadura existe sin apoyo. En Cuba
estuvieron con Fidel los que hicieron la revolución
con él, y muchos de ellos siguen en actividad
Y hay que pensar que Cuba es un país en
el que la información ha estado limitada
hasta hace muy poco
-¿Qué hubiera sido de Cuba sin
Fidel?
-Creo que hubiéramos corrido el destino
más o menos triste que han corrido otros
países en Latinoamérica. Recuerdo
que en el año '59 la Argentina era el primer
país de Latinoamérica y Cuba, el
segundo. Y hay que ver dónde estamos los
dos ahora
-¿Y qué hubiera sido de Cuba sin
Estados Unidos?
-Creo que la influencia de EE.UU. forma parte
de la propaganda. Se considera que la isla es
como el pequeño David ante Goliat, y eso
no es tan cierto
Toda la historia del embargo
resulta muy conveniente. Por decir algo: el mayor
vendedor de alimentos a Cuba es Estados Unidos.
Se están haciendo ventas por una cantidad
desorbitante
-¿Cómo puede ayudar a Cuba la comunidad
internacional?
-Es un país tan hermético que la
comunidad internacional tiene muy poca injerencia.
Aunque también creo que ahora la situación
está en un punto muy álgido con
nuestros presos políticos, que se están
muriendo en la cárcel
Creo que la
comunidad internacional ha ensayado todo tipo
de método con el régimen de La Habana:
de la cordialidad al diálogo pasando por
el hermetismo. Y ninguno da resultado: Cuba es
como una finca dominada por una sola persona
-Se acostumbra decir que los países tienen
los gobiernos que se merecen. ¿Vale para
el caso cubano?
-La revolución tuvo el apoyo popular,
pero también es cierto que hubo sublevaciones
e intentos de derribar al gobierno que fueron
arrasados a fuego
No todo el mundo ha oído
hablar de los pueblos fantasma, que fueron pueblos
que, cuando se sublevaron los campesinos en las
villas, los arrasaron, y donde mandaron a las
familias presas, para reubicarlas después
en otras provincias. Eso fue al principio de la
revolución
Entonces tampoco se puede
decir que la revolución ocurrió
sin que la gente reaccionara desde un principio.
El triunfo de la revolución y los vivas
duraron unos días, pero enseguida se comenzaron
a televisar los fusilamientos
Hubo verdaderos
focos de resistencia, pero la gente comenzó
a atemorizarse.
-¿Cómo describiría la evolución
del castrismo?
-El problema es ése: que no ha habido
evolución. Ha sido un inmovilismo político
y económico respecto del movimiento del
resto del mundo de casi medio siglo. . . Creo
que al final a Castro lo mueve el afán
por promover su ideología o su figura,
sacrificando al país entero . . .
-¿Por qué insiste en no ceder el
poder?
-El poder es casi un afrodisíaco. Está
demostrado que los hombres se enamoran del poder.
Y en el caso de Castro, también es un modo
de supervivencia
-¿Cómo explica la fascinación
que ejerce la figura de Castro?
-La explica el hecho de que Castro es un gran
político, una figura con mucho carisma;
una persona astuta. . . Un animal político.
-Cuando triunfó la revolución usted
tenía unos tres años...
-Yo era muy pequeñita
Fidel hizo
una marcha hacia La Habana que duró muchos
días. Entonces quitaron los cartoons de
la TV y pusieron a los barbudos avanzando. Aquello
fue una entrada triunfal: se veía la alegría
del pueblo... A partir de ahí las cosas
empezaron a ir a un ritmo muy desordenado. Recuerdo
que nosotros teníamos hábitos de
vida de familiar; poco menos de un año
después ya nada de eso quedaba. No había
familia, no había nada
-Y usted, ¿cuándo se desencantó
de la revolución?
-Yo me sentía muy incómoda desde
pequeña, porque me obligaban a ir a los
llamados trabajos voluntarios. Una de las características
de Cuba es que todo tiene una doble lectura: el
trabajo voluntario es obligatorio; entonces, con
11 años, te separaban de la familia y te
obligaban a ir al campo a trabajar en unas condiciones
terribles
Siempre me molestó esa
forma de engaño. Y me molestaba el no poder
tener iniciativa ni poder desarrollar una identidad
propia
-¿Está preparada Cuba para sobrevivir
a Fidel?
-Creo que sí. Hay gente que ha recibido
una buena educación. Y somos tres millones
de personas fuera de Cuba que también nos
hemos educado y que estamos dispuestos a ayudar
-¿Piensa en volver?
-Sí, en la medida en que pueda ser útil
a mi país, sí.
Por Sergio Sotelo
Para saber más: www.natgeo.tv/index.html
Multifacética
Alina Fernández, nacida en La Habana en
1957, es hija de Fidel Castro y de Nati Revuelta.
Su apellido lo tomó del esposo de su madre,
el doctor Orlando Fernández. Antes de iniciar
la carrera diplomática cursó estudios
en la Escuela de Medicina de La Habana. Durante
tres años fue modelo de La Maison, una
empresa cubana dedicada a la moda. Se exilió
en 1993. Vivió en Nueva York, Atlanta y
Madrid. Actualmente reside en Miami, donde trabaja
en radio y tevé.
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