PRENSA INDEPENDIENTE
Marzo 16, 2004

OLA REPRESIVA
Carta abierta a la opinión pública de la esposa del Dr. Oscar Elías Biscet

LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Soy Elsa Morejón Hernández, mujer cristiana, defensora de los derechos humanos en Cuba. Es mi deseo que esta misiva sirva de testimonio al mundo sobre las injusticias que estamos sufriendo los hombres y mujeres que luchamos pacíficamente en nuestro país por la libertad de todos los cubanos.

Mi esposo, el doctor Oscar Elías Biscet, de 42 años, cristiano, casado, padre de dos hijos, se encuentra preso en Cuba en una cárcel de máximo rigor llamada Kilo 8, en la provincia de Pinar del Río, a 162 kilómetros de Ciudad de La Habana, donde reside su familia, sancionado en juicio sumario junto a 75 opositores pacíficos a 25 años de cárcel el 7 de abril de 2003, por la constitución comunista de Cuba, en el artículo 91, que dice violó la soberanía y la integridad del territorio cubano.

El 31 de octubre de 2002 extinguió una sanción de tres años de privación de libertad en una cárcel de máxima severidad, Cuba sí, a 768 kilómetros de su familia, sólo porque en noviembre de 1999 convocara públicamente a una marcha pacífica pidiendo al gobierno el cese de la pena de muerte y la liberación de los presos políticos en Cuba. El 6 de diciembre de ese mismo año fue arrestado cuando se dirigía a la vivienda privada de un colega para un conversatorio de derechos humanos. Ilegalmente fue mantenido en la prisión Combinado del Este, en la capital cubana, por el supuesto delito de desorden público, de donde fue trasladado el 29 de marzo de 2003 al Departamento de Seguridad del Estado en la capital cubana, sometido a interrogatorios, aislado e incomunicado hasta el juicio sumario del 7 de abril. Simultáneamente fuimos objeto de registros domiciliarios e interrogatorios por parte de la policía política castrista, donde las únicas armas peligrosas que encontraron en mi casa fueron libros de Martin Luther King, revistas Newsweek, artículos de derechos humanos y una computadora vieja del año 95, el trabajo investigativo sobre los abortos en Cuba, 2 CD de medicina y una autorización de la sección de intereses de los EUA en La Habana para visitar dicha sede hasta la garita cuando lo deseara. Este último era el hallazgo más preciado para los policías, a los que mi esposo respondió en la vista oral de 7 de abril: "Los visito porque son mis amigos y aman la libertad y la justicia como yo, y les llevo las violaciones a los derechos humanos que no se cumplen por parte del gobierno cubano. Nosotros nunca nos hemos plegado a un gobierno extranjero, hemos recurrido a sedes diplomáticas en busca de solidaridad, expresando nuestro anhelo de vivir en libertad en nuestro propio país.

El doctor Biscet fue confinado en la cárcel Kilo 5, en Pinar del Río, después del juicio sumario, obligado a permanecer en calabozo de castigo durante 7 meses, sin ropa, sólo ropa interior, sin visitas familiares, aislado e incomunicado con su familia por negarse a ponerse un uniforme de preso indecoroso. El 13 de noviembre de 2003 lo trasladaron para la cárcel Kilo 8, Pinar del Río, donde se encuentra actualmente. Desde su llegada a la misma lo mantuvieron 2 meses en un calabozo sin ventanas, aislado, sin visitas familiares, alimentos restringidos, no literatura, no sol, sólo por negarse a convivir en una celda con un preso sancionado por asesinado. El 16 de enero de este año fue sacado del calabozo de castigo y puesto a convivir en la misma cárcel en un cubículo junto a 12 presos comunes con sanciones elevadas, las condiciones higiénico-sanitarias no son buenas ni la alimentación. Tiene derecho a visitas familiares cada 3 meses, sólo familia allegada, 2 personas, llevarle literatura que no tenga contenido político diferente al comunista, aseo personal y algunos alimentos establecidos en el penal, y limitados en cantidad. No puede tener radio ni comunicación familiar por teléfono, sólo cartas que deben ser entregadas al carcelero, éstas a su vez son leídas por funcionarios de la prisión, y según su contenido son enviadas a la familia y viceversa.

El Dr. Biscet se incorporó al movimiento de Derechos Humanos en Cuba en 1990, fundó su organización de derechos humanos en 1997, con el único fin de defender el derecho a la vida y la Carta Universal de Derechos Humanos. Desde ese mismo año perdió su empleo junto a su esposa porque se opuso públicamente al aborto en el hospital donde laboraba.

Mi esposo, antes de ir a prisión, tenía buen estado de salud bucal. Producto del prolongado encarcelamiento y la no atención estomatológica su estado de salud bucal es malo. Él no confía en que halla buena intención por parte de la policía política en este sentido. Además, padece de hipertensión arterial esencial, a pesar de tener compensada la misma, con restricción de alimentos nocivos que le dan en la cárcel y atenolol. Necesita realizarse investigaciones médicas, a las cuales se niega por los mismos motivos. A pesar de todo, el 26 de febrero lo vimos su madre y yo y refirió sentirse mejor de las secuelas de los castigos en los calabozos. Dice que ahora lo sacan al sol a diario, camina en horario de deportes un rato en el patio, se lleva bien con los demás presos, que lo aprecian y lo respetan. En los 5 años que van a cumplirse de estar en prisión, mantiene una fortaleza espiritual fehaciente, en su última misiva que me hiciera en vísperas de año, dice: "Soy un hombre convencido por mis principios éticos, el dolor de un semejante es también el mío, no puedo aceptar tranquilamente el mal, porque de hacerlo corroería mis huesos, y mi mente no viviría en paz. Me opongo a las injusticias para que no trascienda. La resistencia no violenta al mal dignifica al alma humana y a la vez me realizo como persona, por lo que estaré aquí en la cárcel hasta que Dios quiera" (Dr. Oscar Elias Biscet).

Nosotros estamos convencidos de que este hombre es inocente, como Dios también lo sabe. Las acusaciones que le impusieron a mi esposo para llevarlo a la cárcel no guardan relación con las actividades pacifistas públicas y transparentes que él viene realizando en defensa de la vida y los derechos humanos. Mi esposo está preso producto de la falta de libertad y justicia que hay en mi país, Cuba, por lo que apelamos a la conciencia de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a organizaciones de derechos humanos, líderes religiosos, cívicos y políticos, prensa internacional y pueblos, que exijan al gobierno cubano la inmediata excarcelación del doctor Oscar Elías Biscet y de todos los prisioneros políticos cubanos, cuyo único delito ha sido y es honrar la Declaración Universal de Derechos Humanos, agradeciendo de antemano su solidaridad.

Familiares del Dr. Biscet. Muchas gracias. Lic Elsa Morejón Hernández, su esposa

Resido en Avenida de Acosta No. 464 entre 8va. y 9na. Lawton, Ciudad Habana.

Ciudad Habana, marzo 10-2004



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