Pese
a dificultades Cuba seguirá con su economía cañera
Por Andrea Rodriguez, ©
2004 The Associated Press. The
Houston Chronicle, 10 de noviembre de 2004.
Tras el reciente anuncio oficial de que se retrasará
el comienzo de la cosecha de caña de azúcar,
expertos cubanos aseguraron el miércoles
que la isla continuará con el cultivo de
la gramínea, un sector otrora dinámico
pero ahora sometido a una fuerte crisis.
"En Cuba siempre habrá caña
porque el estado ha desarrollado un enorme capital
humano, científico y técnico",
dijo el miércoles el director del Instituto
Nacional de Investigaciones de la Caña
de Azúcar (INICA).
Especialistas de México, China, Rusia,
Vietnam, Estados Unidos, Ecuador y Brasil se dieron
cita en Matanzas, a 100 kilómetros de esta
capital, para unas jornadas científicas
auspiciadas por el INICA, indicó el periódico
provincial Girón.
Una baja en los precios internacionales y problemas
en la producción obligaron a las autoridades
a cerrar la mitad de sus ingenios en el 2002.
Además se reorientaron cientos de miles
de hectáreas para plantaciones de viandas,
ganadería y reforestación.
El gobierno se resistió hasta las últimas
consecuencias a las reformas en el azúcar,
históricamente fuente de riqueza en la
isla y generador de más 300.000 empleos
hasta entonces.
Aunque en los 70 se produjeron zafras de 7 millones
de toneladas, a partir de los 80 la caída
fue fuerte.
La cosecha del 2004, dos años después
de la reestructuración, fue de 2,5 millones
de toneladas pero con menos gastos de producción.
En el 2003 la cosecha alcanzó 2,2 millones
de toneladas, en el 2002 sumó 3,6 millones
y en 2001 se llegó a 3,5 millones de toneladas.
Según el estimado oficial, unas 4 millones
de toneladas serían apropiadas para los
requerimientos cubanos.
El escaso rendimiento cañero en la isla
durante los últimos años "no
se debe a problemas tecnológicos sino a
circunstancias financieras", explicó
Santana a sus colegas.
Actualmente Cuba busca socios extranjeros para
aprovechar sus avances investigativos en el sector,
especialmente en la producción de derivados,
desde alcoholes hasta medicamentos.
La semana pasada el gobierno anunció que
la próxima zafra, que usualmente comienza
en noviembre o diciembre y se prolonga hasta mayo,
se retrasará hasta enero para permitir
que la cosecha madure más.
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