SOCIEDAD
Cierran comercios
en el Barrio Chino
Ernesto Roque Cintero
LA HABANA, 23 de marzo (www.cubanet.org) - El
popular Barrio Chino, único de su tipo
en el país, enclavado entre las calles
de Escobar a Galiano y de San José a Reina,
en el capitalino municipio de Centro Habana, anda
por estos días consternado ante el cierre
de su Complejo Comercial y el mercado agropecuario,
sin que hasta la fecha las autoridades hayan dado
explicación alguna.
Considerado en las décadas de 1940 y 1950
el más populoso y prolífero de América
Latina, el Barrio Chino se desarrolló económicamente
y entre los beneficios para su comunidad se encontraba
la existencia de una sucursal del Banco de China
en el territorio.
Los chinos de ultramar, además de contar
con salas de cine en las que se exhibían
películas en ese idioma, pequeños
restaurantes, tren de lavado y otros comercios,
llegaron a publicar hasta tres periódicos
en su idioma, redactados e impresos por ellos
mismos.
Luego de 1959, también para los chinos
llegaron las confiscaciones de sus propiedades.
A comienzos de la década de 1990 el Barrio
Chino más prolifero de América Latina
sólo contaba con un periódico confeccionado
manualmente, una sala de cine y una farmacia en
la calle Zanja, amén del deterioro de las
viviendas.
En 1994 se creó el Grupo Promotor del
Barrio Chino, que de conjunto con la embajada
china en La Habana realizaron grandes esfuerzos
por rescatar la tradición. Varios pequeños
restaurantes fueron abiertos, y desde entonces
expenden sus productos básicamente en moneda
dura o en su conversión en dinero cubano.
Aunque ya los nacidos en el Asia han muerto o
son muy viejos, sus descendientes intentan mantener
viva la cultura legada por sus ancestros y son
los encargados de administrar algunos de estos
establecimientos bajo la supervisión gubernamental.
Pero el emblemático Restaurante Pacifico
fue cerrado desde hace más de un año
manifestándose que allí se construiría
un hotel, pero hasta la fecha se mantiene cerrado,
sin brindar ningún tipo de beneficios.
El pasado sábado 20 de marzo y sin previo
aviso a los consumidores, fue cerrado el mercado
chino, donde se expendían varios productos,
desde carnes y sus derivados hasta viandas y hortalizas.
El mejor mercado de la ciudad para comprar hortalizas
era el del Barrio Chino, que las vendía
más frescas, entre ellas la acelga, los
nabos, las zanahorias, y el tradicional frijolito
chino.
La indignación de los vecinos, consumidores
se hace visible con sólo caminar por estas
calles, la comidilla de estos días es el
cierre del mercado y del complejo comercial, lo
que se mantiene como una incógnita.
Especulaciones son las que se sobran, entre ellas
que el cierre se debe a un desfalco de dinero
realizado por los administrativos. Otros aseguran
a que Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad,
y su oficina, se van a encargar de la remodelación
y/o reconstrucción del popular barrio,
y los menos dicen que será para echar un
piso nuevo de granito al mercado agropecuario
y al complejo comercial.
Una trabajadora de este Centro que declinó
dar su nombre, manifestó el pasado sábado,
a quienes le preguntaban a qué se debía
el cierre, que la medida se debía a un
inventario que se realizaría. Pero 72 horas
después, se comprobó que aun no
se había comenzado el mismo.
Lo cierto es que referente al tema no existe
una clara información a los consumidores,
quienes se sienten afectados por la pérdida
de un mercado de calidad y por la lejanía
con la que deben ir a adquirir los productos.
Lástima que Alejo Carpentier no se encuentre
ya entre los vivos, pues estaría a bien
preguntarle si estaría dispuesto a ofrecer
una conferencia sobre ¿Qué pasa
en el Barrio Chino?, como aquélla que ofreciera
en 1976 y que fuera recogida por la editorial
Letras Cubanas.
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