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SOCIEDAD
¿Picadillo o cordelillo?
Fidel Lorenzo García
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Bien conocida
es la gran necesidad de alimentos que hay en Cuba.
Alimentos que el pueblo tiene que "inventar"
para poder vivir, ya que la llamada "canasta
básica" sólo alcanza para la
primera semana malamente. Las otras tres y media
sólo Dios sabe cómo lo hacemos.
Y precisamente de ella, de la canasta básica,
quiero hablar.
Resulta que lo último que vino a la ¿carnicería?
fue el famoso picadillo de soja. Hice mi cola,
lo compré, lo aderecé con lo que
encontré, y haciendo de tripas corazón
me dispuse a comerlo. Tomé la mitad de
la ración y la eché a la sartén,
la tapé y la puse a cocinar a fuego lento.
Pasados tres minutos tomé el tenedor, comencé
a revolver aquello. Cuál no sería
mi sorpresa al tocar algo duro dentro del amasijo
aún medio crudo. Al sacarlo y lavarlo bajo
el grifo de agua, comprobé que era un pedazo
de aproximadamente una pulgada de esa parte que
une las articulaciones de los huesos, que no es
ni hueso ni cartílago, sino algo intermedio
que no hay forma de masticar.
Decidido a conservar mi pobre dentadura, comencé
a buscar otros pedazos para sacarlos, y entonces
encontré una tripa larga que supuse fuera
un trozo de tendón o algo parecido. Ahí
fue cuando me di la segunda sorpresa del día
al lavarlo en el agua. ¿Qué cree
el lector que encontré? Pues nada más
y nada menos que un trozo de cordel trenzado de
10 centímetros de largo. Asombrado y horrorizado
seguí buscando y encuentro dos trozos más
del cordel en la pequeña porción
de ¡picadillo! ¿No será mejor
decir cordelillo?
Atónito, sin saber qué hacer con
mi hallazgo, salí al pasillo y comenté
la situación con los vecinos. Otra sorpresa
más. Lo aceptaron como lo más natural
del mundo. Es más, me dijeron que me dejara
de boberías, que sacara los cordeles y
me comiera el picadillo, que lo que no mata, engorda.
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