DISIDENCIA
"Ha sido una represión
inútil": Elizardo Sánchez Santa Cruz
Juan Carlos Linares Balmaseda
LA HABANA, 17 de marzo (www.cubanet.org)
- El 18 de marzo de 2003 el gobierno desató
el más grande operativo policial de los
últimos años contra opositores,
activistas de derechos humanos y periodistas independientes.
Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente
de la Comisión Cubana de Derechos Humanos
y Reconciliación Nacional (CCDHRN) opina:
"En primer lugar, creo que iban a condenar
a muchas más personas. Fueron 75 las que
recibieron altas penas, pero los detenidos llegaron
a un centenar. Sumadas las condenas de los 75
sobrepasan los 1000 años, 19 años
como promedio, y el rango de ellas fluctúa
entre 10 y 28 años; solamente uno obtuvo
menos de 10 años".
"A pocas horas de comenzadas las detenciones
ya había muchas protestas internacionales.
Fue otro de los tantos errores de cálculo
del gobierno de Cuba: pensar que la guerra de
Irak iba a solapar y a ocultar a los ojos del
mundo la represión en masa, y no ocurrió
así. El gobierno perdió muchísimo
en términos de imagen y credibilidad, por
la brutalidad con que actuó y las condenas
tan desproporcionadas. La perplejidad de la opinión
pública internacional fue contundente.
Además, ha sido una represión inútil.
Fue una autocomplacencia del sector más
represivo del régimen".
Sánchez coloca sus manos entrelazas, en
las que sostiene un tabaco apagado, sobre la espaciosa
mesa ubicada en el comedor de su domicilio, mientras
responde la próxima pregunta.
"El gobierno cubano siempre ha acariciado
la idea de silenciar y aplastar al movimiento
opositor. Años atrás hablaba del
mismo en forma despreciativa por su poco tamaño,
y luego comprendió que ya se iba convirtiendo
en una fuerza significativa; se sentía
mucho su labor, su opinión, y sus puntos
de vista eran bien tomados por la comunidad internacional
y también por un creciente sector de la
población. Ciertamente, fue un golpe muy
duro para el movimiento pro-democracia, incluido
el periodismo independiente cubano, pero las organizaciones
se reorganizan. La pobreza es mayor entre la población
cada día. El conflicto está entre
el modelo totalitario y una sociedad deseosa de
mayores espacios y libertad y bienestar, y eso
seguirá alimentando el descontento popular,
que es imparable".
¿Cuáles son las represalias más
significativas contra los presos y sus familiares?
"En términos técnicos se violan
las reglas mínimas de la Organización
de Naciones Unidas para el trato a presos y detenidos.
Los presos están sometidos a condiciones
infrahumanas, con una pobre atención médica,
en una atmósfera de campos de concentración,
una alimentación pésima, no reciben
agua potable, y a veces es visible la contaminación.
Yo diría que el trato que reciben los presos,
en particular los políticos y de conciencia,
es una manifestación de crueldad y venganza
desde el Estado. La crueldad alcanza a sus familiares.
Algunos presos que viven en un extremo de la Isla,
los trasladan hacia el otro extremo. Ese hecho
convierte la visita familiar en una odisea, por
la crisis que hay con el transporte público.
En ocasiones el viaje de ida y vuelta de los familiares
dura hasta una semana.
¿Qué está haciendo la CCDHRN
respecto a los presos por razones políticas
y sus familiares?
" El grueso de nuestro trabajo es servir
de fuente de información a disímiles
organismos internacionales de derechos humanos.
Antes contábamos con una pequeña
ayuda para una veintena de presos políticos
y sus familias, pero ahora Plantados envía
desde Miami ayuda monetaria directa a más
de 220 presos. Es un buen proyecto que reúne
esos fondos en el exilio. Nosotros conservamos
una capacidad para prestar ayuda legal de emergencia
y otras formas muy excepcionales de ayuda humanitaria
directa y alguna que otra ayuda en medicamentos".
Sánchez Santa Cruz hace una pausa para
buscar y mostrar un documento, y afirma:
"Nuestra comisión tiene dos miembros
condenados a 18 y 15 años de prisión,
acusados de enviar ese tipo de información
humanitaria".
Lo interrumpo para indagar sobre la cantidad
de presos políticos.
" El número exacto sólo lo
sabe el gobierno. Hay 315 confirmados y documentados,
pero luego hay otros casos pendientes de ser aclarados
que elevan la cifra. El sistema carcelario es
una de las zonas más oscuras de la sociedad
cubana, precisamente porque el régimen
la mantiene en penumbras, y para saber lo que
ocurre realmente en cada centro penitenciario
hay que estar allí dentro. Se estima 100
mil reos en toda la Isla, cerca del 1% de la población
cubana, quizás la tasa más alta
del mundo".
Se habla poco de las familias de los tres jóvenes
que fusilaron por aquellos días, después
del fallido intento de secuestrar una embarcación
de pasajeros para huir de la Isla. ¿Hubo
algún contacto, apoyo u orientación
a esas familias por la CCDHRN?
"Hubo y hay contactos con esas familias.
