SOCIEDAD
Vandalismo contra
la telefonía pública
LA HABANA, 30 de marzo (Reinaldo
Cosano Alén / www.cubanet.org) - Autoridades
de la provincia Holguín, particularmente
de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.
(ETECSA), dijeron estar muy preocupadas por el
extendido vandalismo desatado contra la telefonía
pública, y que no ha podido ser controlado
por completo.
Los vándalos introducen monedas deformadas,
recortes de metal, cartón, pedazos de llaves
de cerradura, clavos, arandelas y otros objetos
en las alcancías, que dañan la costosa
pieza interior de precisión, encargada
de clasificar las monedas por su tipo y tamaño.
Otros hacen cortes fraudulentos en los cables
bajantes para establecer comunicación sin
pagar, lo que ha obligado a ETCSA a proteger los
cables con canalitas de metal resistente al uso
de la fuerza. También se han producido
numerosos robos de los costosos, voluminosos y
pesados teléfonos.
Según ETECSA, han detectado aceite de
motor, sirope y otros líquidos dentro de
los teléfonos, sustancias vertidas a través
de la ranura del depósito de las monedas.
Otra dificultad que confronta la telefonía
pública en Holguín, aunque achacable
a la propia telefonía estatal, son las
constantes interrupciones del servicio por encontrarse
los teléfonos repletos de monedas. Argumentan
que para la esmerada atención de los teléfonos
públicos es insuficiente el personal calificado
y el transporte que poseen, una de las causas
por la que, de los 1,194 teléfonos instalados,
entre 60 y 70 se mantienen interruptos diariamente,
para descontento de los usuarios.
Holguín ocupa el cuarto lugar nacional
en teléfonos instalados para el servicio
general.
Por su parte, la capital del país en cuanto
a vandalismo contra los teléfonos de uso
público, presenta una situación
semejante y peor.
De acuerdo a cifras hechas públicas, casi
800 teléfonos han sufrido atentados graves
el pasado año, y los meses transcurridos
del actual, y 27 equipos se "esfumaron"
por completo en manos de audaces ladrones, según
declaró Gerardo de León Ojeda, director
de la Unidad de Negocios de Telefonía de
ETECSA, quien dijo, además, que adquirir
cada unidad de teléfono público
cuesta alrededor de mil dólares, y que
ETECSA ha tenido que desembolsar 58 mil dólares
y más de 18 mil pesos para reparar los
equipos.
León señaló también
que aunque en el resto del país la situación
no es tan crítica, puede serlo si no se
frena a tiempo el vandalismo telefónico.
El problema ha adquirido tal gravedad que la
policía nacional ha incluido está
protegiendo los teléfonos públicos,
según declaración del teniente coronel
Vladimir Campos, segundo jefe de la Unidad Provincial
de Patrullas de Ciudad de La Habana al rotativo
Juventud Rebelde, el 17/03/04, quien expresó
que esa vigilancia permitió detener a un
ciudadano en la capitalina barriada de El Cerro,
a quien ocuparon un gran bulto que llevaba y que
contenía ¡un teléfono público
completo! Además de la pata de la cabra
con la cual lo arrancó. Para asombro mayor
le ocuparon otros cinco teléfonos públicos
en el registro domiciliario.
También en El Cerro, un jovencito de 16
años fue apresado en el momento que descerrajaba
la alcancía de un teléfono público
para apropiarse del dinero depositado. Al registrar
al joven se le ocuparon veinte pesos, producto
de otro robo.
Pero especialistas de ETECSA aseguran que el
robo de dinero no es el único móvil
de los atentados a los teléfonos públicos,
ya que con el uso más difundido de las
tarjetas magnéticas prepagadas, los teléfonos
robados, por lo general cuentan con poco dinero
recaudado, y se han dado casos de equipos robados
que sólo operan con tarjetas magnéticas.
El servicio a particulares es insuficiente en
Cuba, y la telefonía celular, salvo excepciones,
es casi absolutamente desconocida.
Da pena que tan anómala situación
ocurra en nuestro país, pionero en la telefonía
mundial, a ciento cincuenta y cinco años
de los primeros experimentos sobre la transmisión
eléctrica de la voz humana, efectuados
en La Habana en 1849 por el florentino Antonio
Meucci (1808-1889).
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