NOTICIAS
DE CUBA El
Nuevo Herald
Devuelven a Cuba a nueve de diez balseros
rescatados
Robert L. Steinback, The Miami
Herald. 5 de diciembre de 2005.
Nueve de los 10 cubanos rescatados el 27 de noviembre
en el Estrecho de la Florida por el crucero Zenith
de Celebrity Cruises fueron devueltos a Cuba ayer
por la mañana, según reportó
el Servicio Guardacostas.
Gretchen Eddy, una portavoz de dicho servicio,
no quiso revelar por qué no se devolvió
a un décimo individuo, ni cuándo
se tomaría alguna decisión, respecto
a éste. El refugiado permanecía
aún en un escampavías de los guardacostas,
según manifestó la portavoz.
Los pasajeros a bordo del Zenit, que radica en
Miami y es un barco de 682 pies con capacidad
para 1,300 pasajeros, avistaron un bote de 15
pies que estaba naufragando alrededor de las 12:45
p.m. del domingo pasado cuando el barco iba rumbo
a Cozumel y las montañas del occidente
de Cuba estaban a la vista. El botecito, con un
toldo y movido mayormente por remos hechos a mano,
estaba ''obviamente con problemas'', informó
el Servicio Guardacostas la semana pasada.
Los 10 emigrantes, siete hombres, dos mujeres
y una niña de 7 años llamada Jennifer,
estuvieron 10 horas en el Zenith antes de que
los trasladaran al barco de los guardacostas,
donde permanecieron el resto de la semana.
Según la política actual de Estados
Unidos, a los emigrantes cubanos interceptados
en el mar generalmente no se les admite aquí,
y la mayoría se devuelven a Cuba.
Los que llegan a tierra generalmente sípueden
quedarse y pueden después solicitar residencia
permanente, de ahí la denominación
informal "ley de pies secos/pies mojados''.
Este año el Servicio Guardacostas ha interceptado
en el mar a 2,632 cubanos, la mayor cifra anual
desde que el gobernante cubano Fidel Castro les
ordenó a los guardias fronterizos de su
país en 1994 que no detuvieran a los balseros,
lo cual dio inicio en aquel entonces a un éxodo
de 37,191 personas, el tercero en magnitud desde
1982. El número anual de cubanos interceptados
en el mar ha ido aumentando año por año
desde el 2001.
Un total de 2,530 cubanos ha tenido éxito
en tocar tierra en el año fiscal 2005,
un aumento significativo de los 955 del 2004;
1,072 en el 2003 y 1,335 en el 2002, según
las cifras de la Patrulla Fronteriza de EEUU.
El mayor número (3,780) de extranjeros
indocumentados interceptados en el mar hasta ahora
en el 2005 provenía de República
Dominicana. El Servicio Guardacostas ha detenido
a 1,392 personas provenientes de Haití
este año.
Una guardiana de la historia y la cultura
de Cuba
Ivette Leyva Martínez,
Especial para El Nuevo Herald. 4 de diciembre
de 2005.
Esperanza Bravo de Varona, directora de una de
las colecciones más importantes de libros
y documentos cubanos, descubrió su vocación
por casualidad. Una amiga la enroló en
el primer curso de bibliotecología que
abrió la Universidad de La Habana, en 1950,
como remedio para un mal embarazo que la tenía
confinada a la cama.
''Era lo que me había recomendado el médico:
tener que responder a una obligación todas
las mañanas para poder levantarme'', recordó.
"Me había graduado de Filosofía
y Letras, pero cuando descubrí la bibliotecología
me encantó. Casi doy a luz en la biblioteca,
y me gradué con honores".
De Varona dirige la Cuban Heritage Collection
(CHC) de la Universidad de Miami (UM), que contiene
más de 250 mil artículos, entre
ellos libros raros, revistas, periódicos,
manuscritos, tarjetas postales, mapas, fotografías
y afiches, los cuales abarcan casi 400 años
de historia cubana, desde el período colonial
hasta el presente.
