¿Cuán peligrosa es la
nueva política europea hacia Cuba?
Danilo Arbilla, El
Nuevo Herald, 13 de febrero de 2005.
Apedido del gobierno socialista español,
la Unión Europea acaba de levantar las
sanciones que había impuesto en contra
del régimen de Fidel Castro por encarcelar
a 75 disidentes en 2003. Ya se han reiniciado
las visitas de alto nivel a La Habana; aunque
los cubanos disidentes y exiliados, la oposición
española, las organizaciones de derechos
humanos y el ex presidente checo Vaclav Havel
han caracterizado la victoria española
como una forma de apaciguar al dictador.
En asuntos de política internacional como
el cubano hay pocas victorias decisivas. La propuesta
de Madrid dio pie a un gran debate sobre la naturaleza
del castrismo y la responsabilidad europea al
respecto. El resultado ha sido que el cambio de
política ha sido mucho menos de lo esperado
por Castro.
Si el presidente español José Luis
Rodríguez Zapatero pensó que la
tradicional deferencia de los europeos hacia Madrid,
en asuntos cubanos, haría posible el cambio
sin gran oposición, pronto descubrió
su error. Las negociaciones duraron muchos meses
de reuniones de expertos sobre América
Latina; de un gran debate entre los gobiernos
y finalmente una reunión de ministros de
Relaciones Exteriores en Bruselas. La nueva política
puede resumirse en lo siguiente:
o La UE no invitará a los disidentes cubanos
a las fiestas de sus días nacionales en
sus embajadas en La Habana. (Las invitaciones
se habían suspendido en noviembre.) Pero
la UE anunció que, "desarrollarían
unas relaciones más intensas y un diálogo
político más regular con la oposición
cubana''.
o Los contactos de alto nivel diplomático
se reasumirán, pero la Unión Europea
continuará negándole a Castro millones
de euros en ayuda extranjera.
o Habrá una revisión de la nueva
política en julio.
Ahora Madrid y La Habana se encuentran bajo el
escrutinio internacional y queda por ver si Madrid
conseguirá concesiones, particularmente
después que la UE pidió la libertad
''urgente'' e ''incondicional'' de todos los presos
políticos cubanos.
Aun así, los checos mantienen que la nueva
política se revierte a lo que era antes
de las sanciones del 2003: cada país decidirá
cuándo y a quién invitar. Otros
dicen que existe un acuerdo entre caballeros para
actuar conjuntamente, pero Praga insiste en que
si ése hubiera sido el caso, hubiera vetado
el acuerdo.
El debate sobre Cuba va en aumento. El Parlamento
Europeo se opone a las concesiones. Los periódicos
europeos critican la nueva política. Havel
dice que Europa debe defender sus valores democráticos
y no apoyar a los dictadores. La opinión
pública española está dividida
y el gobierno de Zapatero se encuentra en la difícil
posición de decir que no ha aceptado el
chantaje de Castro y que se han de ver cambios
tangibles como resultado de la nueva política.
La Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas se reunirá en Ginebra, donde las
democracias europeas siempre han condenado la
violación de los derechos humanos en Cuba;
y la oposición en la isla anuncia una reunión
para el 20 de mayo. ¿Permitirá el
régimen la reunión? ¿Encarcelará
a los activistas? ¿Cuál será
la posición de Madrid y la UE?
Aveces es necesario repetir lo obvio: no hay
sustituto para el liderazgo norteamericano. El
presidente George W. Bush ha reafirmado la decisión
de su país de defender la libertad alrededor
del mundo. La respuesta de Castro fue decir que
George W. Bush lucía loco durante la inauguración
presidencial y acusar a los europeos de tratar
a La Habana ''como si estuviéramos condenados
a muerte''. El mundo "observa cómo
nos comportamos. Cuba no necesita a los EEUU ni
a Europa, Cuba no necesita ninguna ayuda''.
Castro no respeta los derechos humanos y no le
importa el sufrimiento del pueblo cubano. Más
allá de los gestos diplomáticos
ocasionales, es dudoso que vaya a recibir ayuda
de los gobiernos europeos.
|