Hilda
Molina: "Mi caso está congelado"
Mariana Verón, LANACION.com.
Argentina, 27 de diciembre de 2005.
La Navidad de 2004 la encontró en los
principales títulos de los medios nacionales.
Encabezaba una pelea contrarreloj para conseguir
pasar las Fiestas con su familia en la Argentina.
El nombre que retumbaba en los oídos de
la diplomacia nacional era Hilda Molina, la médica
cubana disidente a quien Fidel Castro prohibió
salir de Cuba para conocer a sus dos nietos, Roberto
y Juan Pablo Quiñones.
A un año de aquella situación,
que provocó una crisis bilateral y la renuncia
del entonces jefe de gabinete de la Cancillería
Eduardo Valdés, y del ex embajador en Cuba
Raúl Taleb, su situación parece
haberse "congelado". Al menos, así
lo vive ella, que desde su humilde casa en un
monoblock de la isla atendió telefónicamente
a LANACION.com.
Caía la tarde en La Habana cuando el llamado
la sorprendió. Hace tiempo que no se actualiza
su ilusión de poder reencontrarse con su
familia, a la que no ve desde hace 12 años.
Hilda se mostró crítica con el actual
canciller Jorge Taiana, y recordó con nostalgia
el papel que en su historia cumplió el
antecesor en el cargo y ahora diputado nacional,
Rafael Bielsa: "Actuó con total sensibilidad",
dijo.
Avaló, sin embargo, la actitud de Darío
Alessandro, actual embajador. Contó que
la ha visitado asiduamente y le ha prometido que
su caso es una prioridad del gobierno de Néstor
Kirchner.
Recordó que su madre, de 86 años,
está "cada vez más enferma";
dijo que esta fue una Navidad más triste
aún que la anterior; y habló con
extrema sensibilidad de sus nietos, de 10 y 9
años, de quienes no conoce cómo
huelen ni cómo es su piel.
-¿Cómo pasó estas Fiestas?
-Este año mi familia está más
triste que el año pasado. Por lo menos,
antes teníamos una lucecita de esperanza...
había mucha actividad en torno al tema,
pero este año es como si las cosas se hubieran
congelado.
-¿Tuvo algún contacto con las autoridades
argentinas?
-El embajador Alessandro ha venido con frecuencia
este año. Tengo la mejor opinión
de él; ha estado durante este año
muy al tanto del tema y siempre nos ha dicho que
el gobierno argentino mantiene entre sus intereses
la visita de mi madre y mía a la Argentina.
Pero particularmente estoy preocupada después
de la salida del canciller Bielsa. Fue una persona
que con muchísima sensibilidad tomó
en sus manos el tema. Me da la impresión
que este canciller (el actual, Jorge Taiana) no
tiene el mismo enfoque. Además, cuando
él integraba la Comisión Interamericana
por los Derechos Humanos de la OEA, mi hijo acudió
y nunca le respondió. Tengo una fuerte
preocupación.
-¿Dónde radica el estancamiento?
-Siempre encuentran un muro por parte de las
autoridades cubanas. Yo estoy aquí como
rehén del capricho de Fidel Castro de que
no salga de Cuba por una razón totalmente
estéril, porque yo ni les estoy trabajando,
ni les voy a trabajar más, ni voy a ponerme
al servicio de un sistema que yo considero que
está cometiendo una ignominia contra el
pueblo cubano.
La medianoche del 24 de diciembre la encontró
leyendo. Su mamá se acostó temprano
después de hablar por teléfono con
su familia, que vive en la Argentina. "Este
es un país en el que se vive en viernes
santo desde 1959", lanzó Molina. Ese
año, la revolución tomaba Cuba y
Castro se hacía cargo del poder. "Vamos
a ver si nos llega el domingo de resurrección
y podemos festejar la Navidad en algún
momento", agregó, sin perder la esperanza.
-¿Qué le diría a Fidel Castro
si alguna vez pudiese tenerlo cara a cara?
- (Suspiros) Por qué no se retira ya...
por qué no se retira con los 79 años
que tiene, se retira a descansar y permite que
este país se abra a la democracia; pero
no con sus voceros y sirvientes que aspiran a
perpetuarse igual que él. Que se retiren
todos y permitan que en este país se haga
un proceso eleccionario libre y que este pueblo
pueda volver a respirar. No le pediría
por mí, le pediría por mi país.
-¿Y qué le diría a la gente
que apoya a Fidel Castro?
-Eso es inmoral. Este país es como una
gran prostituta. Todo el mundo viene aquí
a ver lo que puede llevarse. Los gobiernos ineptos
y corruptos del mundo prefieren venir a alquilar
fuerza de trabajo esclava en Cuba antes que desarrollar
buenos sistemas de salud. Se llevan médicos
alquilados, maestros; otros vienen a comerciar
fácil con un país quebrado, vienen
inversionistas extranjeros que esclavizan obreros.
Uno de los daños más grandes que
ha recibido este país, aparte de este gobierno,
es toda la gente que lo apoya y todos los gobiernos
que lo apoyan.
-¿Cómo se imagina a sus nietos
más allá de que los conoce por fotos?
-Siempre los he visto estáticos, nunca
en movimiento. El más grande ya tiene voz
de hombre, está entrando en la pre adolescencia.
Hay vivencias que nunca tuve: no los pude cargar
de bebes, no sé cómo huelen ni cómo
es su piel. Es tremendo pensar que van pasando
los segundos y que en cada segundo hay una vivencia
que no se va a volverse a repetir.
Caso paralizado
"El caso nuestro está parado".
Con esas palabras, Roberto Quiñones, el
hijo de Hilda Molina, describió la situación
actual. En diálogo con LANACION.com, adelantó
que pedirán en pocos días una entrevista
con el canciller Jorge Taiana. "Si él
nos recibe sería muy propicio para conocer
el estado actual de las gestiones, para saber
dónde estamos parados", se quejó.
Agregó que desde hace ocho meses no tienen
contactos con las autoridades. La última
vez los atendió el entonces ministro Rafael
Bielsa y fue para comunicarles que Cuba autorizaba
a que sea la familia Quiñones la que viaje
a La Habana, opción que fue descartada
por considerar que de esa manera se estaban violando
los derechos humanos de sus propios hijos y los
de su madre y abuela.
Copyright 2005 SA LA NACION |
Todos los derechos reservados
|