Investigadores de todas partes del mundo -desde
Japón hasta Cuba- acuden para consultar
libros y otros materiales.
De Varona muestra con orgullo los anaqueles repletos
de materiales, muchos aun por digitalizar.
La CHC guarda la papelería de la etnóloga
Lydia Cabrera, de los escritores Enrique Labrador
Ruiz, Gastón Baquero y Eugenio Florit,
así como todos los documentos guardados
por Fulgencio Batista después que salió
al exilio. Esta última colección
está disponible al público desde
septiembre.
Otras reliquias: ocho cartas del general Antonio
Maceo, entre ellas quizás la última
que escribió, y la colección Historia
Física, Política y Natural de la
Isla de Cuba, de Ramón de la Sagra, donde
sobresale su bellísimo Atlas Zoológico
de 1855.
Expresiva, enérgica, durante una conversación
de tres horas De Varona se refirió pocas
veces a su vida personal. "Es que cuando
me pongo a hablar de mi trabajo no paro",
se excusó.
Seguramente esa pasión fue lo motivó
a un mecenas anónimo que este año
donó $1,5 millones a UM para crear el puesto
Esperanza Bravo de Varona, algo que casi nunca
sucede en vida de un profesor honrado. La donación
servirá para pagar de por vida el salario
de la persona que ocupe la dirección de
la CHC.
De Varona se exilió en Miami en 1965 huyendo
de los ecos de la revolución de Fidel Castro
en República Dominicana, donde vivía
con su esposo desde 1958. ''Ayudábamos
mucho a los exiliados cubanos allá y un
día nos avisaron que los rebeldes estaban
arengando al pueblo por la radio para que fueran
a desbaratar nuestra casa'', dijo.
"Salí con una muda de ropa, mi pasaporte
cubano y mis hijos, y un barco americano nos trajo
aquí a Miami en 1965", recordó.
"No importa donde estemos, a todos los cubanos
nos ha tocado sufrir la revolución de Castro".
De Varona encontró trabajo en la escuela
Our Lady of Lourdes Academy, donde creó
la biblioteca. Dos años después
comenzó a trabajar en UM como asistente
de biblioteca. Se graduó de bibliotecaria
en 1980 después de tomar varios créditos
en clases nocturnas.
"No sé cómo lo logré.
Dormía entre 3 y 4 horas. Por suerte tuve
el apoyo de mi entonces jefa, quien a veces me
mandaba a un rinconcito a dormir una siesta en
la mesa", relató.
En 1980 fue designada al frente de los archivos
cubanos en UM, que habían aumentado vigorosamente
gracias a la gestión de dos bibliotecarias
cubanas, Rosa Abella y Ana Rosa Núnez,
así como de Lesbia Orta -hoy bibliógrafa
y referencista de la CHC-, de Gladys Gómez
y de la propia De Varona.
"Las pioneras fueron Rosa y Ana, quienes
desde el inicio se dieron cuenta de la necesidad
de comenzar a recopilar materiales que dieran
una constancia gráfica del exilio cubano,
puesto que del exilio durante el gobierno de Fulgencio
Batista no se había archivado prácticamente
nada", señaló la directora
de la CHC.
Las bibliotecarias cubanas comenzaron a procesar
y ordenar todos los materiales relacionados con
la cultura cubana. La colección comenzó
a adquirir renombre entre los académicos
e investigadores, pero estaba dispersa en distintas
partes de la biblioteca Otto G. Richter de UM.
De Varona comenzó a soñar con un
sitio destinado exclusivamente a los materiales
cubanos.
"La verdad es que nadie pensó que
se iba a lograr, ni siquiera yo misma al principio,
pero tengo mucha fe en Dios y eso me ayudó",
expresó.
En 1989 se convirtió en archivista tras
estudiar en los Archivos Nacionales de Washington,
y comenzó a trabajar como tal con los materiales
cubanos.
