La
salud del deportista Maradona, tranquilo en Cuba
No hay trascendidos sobre
el tratamiento en el centro Censam
La
Nación Line, Argentina, 29 de setiembre
de 2004.
LA HABANA (ANSA y AFP).- "Hace cinco meses
que no consumo cocaína y estoy decidido
a salir del túnel de la droga", confesó
Diego Maradona al semanario italiano Oggi, que
publicó ayer un adelanto de una entrevista
que se conocerá completa hoy.
"Estoy seguro de que ganaré esta
batalla porque tengo 44 años y estoy más
cerca del final de mi vida que del inicio",
agregó el astro en declaraciones efectuadas
en Buenos Aires antes de viajar a Cuba, el lunes
20. Sobre su adicción a las drogas, que
actualmente intenta superar en el centro Censam,
en Cuba, Maradona aseguró que durante su
internación en la Clínica del Parque,
en Buenos Aires, temió lo peor. "Cuando
estuve internado temí morir. En esos momentos
grité, insulté y hasta debieron
atarme a la cama para calmarme", comentó
Maradona sobre los 133 días que permaneció
internado en la Clínica del Parque, en
Ituzaingó.
Respecto de su decisión de seguir con
el tratamiento en Cuba, paso desaconsejado por
distintos profesionales, Maradona respondió
tajante: "Elegí ir a Cuba sólo
porque quiero curarme. No tengo mujeres allí.
Mis únicas mujeres son Claudia (Villafañe,
su ex esposa), que siempre estuvo cerca mío
aun en los peores momentos, y mis dos hijas",
agregó Maradona.
Mientras tanto, en La Habana, Maradona cumplió
ayer una semana de tratamiento en el Censam. Allí,
lo trata un equipo multidisciplinario, integrado
por psiquiatras, psicólogos y especialistas
en medicina interna, que opera bajo administración
del severo Ministerio del Interior cubano. En
La Habana, la consigna sobre la situación
médica del ex futbolista es guardar silencio
y por el momento no trascendieron informaciones
sobre su estado actual de salud.
El gobierno revolucionario cubano, que enarbola
como banderas de sus programas de justicia social
los logros obtenidos en educación y salud,
puso a disposición del ídolo argentino
todos los avances tecnológicos de su medicina
y a sus mejores profesionales.
Castro encargó a dos "pesos pesados"
velar por la salud de Maradona y controlar sus
habituales actos de indisciplina: el ministro
de Salud Pública y miembro del buró
político, José Ramón Balaguer,
y a su ex asistente personal, médico y
secretario del Consejo de Estado, José
Miyar Barruecos.
Ni siquiera el locuaz médico personal
de Maradona, Alfredo Cahe, ha tenido la oportunidad
de hacer declaraciones públicas y se desconoce
si le han permitido el contacto personal con su
paciente.
El abogado particular del ex jugador, Héctor
Leguisamón, y las dos hermanas de Diego,
Ana y Rita, que lo acompañaron en su traslado
desde Buenos Aires, viven en total anonimato en
la isla, alejados de la prensa y de las cámaras.
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