Eso también entra en la esfera de nuestro
trabajo. Tenemos un programa sobre la pena de
muerte en Cuba; a mediados de año tenemos
que preparar otro informe. Te puedo decir que
en el año 2000 se comprobó que el
Estado de Cuba mató cinco veces más
personas en 1999 que las que fueron ejecutadas
en Estados Unidos por millón de habitantes,
y a partir de las críticas que generó
ese hecho hubo un repudio internacional tan grande
que obligó al gobierno a aplicar una especie
de moratoria que duró hasta 2003. Durante
esos tres años no pudimos confirmar fusilamientos,
aunque no podemos asegurar que no ocurriesen.
Lamentablemente, en el año 2003 se reanudaron.
Ahora mismo hay decenas de cubanos que esperan
en los corredores de la muerte. Estos corredores
se concentran generalmente en prisiones de máxima
seguridad con rangos provinciales. Específicamente,
con los tres fusilados contactamos rápidamente.
Hay que recordar que entre las intenciones de
ellos y su fusilamiento apenas transcurrieron
seis días. Así y todo pudimos hablar
con una de las familias antes de que se consumara
el fusilamiento, y con las otras dos familias
lo hicimos después del fusilamiento. Sólo
pudimos ofrecer algún tipo de apoyo humano.
Estas familias fueron objeto de fuertes presiones
sicológicas, de control policial, humillaciones,
y algún familiar fue detenido sin estar
involucrado en los hechos. Tengo entendido que
algunos miembros de estas familias recibirán
refugio en el extranjero por razones humanitarias".
Muchos en el mundo se asombraron de las peticiones
fiscales por aquellos días: fusilamiento
para estos tres jóvenes y cadena perpetua
para algunos disidentes. ¿Crees que se
repita una ofensiva igual o peor?
"Este gobierno no tiene límites si
se siente amenazado. No puede excluirse que se
repitan nuevas oleadas represivas; pero más
represión no mejoraría la situación
del país. Lo más inteligente que
puede hacer el gobierno es liberar a todos los
presos por motivos políticos, poner fin
a las represiones, y propiciar un proceso de reformas
democráticas en el país".
Sánchez Santa Cruz enciende su tabaco
mientras escucha la próxima pregunta.
¿Por qué el gobierno insiste en
la campaña en contra suya?
"Es como una pretensión de fusilamiento
civil, en este caso a mi persona. Lo esencial
que hay detrás de todo esto son dos asuntos
claves: número uno, el gobierno dice que
yo fui su agente que di información, y
que incluso llegué a descubrir no sé
a qué agente de la CIA. Y yo digo que todo
es mentira. Nunca he sido informante del régimen
y los coroneles con quienes hablé lo saben.
Siempre hablamos como lo que somos: adversarios
ideológicos. La gente tiene dos alternativas:
creer a ellos o creerme a mí. Y número
dos, reconozco que me senté a hablar con
Satanás y lo hice en el propio infierno,
y ése es un lugar muy peligroso. Fue una
incursión que hice en el terreno político
que no me corresponde, porque soy un activista
de derechos humanos y civiles. Pensaba que el
gobierno iba a aceptar una propuesta de la cual
yo era apenas un mensajero, y el gobierno sabe
que era la propuesta también de muchos
gobiernos de Europa y las Américas.
"Yo regresaba de conversar con muchos estadistas,
y digo esto por primera vez. La propuesta era
la más generosa que podía recibir
el gobierno del Dr. Fidel Castro. Consistía
en que hicieran ellos mismos los cambios. Que
gobernara hasta el final de sus días y
que dejara vivir a los cubanos. Que aflojara el
dogal de los cubanos. Yo creo que muchos de sus
simpatizantes estuvieron de acuerdo con la propuesta
que hice a título personal, pero Castro
tiró la puerta, como otras veces, como
diciendo: 'No hay arreglo'".
Exhala el humo del tabaco y lo sigue con la vista
hasta que el humo toma altura.
"Luego ésta es la enseñanza
mayor: fui como un tonto a hablar con ellos. Hay
que abandonar toda esperanza de una solución
por los cauces políticos con el actual
régimen de Cuba, porque hay una voluntad
suprema, metida dentro de un bunker que se opone
a toda transición. Ellos, la minoría
ultra-represiva, que es bien pequeña, pero
tiene todo el poder, se prepara para un holocausto
que puede provocar en un momento dado".
¿Ha vuelto a tener algún contacto
con el gobierno a través de la policía
política?
"No, ellos continúan al tanto de
todo lo que se habla en mi casa, por el teléfono,
vigilándome. Son los dueños de todos
los medios de difusión y yo no tengo medios
para defenderme, pero les responderé en
algún momento. Hace pocos días uno
de los periodistas oficiales que hizo el libro
difamándome se burlaba de lo que yo había
dicho, y ahora lo repito y lo mantengo: el régimen
totalitario de Cuba está en fase terminal".
Algunas amistades suyas consideran que parte
de la popularidad y del conocimiento que disfrutan
en el extranjero los periodistas Arleen Rodríguez
y Lázaro Barredo se debe en alguna medida
a "El camaján". ¿Qué
piensa usted?
Sánchez ríe y contesta con poquedad:
"Sí, en alguna medida".
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