RELIGION
Cristianismo Vs.
Política
Diolexis Rodríguez Hurtado
SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org) - Hay entre
los creyentes quien parece haber inaugurado un
cristianismo totalmente neutral, porque al final
-y éste es su criterio fundamental- "los
cristianos no nos metemos en política".
Sinceramente me pregunto ¿Desde cuándo
es eso? Hasta donde yo conozco en cualquier país
del mundo, incluyendo el nuestro, los cristianos
hemos sido demócratas, republicanos, auténticos,
liberales, conservadores, revolucionarios, sSocialistas,
ortodoxos
qué sé yo. Cualquier
cosa siempre que no sea miembro de un partido
o movimiento que promueva el ateísmo, viole
los más elementales derechos humanos o
anule cualquiera de nuestros valores.
Con una simple mirada a la historia de Cuba,
advertiremos que muchos creyentes han pertenecido
a los más disímiles partidos y movimientos
políticos desde las guerras de independencia,
transitando por los movimientos revolucionarios
hasta hoy. Muchos han sido los católicos
y hermanos evangélicos que ofrecieron su
sangre por una patria mejor.
Recordemos al padre Félix Varela, o viajemos
más allá en la historia, hasta Roma
en la era de Cristo, para recordar la lucha que
sostuvieron los pueblos de Israel contra los romanos.
Pero Israel tuvo que enfrentar junto a los invasores
de Roma la lucha partidista entre judíos
y filisteos; narra la Biblia que enfrentándose
los débiles contra los poderosos, los primeros
acudieron siempre al favor de Dios. En ese enfrentamiento
de israelitas y filisteos, aparecieron dos figuras
legendarias, David y Goliat, el segundo, con arco
y flechas y el primero con su magnifica onda con
la que derribó a su adversario. Cristo
con sus prédicas levantó al hombre
humilde contra el poderoso que temía perder
sus riquezas en manos de los pobres.
Me preocupa semejante apoliticismo porque se
corre el riesgo de que se convierta en un mal
hábito ciudadano lo que todavía
no pasa de ser un estado de opinión. No
conozco en la Santa Biblia, ni en el actual magisterio
de la Iglesia ningún documento que nos
inhiba tan cruelmente, ¡todo lo contrario!
Por tanto esta posición carece de cualquier
fundamento teológico. ¿Cómo
podríamos dejar en manos ajenas aquello
por lo que tenemos que dar cuenta personalmente
ante Dios al final de nuestras vidas?
Además estaríamos ayudando a poner
la base de un modelo de sociedad que no tendrá
en cuenta para nada, que estaría feliz
de ver al cristianismo convertido en otra de las
tantas religiones marginales, experta en el desánimo
social y carente del espíritu profético.
Nosotros mismos estamos autoexcluyéndonos
del necesario cambio de la nación para
una sociedad donde se haga sentir la paz, la justicia,
la libertad y la democracia.
Soy del criterio que los únicos que no
tienen encomendada su participación en
las actividades políticas son los Testigos
de Jehová debido a sus status internos
y accionar apolítico.
Entiéndase, por supuesto, que la política
escrita con "p" minúscula, es
la que identifica a los miembros activos de algún
partido o movimiento político, pero la
política escrita con "P" mayúscula,
es la que concierne al bien común de la
nación, la de la defensa de los derechos
humanos y la instauración de la democracia
en la patria; de ésa no está excluido
ni Su Santidad el Papa.
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