OLA
REPRESIVA
Carta abierta a
la opinión pública de la esposa del Dr. Oscar
Elías Biscet
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org)
- Soy Elsa Morejón Hernández, mujer
cristiana, defensora de los derechos humanos en
Cuba. Es mi deseo que esta misiva sirva de testimonio
al mundo sobre las injusticias que estamos sufriendo
los hombres y mujeres que luchamos pacíficamente
en nuestro país por la libertad de todos
los cubanos.
Mi esposo, el doctor Oscar Elías Biscet,
de 42 años, cristiano, casado, padre de
dos hijos, se encuentra preso en Cuba en una cárcel
de máximo rigor llamada Kilo 8, en la provincia
de Pinar del Río, a 162 kilómetros
de Ciudad de La Habana, donde reside su familia,
sancionado en juicio sumario junto a 75 opositores
pacíficos a 25 años de cárcel
el 7 de abril de 2003, por la constitución
comunista de Cuba, en el artículo 91, que
dice violó la soberanía y la integridad
del territorio cubano.
El 31 de octubre de 2002 extinguió una
sanción de tres años de privación
de libertad en una cárcel de máxima
severidad, Cuba sí, a 768 kilómetros
de su familia, sólo porque en noviembre
de 1999 convocara públicamente a una marcha
pacífica pidiendo al gobierno el cese de
la pena de muerte y la liberación de los
presos políticos en Cuba. El 6 de diciembre
de ese mismo año fue arrestado cuando se
dirigía a la vivienda privada de un colega
para un conversatorio de derechos humanos. Ilegalmente
fue mantenido en la prisión Combinado del
Este, en la capital cubana, por el supuesto delito
de desorden público, de donde fue trasladado
el 29 de marzo de 2003 al Departamento de Seguridad
del Estado en la capital cubana, sometido a interrogatorios,
aislado e incomunicado hasta el juicio sumario
del 7 de abril. Simultáneamente fuimos
objeto de registros domiciliarios e interrogatorios
por parte de la policía política
castrista, donde las únicas armas peligrosas
que encontraron en mi casa fueron libros de Martin
Luther King, revistas Newsweek, artículos
de derechos humanos y una computadora vieja del
año 95, el trabajo investigativo sobre
los abortos en Cuba, 2 CD de medicina y una autorización
de la sección de intereses de los EUA en
La Habana para visitar dicha sede hasta la garita
cuando lo deseara. Este último era el hallazgo
más preciado para los policías,
a los que mi esposo respondió en la vista
oral de 7 de abril: "Los visito porque son
mis amigos y aman la libertad y la justicia como
yo, y les llevo las violaciones a los derechos
humanos que no se cumplen por parte del gobierno
cubano. Nosotros nunca nos hemos plegado a un
gobierno extranjero, hemos recurrido a sedes diplomáticas
en busca de solidaridad, expresando nuestro anhelo
de vivir en libertad en nuestro propio país.
El doctor Biscet fue confinado en la cárcel
Kilo 5, en Pinar del Río, después
del juicio sumario, obligado a permanecer en calabozo
de castigo durante 7 meses, sin ropa, sólo
ropa interior, sin visitas familiares, aislado
e incomunicado con su familia por negarse a ponerse
un uniforme de preso indecoroso. El 13 de noviembre
de 2003 lo trasladaron para la cárcel Kilo
8, Pinar del Río, donde se encuentra actualmente.
Desde su llegada a la misma lo mantuvieron 2 meses
en un calabozo sin ventanas, aislado, sin visitas
familiares, alimentos restringidos, no literatura,
no sol, sólo por negarse a convivir en
una celda con un preso sancionado por asesinado.
El 16 de enero de este año fue sacado del
calabozo de castigo y puesto a convivir en la
misma cárcel en un cubículo junto
a 12 presos comunes con sanciones elevadas, las
condiciones higiénico-sanitarias no son
buenas ni la alimentación. Tiene derecho
a visitas familiares cada 3 meses, sólo
familia allegada, 2 personas, llevarle literatura
que no tenga contenido político diferente
al comunista, aseo personal y algunos alimentos
establecidos en el penal, y limitados en cantidad.
No puede tener radio ni comunicación familiar
por teléfono, sólo cartas que deben
ser entregadas al carcelero, éstas a su
vez son leídas por funcionarios de la prisión,
y según su contenido son enviadas a la
familia y viceversa.
El Dr. Biscet se incorporó al movimiento
de Derechos Humanos en Cuba en 1990, fundó
su organización de derechos humanos en
1997, con el único fin de defender el derecho
a la vida y la Carta Universal de Derechos Humanos.
Desde ese mismo año perdió su empleo
junto a su esposa porque se opuso públicamente
al aborto en el hospital donde laboraba.
Mi esposo, antes de ir a prisión, tenía
buen estado de salud bucal. Producto del prolongado
encarcelamiento y la no atención estomatológica
su estado de salud bucal es malo. Él no
confía en que halla buena intención
por parte de la policía política
en este sentido. Además, padece de hipertensión
arterial esencial, a pesar de tener compensada
la misma, con restricción de alimentos
nocivos que le dan en la cárcel y atenolol.
Necesita realizarse investigaciones médicas,
a las cuales se niega por los mismos motivos.
A pesar de todo, el 26 de febrero lo vimos su
madre y yo y refirió sentirse mejor de
las secuelas de los castigos en los calabozos.
Dice que ahora lo sacan al sol a diario, camina
en horario de deportes un rato en el patio, se
lleva bien con los demás presos, que lo
aprecian y lo respetan. En los 5 años que
van a cumplirse de estar en prisión, mantiene
una fortaleza espiritual fehaciente, en su última
misiva que me hiciera en vísperas de año,
dice: "Soy un hombre convencido por mis principios
éticos, el dolor de un semejante es también
el mío, no puedo aceptar tranquilamente
el mal, porque de hacerlo corroería mis
huesos, y mi mente no viviría en paz. Me
opongo a las injusticias para que no trascienda.
La resistencia no violenta al mal dignifica al
alma humana y a la vez me realizo como persona,
por lo que estaré aquí en la cárcel
hasta que Dios quiera" (Dr. Oscar Elias Biscet).
Nosotros estamos convencidos de que este hombre
es inocente, como Dios también lo sabe.
Las acusaciones que le impusieron a mi esposo
para llevarlo a la cárcel no guardan relación
con las actividades pacifistas públicas
y transparentes que él viene realizando
en defensa de la vida y los derechos humanos.
Mi esposo está preso producto de la falta
de libertad y justicia que hay en mi país,
Cuba, por lo que apelamos a la conciencia de todos
los hombres y mujeres de buena voluntad, a organizaciones
de derechos humanos, líderes religiosos,
cívicos y políticos, prensa internacional
y pueblos, que exijan al gobierno cubano la inmediata
excarcelación del doctor Oscar Elías
Biscet y de todos los prisioneros políticos
cubanos, cuyo único delito ha sido y es
honrar la Declaración Universal de Derechos
Humanos, agradeciendo de antemano su solidaridad.
Familiares del Dr. Biscet. Muchas gracias. Lic
Elsa Morejón Hernández, su esposa
Resido en Avenida de Acosta No. 464 entre 8va.
y 9na. Lawton, Ciudad Habana.
Ciudad Habana, marzo 10-2004
|