"Suite
Habana", una Cuba sin tópicos ni folclorismo abrió
festival de San Sebastián
24
Horas Libre, Perú,
19 de septiembre de 2004.
"Suite Habana", un certero acercamiento
a la realidad cotidiana de la Cuba de hoy, alejada
del tópico y el folclorismo, en un trabajo
documental carente de diálogos y firmado
por Fernando Pérez, abrió hoy la
sección oficial a concurso de la 51 edición
del festival de cine de San Sebastián.
"Suite Habana" nació como el
encargo de un productor español a Fernando
Pérez, un cineasta cubano curtido en el
documental y con cinco filmes de ficción
a sus espaldas, para que rodase un capítulo
de 55 minutos sobre su Habana natal, para ser
incluido en una serie de documentales, titulada
"Ciudades invisibles" y destinada a
las televisiones europeas.
La primera decisión que tomó Fernando
Pérez -Goya a la mejor película
de habla hispana con "La vida es silbar"-,
fue la de eliminar las entrevistas e ir más
allá, buscando plasmar La Habana a través,
únicamente, de la imagen y los sonidos
que emergen de la ciudad, pero sin palabras.
Una segunda y acertada decisión fue la
de centrarse en las acciones cotidianas de unos
personajes elegidos buscando en la calle rostros
y vidas comunes y representativos de esa Habana
triste, desolada y cargada de fantasmales decorados
que se muestra en "Suite Habana". Porque
había, dice el director "muchas Habanas"
posibles a retratar, pero él eligió
mostrar la respiración de la ciudad a través
de habaneros de todas las edades.
Allí está Francisquito, un niño
con síndrome de Down a quien cuida su padre
con esmero. El joven bailarín que trabaja
entre el cemento de una obra y sueña con
poder dedicarse únicamente al baile. El
reparador de vías férreas, cuyo
sueño es tocar con una orquesta. O la anciana
que vende manises en la plaza y a la que ya no
le quedan sueños.
Rostros retratados en primerísimos planos
que hablan sin decir palabra en una película
relajada, que deja libre al espectador, sin intentar
encaminarlo hacia un discurso concreto, aunque
"Suite Habana" transpira tristeza, una
inmensa tristeza, la de unas vidas donde sueños
y realidad casi nunca se encuentran.
Por todo esto, "Suite Habana" se ha
convertido en todo un fenómeno en Cuba,
donde se estrenó en la cinemateca de La
Habana. Allí permaneció durante
seis semanas en cartel, siendo vista por más
de 50.000 espectadores, hasta que el deterioro
sufrido por la única copia existente del
filme tuvo que ser retirada.
En La Habana el sentimiento de identificación
con la película fue total. Los cubanos
se reconocían en esta visión dramática,
cruda y real, pero exenta de cualquier tipo de
sentimentalismo barato. De ahí las excelentes
críticas recibidas allí, donde "Suite
Habana" es ya considerada una obra maestra
del cine cubano.
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