Venezuela asume doctrina
militar cubana
Por John Sweeney, Diario
Las Américas, 7 de febrero de 2005.
Caracas-Las fuerzas armadas venezolanas han concebido
una nueva doctrina de seguridad nacional, bajo
la cual Estados Unidos reemplaza a Colombia como
la mayor amenaza externa a su seguridad y soberanía,
según informó el general del ejército
Melvin López Hidalgo, secretario del Consejo
de Defensa de la Nación. Esta nueva doctrina
de seguridad se basa en que los militares estadounidenses
acabarán por invadir a Venezuela, para
asumir el control de su petróleo y gas
natural.
La anterior doctrina de seguridad preveía
una respuesta militar convencional a posibles
invasiones colombianas. Por el contrario, la nueva
contempla una "respuesta asimétrica"
a fuerzas invasoras estadounidenses superiores,
mediante la combinación de personal militar
venezolano, reservistas civiles y una red interna
de grupos civiles de base. Estos componentes estarán
encargados de ataques guerrilleros de baja intensidad,
coordinados contra las fuerzas estadounidenses.
La nueva doctrina también incluye la creación
de una red civil de "inteligencia social"
que funcione como sistema clandestino de espionaje,
cuyos miembros informarán al gobierno de
todo aquello que consideren sospechoso. Aunque
López Hidalgo describió su nuevo
aparato de espionaje como parte de la defensa
contra una invasión norteamericana, también
se podría utilizar para espiar con eficacia
a trabajadores, empresas, vecinos e incluso familiares.
Tácticamente, la nueva doctrina de seguridad
nacional será irrelevante durante los próximos
cinco años, apreciación que se basa
en que en 2005 el gobierno de Chávez lanza
un programa acelerado de modernización
de las fuerzas armadas. Su nivel de apresto es
aproximadamente 20% inferior a lo que debería
ser en condiciones óptimas mínimas.
Las unidades destacadas actualmente en la frontera
son muy inferiores en capacidad de fuego a los
grupos irregulares armados de Colombia y a las
fuerzas militares de ese país. Sin embargo,
estratégica y políticamente, la
nueva doctrina tiene implicaciones profundas y
confirma que han cortado totalmente los vínculos
que quedaban con el sector militar estadounidense,
luego de casi medio siglo de cooperación
bilateral.
La nueva alineación militar venezolana
es con las fuerzas armadas de Cuba. Se trata de
un vuelco de 180 grados, ya que antes Estados
Unidos era un país amigo y un aliado estratégico
de Venezuela, mientras que Cuba era considerada
la segunda mayor amenaza para la seguridad de
Venezuela.
También se están estrechando nuevas
relaciones militares con Rusia y China y, en menor
medida, con Francia y España. Sin embargo,
los vínculos con los militares de Cuba
están teniendo el mayor impacto en la evolución
de la planificación militar y el pensamiento
estratégico venezolano.
Esta nueva doctrina y los respectivos planes
de defensa parecen haber sido elaborados principalmente
por asesores militares y políticos cubanos,
quienes desempeñan un papel cada vez más
influyente en el gobierno del presidente Chávez.
También hay indicaciones que el gobierno
de Chávez planea comprar armas de infantería
y blindados de alta tecnología a fabricantes
rusos y chinos, así como emplear asesores
militares cubanos para adiestrar a soldados venezolanos
en el uso de sus nuevas armas.
Estratégicamente, todo esto indica que
el gobierno de Chávez anticipa un aumento
de las diferencias políticas con Washington.
Dado que esas diferencias surgen de las provocaciones
de Chávez, cabe pensar que no habrá
mayor cooperación de parte de Caracas en
la guerra contra el narcoterrorismo en Colombia,
sino que por el contrario Chávez planea
continuar exportando su revolución bolivariana
regionalmente y alineando su gobierno con grupos
extremistas de pensamiento afín en otros
países latinoamericanos.
El 22 de diciembre de 2004, el gobierno de Chávez
convirtió en Ley un acuerdo bilateral con
La Habana que permite a funcionarios judiciales
y de los organismos de seguridad cubanos a operar
en Venezuela, con facultades legales para hacer
investigaciones, efectuar detenciones, interrogar
y encarcelar, trasladar prisioneros, promover
pruebas para los fiscales acusadores en casos
penales y dar testimonio bajo juramento en procesos
judiciales. Así, Cuba y Venezuela preparan
un sistema común de represión política
contra cualquier individuo o grupo que se oponga
a Chávez y a su revolución bolivariana.
La disputa con Colombia, que comenzó en
diciembre con la captura del "canciller"
de las FARC Rodrigo Granda en Caracas, todavía
no ha terminado. Chávez protagonizará
más choques diplomáticos tanto con
Bogotá como con Washington y se acerca
peligrosamente al punto donde el gobierno de Estados
Unidos podría declarar a Venezuela como
estado forajido que brinda protección a
terroristas conocidos. (AIPE)
El articulista es periodista americano, artículo
adaptado de VenEconomía Semanal.
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