¡Nosotros
los cubanos!
Oswaldo Paya Sardinas. El
Nuevo Herald, 12 de septiembre de 2004.
Así comienza el documento de proclamación
del Movimiento Cristiano Liberación, porque
somos los cubanos los protagonistas de nuestra
historia, porque Cuba somos todos los cubanos
y esta es la tierra que Dios nos dio como patria
y hogar de todos, sin exclusiones.
Hoy peregrinan por el mundo miles de cubanos
sufriendo el destierro que ha sido el mayor castigo
para muchos. Otros, aún hoy, por su opción
de lucha cívica tienen que abandonar el
país, porque la represión les hace
la vida extremadamente difícil. Para otros
emigrar se ha convertido en un premio, buscando
la libertad que no tienen aquí en otras
tierras. Eso no es nuevo en la dictadura, pero
tenemos derecho y la obligación de decir
que la lucha cívica que a tantos lleva
al sufrimiento, a la prisión y hasta la
muerte, no debe ser instrumentalizada con el fin
de emigrar, ni por otros fines o intereses, ni
desde dentro ni desde fuera de Cuba, no debe tener
otro fin que no sea lograr la liberación.
Quienes no tengan esta motivación no deben
confundirse en las filas de los movimientos cívicos,
distorsionando nuestra lucha y nuestra imagen
y alterando nuestros sagrados objetivos. Algunos
se preguntan por qué no somos un partido.
Y es porque no comprenden nuestra razón
de ser. Somos un movimiento porque éste
no aspira al poder para sí, sino a que
los cubanos todos en un movimiento de pueblo protagonicen
su propia liberación.
¿Por qué liberación? Porque
la dictadura de la mentira, la cultura del miedo,
la descristianización forzosa, el aniquilamiento
de valores, el mecanismo despótico que
produce sometimiento y la pobreza para la mayoría
y privilegios y riquezas para la oligarquía
sumerge el pueblo, a cada familia y persona en
la indefensión y la desventaja, y lo peor
en la desesperanza. Como si esta situación
fuera eterna e insuperable. Pero eso de que es
eterna e insuperable es un mito, una mentira.
Por eso es que decimos liberación.
Desde su nacimiento, este movimiento, cual planta
que brota de esta tierra, ha sido pisoteado, muchas
veces han intentado aniquilarlo, aislarlo y hasta
han querido envenenar la tierra que lo circunda,
para que no florezca, pero siempre retoña.
Los que creían liquidarlo, desconocían
que cada vez echaba más raíces.
Por eso sin arrogancia decimos que finalmente
brota como árbol que ya da frutos de liberación.
Somos un movimiento no confesional, pero inspirados
en la fuente primera de la liberación integral
que es el Evangelio.
Muchos cubanos, organizados en alguna agrupación
o no, dentro y fuera de Cuba, por su dedicación
a la causa de los derechos humanos, son parte
del movimiento cívico cubano, que es un
movimiento con base social.
En ese sentido nuestra organización es
una pequeña y humilde parte de ese movimiento
de pueblo, que lo forman los que han optado por
Cuba y por el pueblo cubano, por la libertad y
por los derechos humanos para todos. Hoy debemos
marchar juntos hacia esos objetivos. La unidad
que tanto nos exige el pueblo tiene su fuerza
en esos objetivos comunes y en la solidaridad,
en medio de la diversidad y el pluralismo, la
tolerancia y el respeto mutuo. Pero la unidad
no es verdadera si no es sobre la base de la auténtica
identidad. Esperamos que no sea un escándalo
advertir que no haremos causa común con
la traición, ni con falsificaciones de
la identidad de la oposición auténtica.
Por ningún criterio práctico ni
por dar ninguna falsa imagen de unidad ni por
políticas confundiremos al pueblo ni a
los amigos ni a los que tienen buena voluntad,
jugando conscientemente con la mentira. Aunque
nos estigmaticen. No lo haremos aunque nos cerquen
con la enramada de la mentira que muy bien ha
sabido construir este régimen, pero que
tan estrepitosamente se estrelló y se sigue
estrellando contra el Proyecto Varela y el proceso
de diálogo nacional, que continuarán
hasta llegar a la meta de la libertad, la democracia,
la reconciliación y la justicia. La lucha
por la liberación nos llevará muy
pronto a la transición pacífica,
no va a representar el enfrentamiento entre cubanos,
sino su reencuentro como hermanos.
El régimen despliega todos sus recursos
represivos y maniobras de intriga, contra las
campañas del Proyecto Varela y el diálogo
nacional. Encarcelan, amenazan, hasta con la muerte,
ofenden, y aterrorizan familias indefensas. Quieren
evitar, a toda costa, que muchos más cubanos
conozcan estas alternativas, porque saben que
las van apoyar. Pero continuamos y no nos detendremos.
Desde las prisiones nuestros hermanos, los ''prisioneros
de la primavera de Cuba'', tan humildes como incomparablemente
valientes, nos exhortan a continuar. Ellos tienen
el secreto de la fuerza, en su fe y en su amor
por el prójimo, que es el pueblo oprimido.
Por eso, en la prisión proclaman con alegría
la esperanza.
¡Venimos anunciando la buena y gran noticia
de la liberación! Aquí en nuestra
patria viviremos todos libres y como hermanos,
y no decimos: ''el momento se acerca'', sino mucho
mejor, ya vamos a su encuentro. Eso es liberación.
|