Cuba quería que la Argentina
se pusiera de espaldas al mundo
El régimen de Castro
esperaba que el Gobierno no sólo se abstuviera
de condenar a la Isla, sino que rechazara la existencia
de violaciones a los derechos humanos
Infoabe,
Argentina, 19 de abril de 2005.
El embajador de Cuba en esta capital, Alejandro
González Galiano, agradeció en nombre
de su país la abstención expresada
por la Argentina ante la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, que emitió una declaración
de condena contra La Habana.
"Siempre tenemos la expectativa de que se
vote contra esa resolución porque es injusta,
discriminatoria y no tiene razón de ser,
pero de todas formas agradecemos la abstención",
indicó González Galiano.
En declaraciones a un matutino porteño
publicadas hoy, el diplomático señaló
que el presidente Néstor Kirchner "está
invitado" a Cuba y que "puede ir cuando
quiera, pueda y lo considere apropiado porque
será siempre muy bienvenido".
Por otra parte, González Galiano ratificó
que Roberto Quiñones y su familia argentina
"pueden viajar acuando lo deseen a Cuba,
con plenas garantías" para visitar
a la madre del profesional, la médica disidente
Hilda Molina, aunque por supuesto no mencionó
nada sobre dejar venir a la Argentina a la médica.
El embajador consideró que si la familia
Quiñones no viajó "es porque
no quiere", al tiempo que consideró
que el caso se trata de "un tema interno
de Cuba".
"No aceptamos intromisiones en nuestros asuntos",
destacó, además, González
Galiano, quien aseguró que la médica
Molina "no está presa".
En forma paralela, el diplomático lanzó
duras críticas contra los Estados Unidos
y la Unión Europea, al considerar que "los
proxenetas yanquis, con el concurso de algunas
meretrices europeas, han conseguido prostituir
la Comisión de Derechos Humanos" de
la ONU.
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