La filántropa cubana Elena Díaz-Versón
Amos, a quien había conocido en 1989, le
dio la primera donación importante para
realizar su sueño de tener un local propio
para la CHC: $ 1 millón. En 1999 la Fundación
Roberto C. Goizueta hizo otra importante donación
y comenzaron las labores para construir el recinto.
Ese mismo año UM creó el departamento
Cuban Heritage Collection. El sueño de
las bibliotecarias cubanas de UM se hizo realidad
el 28 de enero del 2003, cuando fue inaugurado
el Pabellón Roberto C. Goizueta, un bellísimo
espacio de 10 mil pies cuadrados dentro de la
biblioteca Otto G. Richter, destinado exclusivamente
al archivo, conservación y consulta de
la colección cubana.
Después de más de tres décadas
de trabajo en UM, De Varona contempla el retiro
en tres ó cuatro años más,
aunque admite que le resultaría difícil
separarse de la CHC, que es "como un hijo".
"Tenemos libros que no se encuentran ni
en la Biblioteca Nacional de Cuba ni en la Biblioteca
del Congreso de Estados Unidos. La gente que quiere
conocer a fondo la historia cubana tiene que venir
aquí", aseguró.
Fama con sabor a Chocolate
Bobby Salamanca Jr., El Nuevo
Herald. 3 de diciembre de 2005.
En La Habana nació el 6 de enero de 1910
con el nombre de Eligio Sardiñas, pero
a Nueva York llegó algunos años
más tarde siendo Kid Chocolate. Sin dudas
el boxeador más grande que haya dado la
isla de Cuba.
La historia de Chocolate es de esas que nunca
terminan de contarse. Fidel LaBarba, Al Singer,
Bat Battalino, Benny Bass, Tony Canzoneri...,
peleas inolvidables que derrotan los años
que intentan olvidarlas y brillan hoy al escuchar
el nombre de Kid Chocolate.
Su vida fuera del ring tiene tantos capítulos
como asaltos libró el gran campeón.
Chocolate no se pierde en el tiempo. El mismo
es la leyenda.
Glorias como el gran Eligio Sardiñas esperan
por su merecido espacio en el Salón de
la Fama del Deporte Cubano, un proyecto que dirige
el historiador y periodista Marino Martínez,
y que muy pronto pudiera tener su propio hogar
en el centro de Miami.
''Pronto pudieramos contar con el local para
situar el Salón de la Fama del Deporte
Cubano'', anunció Martínez. "Todo
indica que el museo estará enclavado en
la Pequeña Habana, donde viven muchos cubanos
y podrá ser visitado por los turistas interesados''.
Kid Chocolate no estará solo allí
con su récord de 135-10-6 (50 KOs). Lo
acompañaran atletas de la talla de Ramón
Fonts, José Raúl Capablanca, Martín
Dihigo, y otros tantos que llenaron de gloria
a la patria que los vio nacer.
El Salón de la Fama del Deporte Cubano,
que realizará su cuarta premiación
anual el próximo 29 de enero, ha tenido
como prioridad durante estos años la busqueda
de un templo para albergar la historia de las
figuras que encumbraron el nombre de la isla.
''Los señores Rúben Rodríguez,
de la empresa Bacardí, y Alberto Madam,
de McDonalds, nos están ayudando mucho
en este empeño'', afirmó Martínez.
"Espero que muy pronto podamos contar con
el museo''.
En el próximo evento de premiación,
más de 40 destacados ex atletas serán
exaltados al Salón de la Fama criollo.
En las primeras tres ediciones, centenares de
figuras tuvieron el privilegio de formar parte
del templo deportivo de la isla.
Pero todas estas estrellas que iluminaron en
su momento tendrán un espacio para el recuento.
El templo donde descansará la historia
del deporte de la Mayor de las Antillas puede
ser una realidad en poco tiempo.
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