Fin del negocio de lavado de dinero
Ernesto F. Betancourt. El
Nuevo Herald, 27 de noviembre de 2004.
Durante la última ''mesa redonda'' sobre
la desdolarización, a Fidel Castro se le
escapó, y lo cito textualmente de Granma,
"que el cambio monetario tuvo que ser organizado
en muy poco tiempo para evitar la amenaza de Estados
Unidos, dispuesto a impedir a nuestro país
el depósito en bancos extranjeros de los
dólares honestamente ganados mediante el
turismo y la red comercial interna que operaba
en divisas''.
¿A qué amenaza se refería
Fidel? A la aplicación de la Resolución
IX del Grupo de Acción Financiera Internacional
(GAFI), emitida el 22 de octubre, que regula el
control de depósitos en efectivo en bancos
internacionales. Esto puso fin al negocio de lavado
de dinero del nacrcotráfico, que sólo
es en billetes de dólar de EEUU. Si no,
¿como es que puede seguir aceptando y depositando
francos suizos, euros, dólares canadienses
y yen? El GAFI es una asociación mundial
de centros de inteligencia financiera, con sede
en París, cuya misión es coordinar
el control del financiamiento del terrorismo y
el lavado de dinero. El Fondo Monetario Internacional
(FMI) asesora al GAFI. Cuba ni es miembro del
GAFI ni del FMI, status muy atractivo para los
capos de los carteles.
En 1989, después del susto del caso Ochoa,
parece que Fidel decidió alejarse del tráfico
de drogas en la fase final de introducir la mercancía
en los EEUU y envolverse en la fase de lavado
de dinero. Convertir los billetes generados por
el narcotráfico en saldos en cuentas corrientes
en bancos es el primer paso del negocio de lavado
de dinero. Eso facilita pagar la compra de materiales
y equipos y hacer inversiones legítimas.
Los capos de los carteles pagan entre 25 y 28
por ciento por lograr esa conversión. De
acuerdo con información de un capo, Cuba
ofreció cobrarles sólo un 15 por
ciento. El negocio del lavado de dinero lo maneja
el Grupo de Coordinación y Apoyo al Comandante
en Jefe. Todo se desencuadernó con el escándalo
del UBS en Suiza: los agentes de Castro depositaron
$3,900 millones en billetes de dólar de
1996 a 2003 en un fondo, denominado ECI, que tenía
UBS bajo contrato con la Reserva Federal de NY
para el canje de billetes viejos por billetes
nuevos. Sólo que UBS no hizo canje alguno,
sino acreditó dichos dineros a cuentas
corrientes, primer paso del lavado de dinero.
Los congresistas cubanoamericanos Ileana Ros-Lehtinen
y Mario y Lincoln Díaz-Balart demandaron
se investigara el asunto más allá
de la multa de $100 millones que impuso la Reserva
Federal de NY a UBS en abril del presente año.
Además, el 29 de octubre, la Congresista
Ros-Lehtinen envió al secretario del Tesoro,
John W. Snow, la lista de los siguientes bancos
donde, en adición al UBS, es posible que
los agentes de la red financiera de Castro también
hayan depositado billetes de dólar: Credit
Suisse (Suiza), CIBC (Canada), Barclays (Reino
Unido), Bank vonErnst (Reino Unido), Banco Sabadell
y BBVA (España) y Grupos Financieros BANAMEX
y BANCOMER (México).
Fidel recibía cientos de millones de dólares
anuales de los capos por el lavado, dependiendo
el monto de cuál tarifa cobraba. En todo
caso, ha sufrido un serio revés financiero.
Esto pudiera explicar la diferencia entre el nivel
real de remesas de exiliados a Cuba, de entre
200 y 300 millones de dólares anuales,
y las cifras infladas que citan la CEPAL y el
BID, de entre 900 y 1,200 millones, que encubren
esos ingresos ilegales.
Finalmente, durante la ''mesa redonda'', el vicepresidente
del BCC, Jorge Barreda, dijo que fue el propio
Fidel quien comunicó al BCC, el 15 de septiembre,
que se prepararan para el canje. Esto indica que
Castro recibió aviso previo de la Resolución
IX del GAFI y que tendrían que explicar
el origen de los depósitos en billetes
de dólar.
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