Declaraciones de canciller
cubano incomodan y sorprenden a La Moneda
Las palabras del canciller
fueron analizadas por La Moneda, que las consideró
inoportunas. Ayer, el embajador cubano en Santiago
hizo una precisión, y afirmó que
el tema del mar deben resolverlo Chile y Bolivia.
La
Tercera, Chile, 24 de
febrero de 2004.
Tras ser considerada inicialmente como una simple
escala técnica que, a ojos del gobierno
cubano, permitiría sondear el estado de
las relaciones bilaterales, la visita relámpago
que efectuó el domingo el canciller de
Cuba, Felipe Pérez Roque, terminó
convirtiéndose en una nueva controversia
entre Santiago y La Habana.
Esto, debido a que no agradó a La Moneda
-que le había restado importancia al viaje-
que el jefe de las relaciones internacionales
de la isla abordara durante su visita de nueve
horas uno de los temas que más han complicado
al gobierno: la reivindicación marítima
de Bolivia.
Aunque más esperable, tampoco cayó
bien que Pérez Roque emplazara a Chile
a cambiar el voto de condena a la situación
de derechos humanos de Cuba que expresó
en los últimos dos años en la ONU.
Ayer, el vocero de gobierno, Francisco Vidal,
reflejó la incomodidad de La Moneda por
los dichos del canciller castrista respecto de
que "en Cuba hay un apoyo mayoritario a la
aspiración de Boliviana". "Todo
el mundo tiene derecho a plantear su opinión,
lo importante es la opinión nuestra: que
éste es un tema entre Chile y Bolivia,
de nadie más", dijo.
Las palabras de Pérez Roque fueron objeto
de análisis en Palacio, que las consideró
inoportunas. Y si bien van en la línea
de la solidaridad con Bolivia que ya había
expuesto la Asamblea Nacional cubana en diciembre,
los dichos del canciller causaron sorpresa en
el gobierno en vista de las garantías que
a inicios de este mes recibieron varios parlamentarios
chilenos que viajaron a la isla.
Un integrante de esa delegación, el senador
DC Jorge Pizarro, dijo a su regreso que el vicepresidente
cubano, Carlos Lage, había manifestado
que la solución al diferendo entre Chile
y Bolivia tenía que ser hallada de manera
bilateral.
El embajador cubano en Chile, Alfonso Fraga,
reafirmó ayer a La Tercera la postura de
Lage al asegurar que "la salida al mar es
algo que históricamente ha apoyado la revolución
cubana, pero antes de estar buscando por aquí
y por allá, este es un problema que tienen
que resolver los países directamente involucrados:
Chile y Bolivia, y eventualmente el Perú".
De todas formas, el senador PS y presidente de
la Comisión de Relaciones Exteriores, Ricardo
Núñez, no sólo expresó
su sorpresa por los dichos de Pérez Roque
sino que consideró sus palabras como "imprudentes"
y no ajustadas a una "política de
buena vecindad". "Chile siempre ha sido
cuidadoso con los temas que Cuba tiene con otros
países, por lo que uno espera cierta reciprocidad",
agregó.
En círculos diplomáticos se evaluó
que la referencia del cubano a Bolivia es "una
de las herramientas" con que el gobierno
de Castro buscará presionar para que este
año Chile no condene a la isla.
Votación
Vidal también abordó ayer el emplazamiento
de Pérez Roque para que Chile cambie su
voto en Ginebra. Si bien el vocero dijo que Pérez
Roque tiene "el derecho natural" de
plantear la postura de su país, afirmó
que la posición chilena será tomada
la segunda quincena de marzo, cuando se espera
que algunos países miembros de la comisión
presenten un proyecto de resolución.
En todo caso, personeros de gobierno y parlamentarios
afirmaron que este año el voto chileno
"no está tan claro". Por un lado
se asegura que la administración Lagos
tiene mayores posibilidades de desmarcarse de
las presiones norteamericanas para condenar a
La Habana, pues -a diferencia del año pasado-
el TLC ya está en plena vigencia, y no
es necesario, como lo fue en 2003, jugar a favor
de Washington en instancias como esta para superar
la "decepción" que causó
en EE.UU. la decisión de Lagos de no respaldar
la invasión a Irak.
No obstante, también hay quienes afirman
que el Presidente chileno tendrá que enfrentar
la presión de George W. Bush, que necesita
hacer gestos al exilio cubano en Florida para
ganar en ese estado clave para las próximas
elecciones presidenciales de noviembre.
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