El
diálogo nacional, el camino del cambio para Cuba
Oswaldo José Payá
Sardinas. ABC,
España, 9 de agosto de 2005.
El autor explica en qué
consiste el Diálogo Nacional que ha dado
la oportunidad a todos los cubanos, por primera
vez, de expresar sus opiniones sobre el camino
a seguir en una transición. El Diálogo
"manifiesta claramente que los cubanos tenemos
derecho a los derechos"
EXISTEN muchos mitos sobre Cuba, muchas predicciones
sobre su futuro, pero hasta ahora los ciudadanos
no habían tenido la oportunidad de expresarse.
Por primera vez en muchos años se convoca
a los ciudadanos para que ellos mismos ofrezcan
sus opiniones sobre la transición y señalen
el camino hacia ese futuro. Este es el Diálogo
Nacional.
Como es conocido, la campaña por el Referendo
del Proyecto Varela ha logrado más de 25.000
firmas de ciudadanos que reclaman sus derechos,
y a pesar del encarcelamiento de decenas de sus
activistas, esta campaña continúa.
Pero los cubanos no sólo quieren los derechos
que demanda este proyecto, sino diseñar
la sociedad en todos los campos de la vida, social,
política, económica y cultural,
ahora totalmente controlados por el Estado, ya
que viven bajo el totalitarismo real. Los cubanos
quieren que se oiga su voz al diseñar la
Transición.
El Diálogo Nacional fue anunciado en diciembre
de 2003. En mayo de 2004 comenzó la participación
de los cubanos que viven dentro y fuera de Cuba.
Miles de cubanos, reunidos en círculos
de diálogo, en familias o individualmente,
han discutido un Documento de Trabajo que sirve
como instrumento para el debate sobre la Transición.
Se han procesado más de 3.000 opiniones
colectivas e individuales, por comisiones que
se han formado para redactar cada uno de los temas:
Cambios Económicos, Políticos e
Institucionales, Asuntos Sociales, Salud Pública
y Medio Ambiente, Reconciliación, Fuerzas
Armadas y Orden, Medios de Comunicación,
Educación, Ciencia y Cultura, y Reencuentro
con el Exilio.
Como resultado de las consultas dentro del Diálogo
Nacional, estas comisiones harán propuestas
de redacción sobre los diferentes temas
a una comisión encargada de redactar el
Programa de Transición que será
presentado a toda la sociedad en los próximos
meses para la reflexión y preparación
de la transición.
El Diálogo Nacional tiene éxito
en ayudar a los cubanos a vencer dos grandes miedos:
el miedo al régimen porque este proceso
no se realiza en la perestroika, sino bajo la
represión y desafiando la intolerancia
oficial. Esto significa liberación psicológica.
Se supera también el miedo al cambio, ya
que se derriban los mitos sobre un final catastrófico
y participan tanto la mayoría pobre, como
cubanos de todas las posiciones sociales. Inclusive
participan algunos que están en situación
ventajosa con el régimen.
En el Diálogo Nacional se anuncia la voluntad
de lograr una transición en la que no habrá
caos, ni venganzas ni capitalismo salvaje, ni
intervención ni desalojos de las familias
de sus casas por sus antiguos dueños, ni
anulación de nada que sea positivo. ¿Por
qué? Porque el pueblo no se equivoca y
sabe decir muy bien qué tipo de sociedad
quiere.
En primer lugar, los cubanos quieren la libertad
y todos los derechos. Jamás han escogido
ni escogerían un sistema que les niega
ese don divino que es la libertad. Aquellos que
piensan que los cubanos prefieren vivir sin libertad,
miran a Cuba bajo un prisma parcial, ideologizado
o marcado por otros intereses, o sencillamente
nos consideran menos humanos (o cuasi humanos).
Por eso en el Diálogo Nacional se manifiesta
claramente que los cubanos tenemos derecho a los
derechos.
En segundo lugar, este Diálogo destruye
la falacia de que los cubanos han renunciado voluntariamente
a tener empresas privadas y a disfrutar de la
libertad de iniciativas, buscando beneficios sociales.
Es una gran esperanza para el futuro inmediato
la disposición y las capacidades de los
cubanos para potenciar toda su creatividad y laboriosidad,
algo que en poco tiempo sacará a las familias
cubanas de la pobreza. Los participantes describen
un orden socioeconómico en el que la libertad
económica será uno de los sostenes
de la salud y la educación públicas,
que seguirán siendo gratuitas y universales.
Los que piensen que es una utopía es porque
no creen que la democracia es el sistema idóneo
para lograr el desarrollo con gran sentido humanista
y social. Los cubanos, que ya hemos sufrido los
extremos del capitalismo sin democracia y del
comunismo salvaje, no aceptamos que para obtener
beneficios sociales haya que privarse de las libertades
democráticas fundamentales, porque debido
a esa pérdida hemos quedado pobres y sin
derechos. Creemos que una democracia que no se
capaz de lograr justicia social, entonces no es
verdadera. El apoyo que necesita el pueblo de
Cuba es la solidaridad con el Diálogo Nacional.
Este es un Diálogo sin Fronteras y sin
exclusiones. Esperamos que el espíritu
de este diálogo que está uniendo
a los cubanos de una manera sin precedentes trascenderá
las fronteras de nuestro país y alcanzará
los corazones y las mentes de los pueblos del
mundo. Cuba será el hogar de todos los
cubanos. Toda la Humanidad necesita ahora de ese
Diálogo sin Fronteras, entre todas las
culturas, todas las naciones y dentro de todos
los pueblos, porque también ésta,
a la que llamamos Tierra, es el hogar de todos
los humanos.
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