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DE CUBA
El
Nuevo Herald
Gema y Pavel, música cubana con sabor
a mundo
Jose Antonio Evora, El Nuevo Herald.
12 de noviembre de 2004.
''Los ángeles no tienen sexo'', dice Gema
Corredera desde su casa en Madrid cuando se le
pregunta por qué las deidades de las religiones
africanas, específicamente de la yoruba,
tienen una presencia tan hegemónica en
la música cubana. "En los santos y
las vírgenes [de la religión católica]
no hay vestigio de humanidad. Para el cubano las
deidades del panteón yoruba fueron más
atractivas, tenía una relación más
cercana con ellas''.
Eso no significa que el componente africano prevalezca
en la música cubana por encima del español,
coinciden en afirmar ella y Pavel Urquiza, el
otro miembro del dúo Gema y Pavel, que
por primera vez se presenta en Miami mañana
sábado, en una función única
a las 8 de la noche, en el Teatro Manuel Artime.
''El negro cubano es muy español'', asegura
Pavel (él y Gema viven en España
desde que salieron de Cuba en 1993). "El
inglés no se mezcló con sus esclavos,
pero el español sí. Cuando descubres
Andalucía y toda la influencia mora, ves
que la guapería y la chulería son
de aquí. No es cuestión de negritud,
sino de cubanía. La espiritualidad del
cubano es sincrética''.
Gema, que estudió guitarra en la Escuela
Nacional de Música de La Habana y se graduó
de musicóloga en el Instituto Superior
de Arte en 1987, afirma que la cultura de su país
es mitad ibérica y mitad africana, y lo
fundamenta en el plano musical con un argumento
técnico muy elocuente.
''En el batá [los tambores sagrados yorubas],
el que canta es el iyá, la madre, que es
grave. El yoruba es el matriarcado'', explica
Gema. "En los europeos es el agudo, el quinto.
Y en la rumba cubana el que improvisa es el quinto,
el varón. El grave es el que improvisa
en el batá, pero en la rumba es el quinto.
Son cosas que no se notan, pero están ahí.
Los cubanos descendemos de un barco, y lo español
no sólo está en la música
campesina''.
Aunque en 1998 ya habían venido a Miami,
será ésta la primera vez que lo
hagan para dar un concierto en un escenario público.
Ocurre cuando está aún fresco su
álbum más reciente, Art Bembé,
un doble CD en un libro de formidable edición
(Editorial Conspiradores y Peer Música
España para El Europeo) con las letras
de todas las canciones y varios textos escritos
por otros músicos y amigos. El primero
de éstos lo firma la compositora Marta
Valdés.
''No sé por qué me han pedido unas
palabras para este disco, si estoy diciendo más
de cuatro cosas...'', se pregunta Valdés.
"Que viajo con una cinta llena de grabaciones
de Gema y Pavel, y a veces encuentro gentes que
los conocen y a veces gentes que entonces salen
a buscarlos porque los quieren en sus vidas. Que
cuando me agarran las tardes escuchándolos
a solas, me pongo a llorar porque me hacen mucha
falta''.
Art Bembé es el cuarto disco que han hecho
juntos, después de Trampas del tiempo y
Cosa de broma, ambos de 1996, y Síntomas
de fe, en el 2001. Pavel fue el productor de los
dos primeros álbumes del grupo Habana Abierta,
el primero con ese mismo nombre, y el segundo,
24 horas.
Ambos han compartido escenarios con Alejandro
Sanz, Tito Puente y Martirio. El ha colaborado
con Miguel Bosé y Ana Torroja, Ketama,
Le Punk y Amparo Sandino, además de que
hizo música para las películas Las
noches de Constantinopla --del cineasta cubano
exiliado en Miami Orlando Rojas-- y Tiempo de
tormenta. Gema comparte su carrera artística
con la docencia como profesora de canto y técnica
vocal en la Escuela Nacional de Música
de Madrid; ha colaborado con Café Quijano,
Javier Ruibal y Nacho Mastrella, y también
compuso música para el filme Lo mejor que
le puede pasar a un cruasán.
Lo peor que pudo pasarle a la música cubana
durante las últimas cuatro décadas
no fue tanto el aislamiento como la falta de experiencia
en el mercado, según Pavel.
''Antes de 1959 Cuba era el país de música
latina que más discos vendía en
Estados Unidos, y en esa música se notaba
la presencia del mercado'', comenta. "Después
no había ningún tipo de referencia,
un no saber lo que estábamos haciendo.
En eso los brasileños se nos adelantaron;
yo aprendí de ellos. Cuando D'Javan fue
a La Habana en 1979 empecé a ver cosas
que tenían contacto con nosotros. Ellos
seguían siendo auténticos, pero
habían aprendido la lección del
mercado: no sólo hacer música, sino
producirla. Aunque quieras hacer un producto elitista,
tienes que enfrentarte al mercado''.
Fusión es la palabra comúnmente
empleada para calificar la música de quienes
mezclan nuevos sonidos con géneros establecidos.
Los componentes de la fusión de Gema y
Pavel hacen una larga lista, que empieza en el
son, la rumba y en general la música folclórica
cubana, pasa por la llamada nueva trova --''especialmente
los primeros discos de Silvio y Pablo'', apunta
Pavel--, abreva en el rock, el jazz y los ritmos
brasileños, y reclama algo del hip-hop.
Pero no es para asustarse. Aunque se han nutrido
de tantos géneros, lo que abunda en Art
Bembé no son ensaladas de todos ellos,
sino composiciones con una base muy definida de
son, trova o rumba en las que unos arreglos vocales
de lujo dan paso aquí y allá a algún
que otro sonido ''de afuera'', o a retazos de
grabaciones de Bola de Nieve, Elena Burke, Miguelito
Valdés, Celeste Mendoza, Barbarito Diez
y la orquesta de Chapotín.
''Aquí sigue estando esencialmente el
concepto del dúo, pero hay un salto a nivel
de colores y de madurez musical'', comenta Pavel.
"Un poco menos ansiedad que en los otros
discos. Ya no queremos demostrar nada, estamos
más bien diciendo lo que somos con absoluta
tranquilidad''.
jevora@herald.com
'Concierto único de
Gema y Pavel'. Teatro Manuel Artime, 900 SW 1st
St., Miami. Mañana sábado 13, a
las 8:00 pm. Información y entradas: (305)
854-5186.
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