La polémica sobre el
documental "Fidel Castro"
Por Helen Aguirre Ferré,
Diario
Las Américas, 6 de febrero de 2005.
En estas últimas semanas, las discusiones
sobre el documental de la cadena pública
de televisión PBS, "Fidel Castro"
han representado una diversidad de opiniones inteligentes,
interesantes y reveladoras.
Para mí, el documental de la cubanomericana
Adriana Bosch captó la incongruencia de
los hechos históricos que han mantenido
a este hombre, cruel y carismático, en
el poder por más de 46 años, de
manera que el público no hispano lo puedan
entender. Aquellos que sólo oyen la mitad
de los argumentos sobre Castro, en la que la opinión
de la oposición queda, la mayoría
de las veces, distorsionada.
Para éstos, el documental fue como un
amanecer, a juzgar por los correos electrónicos
recibidos en la estación publica WPBT Channel
2 en donde primero se vio el documental en el
sur de la Florida y luego la entrevista con Bosch.
La película ayudó a estos a entender
un poco mejor cómo es que Castro ha podido
mantenerse en el poder por más de 46 años.
Se vio a un pueblo, cansado y asqueado de un sistema
político corrompido, que le abre los brazos
a Castro y su revolución y a sus promesas
de justicia y prosperidad para todos. Las multitudes
que salieron a las calles en su favor, algunos
con los letreros "Fidel, ésta es tu
casa" no fueron fabricadas, fueron reales.
Sin embargo, no todos aplaudieron y miles fueron
enviados al paredón. Para nosotros los
de Miami, ver estos fusilamientos no es nuevo,
pero en Boston, Fort Myers y Kansas City sí
lo fue.
El "anglo" vio a un Fidel de niño
que desde los primeros años fue problemático.
Amenaza a su madre, Lina, con quemar la casa si
no lo traslada de colegio. Luego, se ve a Lina
saliendo de la finca que su propio hijo expropia
en nombre de la revolución.
Vieron como el New York Times creo el mito de
Castro y su guerrilla como un Mesías político.
La película muestra a un Castro complejo
pero con gran capacidad y carisma para enamorar
a la mitad del pueblo mientras que arresta, ejecuta
y saca del país a todos los que se le oponen.
Mintiendo y manipulando en todo momento, como
se ve en su entrevista en "Meet the Press"
en el '62 cuando le preguntan si es él
o su hermano son comunistas y Castro lo niega,
mientras que en ese momento Raúl negociaba
en Moscú una nueva alianza política
y militar abriendo un nuevo camino en la Guerra
Fría.
Se ven los fusilamientos políticos; jóvenes
patriotas valientes todos, con los ojos tapados
y manos amarradas a la espalda, cuyos cuerpos
caen sin vida en fosas comunes.
Cuando el presidente Nixon abre las puertas hacia
la China, Henry Kissinger, el arquitecto de la
apertura, decide que es absurdo mantener un embargo
político y económico con Cuba y
tiene un avión listo a la espera de que
Castro conteste su petición de que se reúnan
para reestablecer las relaciones. El rechazo vino
con el envió de tropas cubanas a Etiopía
y Angola en busca de gloria, dinero y éxito
revolucionario.
Claro está que mucho más se pudo
haber incluido en el documental (aunque en dos
horas bastante se hizo): el juicio de los hermanos
Ochoa, el derribamiento de las avionetas de Hermanos
al Rescate, o la visita del Santo Padre. Se critica
mucho que el documental habla sobre la expansión
del sistema de educación y clínicas
médicas, aunque nunca las califica de buenas,
simplemente que fueron expandidas.
Pero la película, dentro de la perspectiva
norteamericana, hizo mucho para ayudar a aquellos
que creen que el embargo es la razón por
la cual Castro está en el poder o que la
intervención de Cuba en Nicaragua es como
se pintó en el juicio "Irán-Contra".
Es la primera vez que oyen de disidentes y ex
compañeros de la Sierra Maestra que fueron
desechados por el camino de distintas formas.
Queda claro que Fidel Castro es una de las personas
mas polarizantes en la historia del siglo XX y
su apoyo en la prensa norteamericana es destacado.
Su crueldad y su carisma hacen que la familia
cubana sufra la división y separación.
El dolor dentro y fuera de Cuba se palpa. Este
documental ayudó al norteamericano a entender
un poco mejor que el dilema de Cuba no tiene nada
que ver con el embargo sino con un hombre malvado.
Ahora se debería de presentar en Iberoamérica.
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