HISTORIA
La experiencia polaca
SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org)
- Hace algún tiempo, gracias al Centro
de Estudios para una Opción Nacional (CEON)
y al Directorio Democrático Cubano, tuve
el privilegio de compartir con un grupo de amigos,
intelectuales todos, un material muy interesante
transcrito de la conferencia impartida el 20 de
febrero de 1999 en la Universidad Internacional
de la Florida, con motivo al primer aniversario
del Acuerdo de la Democracia en Cuba, de la brillante
luchadora polaca Sofía Romaszewska, titulado
"Experiencias de la Lucha Cívica No
Violenta en Polonia"
Romaszewska, que en la actualidad es la presidenta
de la Fundación para la defensa de los
Derechos Humanos de Polonia, presenta un aval
importante como para trasmitirnos su experiencia
en las luchas no violentas, ya que desde la década
del 70 fue fundadora junto a su esposo del movimiento
pro democracia de su país, hasta que en
l980, perteneciendo al sindicato Solidaridad,
organizó la emisora del mismo nombre. Por
su trabajo ha recibido varios premios, como el
de la Fundación Aurora, y llegó
a ser directora del Buró de Investigaciones
del Senado polaco en la etapa pos soviética.
En su conferencia define desde el punto de vista
histórico, los hechos más comunes
de la oposición democrática polaca
a la formación del movimiento Solidaridad
con alrededor de 10 millones de miembros, la resistencia
a la ley marcial por un movimiento popular, la
negociación y el derecho de las fuerzas
democráticas de participar activamente
en el gobierno, la transición de un gobierno
totalitario al democrático y la iniciación
del desmantelamiento del bloque comunista.
Las actividades de la oposición polaca
se realizaron bajo dos principios importantes:
actividades abiertas y públicas. Aunque
en un inicio fueron clandestinas, ya en 1984 comenzaron
a tener carácter público para que
el mismo ejemplo de los activistas propiciara
la extensión del movimiento contestatario,
lo que motivó que el pueblo comenzara a
hablar más abiertamente de sus derechos
y así se compensaron los efectos de la
infiltración de la Seguridad del estado.
El otro principio estaba basado en la accesibilidad
de todos los simpatizantes de la oposición
democrática a actividades como la ayuda
a quienes sufrían la represión y
la distribución de publicaciones clandestinas,
lo que hizo cobrar rápidamente carácter
nacional al movimiento opositor.
Las actividades políticas estaban encaminadas
a la búsqueda de soluciones a los problemas
como el estado de derecho, la lucha por los derechos
humanos, la ayuda a quienes sufrían la
represión, las actividades sindicales,
las publicaciones escritas, de radio y TV fuera
de los medios oficiales, actividades educativas,
actividades de integración del campesinado
y la lucha por el derecho a expresar las creencias
religiosas.
La experiencia del movimiento democrático
en el país del este europeo desestimó
durante la primera etapa las convicciones políticas
personales, ya fueran de derecha o izquierda,
porque eran consideradas de naturaleza secundaria,
lo que les permitió mantener la unidad
basada en el genuino pluralismo de las ideas.
Además, los medios de difusión realizaban
su trabajo encaminado a las grandes masas y a
los grupos específicos, para permitir la
colaboración de muchos simpatizantes en
la impresión y distribución de los
materiales. También se empezaron a publicar
libros históricos, de poesía, novelas
y trabajos científicos, filosóficos
y culturales, para contribuir al acervo cultural
del pueblo, los disidentes y los líderes.
Tanto la emisora Solidaridad que con sólo
12 W cubría la capital como Radio Europa
Libre, difundían las noticias de cada caso
de represión, para que se conociera el
sufrimiento de estas personas y despertara en
otras la admiración por al papel que estaban
jugando a favor de la democracia. Cada juicio
y condena demostraba cuán represivo era
el gobierno, mientras que la asistencia legal
de los mejores abogados nunca faltó, así
como la ayuda material a los familiares y la compensación
material de las pérdidas inducidas por
la represión, así los activistas
conocían que en caso de represalias, recibirían
solidaridad y ayuda. Según afirmó
la Romaszewska, los recursos necesarios para este
tipo de garantías no son excesivos porque
la ayuda recibida por la oposición polaca
en el período de 1982 al 1989 no sobrepasó
el valor de un tanque de guerra moderno.
Ahora recuerdo las fuertes discusiones que provocó
el análisis de este material entre los
presentes en aquel grupo de luchadores pro democracia
intramuros. Unos estimaron que esta experiencia
debía seguirse al pie de la letra, mientras
que otros dijeron que todos esos eventos debíamos
estudiarlos casuísticamente, pero para
enfrentar la dura realidad en la Cuba de hoy debíamos
adecuar los métodos a nuestro contexto.
Para situar un ejemplo, el sindicato Solidaridad
opuesto al régimen socialista y dirigido
por Walesa, tenía en sus nóminas
casi el número de cubanos que viven hoy
en la isla.
En realidad, existen muchos puntos comunes y
otros discordantes, pero lo que nunca debemos
olvidar es que ésta es la experiencia polaca,
un país ubicado en la Europa del Este,
con una historia diferente a la nuestra, como
diferente es nuestra idiosincrasia, la cultura
y el nivel educacional de los cubanos. En Polonia
el nivel de vida, la economía, la educación
y el acervo cultural de aquel entonces era cualitativa
y cuantitativamente superior a los que sucede
en Cuba en pleno siglo XXI, y eso es un gran dilema
a enfrentar por el actual movimiento pro democracia
cubano. cnet/46
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