Castro
inventa índices, mientras los cubanos penan
Fuente: Infobae. Proyecto
ProCubaLibre, 2 de agosto de 2005.
El tirano se excusa diciendo que durante los
primeros seis meses del 2005 la isla afrontó
una compleja situación debido a la sequía
y la escasez de energía, lo que llevó
a sus enemigos de la Revolución a aventurar
que el país atravesaba una profunda crisis
económica y alega un supuesto crecimiento.
Sin embargo "las cifras que esgrime Castro
son inverificables ya que en Cuba no se utilizan
parámetros como el PBI que es el sistema
de medición estándar para el resto
de los países. Ellos han inventado un sistema
propio que mide el producto social", asegura
Celso Sarduy Agüero, colaborador de la Fundación
Atlas.
Sobre la producción de crudo y gas, Castro
afirmó que estuvieron cerca 1.900.000 toneladas,
que sería, según las mediciones
del Estado (controlado por él) cuatro veces
lo registrado en la década del noventa.
Aunque así fuera, los cubanos padecen
cortes de luz de catorce horas diarias, tanto
que allí ya no se habla de "apagones"
sino de "alumbrones", asegura Sarduy,
exiliado en la Argentina desde que comenzó
la dictadura en Cuba.
Por otro lado, en el '58, antes de que Castro
tomara el poder, Cuba era tercera en la economía
mundial y el peso cubano estaba a la par del dólar,
existía una convertibilidad real.
"En aquel entonces se construían
alrededor de 28.000 viviendas anuales con un déficit
de 500.000 viviendas. Cuarenta años después
el déficit fue de 1 millón, y ahora,
diez años más tarde sabemos que
es imposible que Castro pueda construir 50.000
o 100.000 viviendas porque la industria de la
construcción, como tantas otras, está
deteriorada. Las fábricas de cemento, metales
y hierro que se necesitan para ese rubro están
todas destruidas, era la tecnología de
la ex URSS", cuenta el opositor.
Mas allá de lo que diga Castro, es sabido
que la economía cubana está devastada.
Así como también su sociedad, que
se encuentra al límite de lo que es capaz
de soportar.
"A diario nos llegan reportes de actos de
protestas que son difíciles de imaginar
en una sociedad totalmente policíaca donde
la expresión de una opinión contraria
al sistema es castigada con años de prisión",
asegura. "Si el propio Castro tuvo que hacer
su discurso en un teatro cerrado y salir a dar
cifras de ese tipo de crecimiento, es para oxigenar
un poco la situación porque cuando la sociedad
cubana esté 100% consciente, Castro ya
no podrá seguir con su discurso."
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