La inflación de las remesas
y el lavado de dinero
Ernesto F. Betancourt, El
Nuevo Herald, 3 de julio de 2004.
Las remesas a Cuba son fuente de controversia.
Hoy vamos a comentar sobre el tráfico de
''mulas'' y el envolvimiento de Fidel en el lavado
de dinero.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
en su último informe sobre remesas, atribuye
a Cuba el recibo de $1,194 millones de dólares
en el 2003, sin aclarar cómo llega a esa
cifra. La CEPAL hace estimados similares. Sin
embargo, esos niveles se dan de cachetadas con
la realidad.
Para llegar a esa cifra, sería necesario
que 400,000 hogares de exiliados enviaran $3,000
anuales a Cuba. Como, de acuerdo con el censo
del 2000, hay 474,000 hogares exiliados, sería
necesario que un 80 por ciento estuvieran dispuestos
a hacer esos envíos, y a un nivel más
del doble que el que permite la ley. Lo cual,
nadie que conozca al exilio cubano, cree factible.
En Cuba, sería necesario que la nomenklatura
aceptara que 400,000 familias de ''gusanos,''
enemigos del régimen, tuvieran un nivel
de vida muy superior al de ellos. Algo políticamene
increíble.
Indagando más sobre esas cifras, recurrimos
al estudio de Manuel Orozco, del Diálogo
Interamericano, a quien se atribuye ser la fuente
de los estimados del BID. Orozco sostiene que
el 80 por ciento de las remesas a Cuba van vía
''mulas.'' Su cálculo para alcanzar 800
millones de dólares se basa en 4,000 ''mulas''
que viajan 20 veces al año desde Miami,
las que sumadas a las otras vías permiten
alcanzar la cifra del BID. Esto es obviamente
una exageración. ¿Qué es
lo que se oculta detrás de estas cifras
infladas? Para empezar, a Fidel las ''mulas''
de las remesas ofrecen cobertura a las ''mulas''
del lavado de dinero de la droga. Por eso no las
reprime.
Cuando empezó el envío de remesas
a Cuba, en 1993, Fidel se opuso inicialmente a
la iniciativa. En las discusiones que hubo dentro
de la dirigencia, Fidel sostenía que proveer
una fuente de ingresos independientes debilitaría
el control del régimen sobre la población.
Solamente accedió ante la crisis que confrontaban
por el desplome del bloque soviético. Años
atrás, en 1989, había fusilado al
general Ochoa bajo la acusación de poner
en peligro la revolución con el tráfico
de drogas. Pero, desde 1983, había dado
órdenes de que se buscara una manera de
beneficiarse de ese tráfico, minimizando
el peligro de ser descubiertos.
Esta búsqueda lleva a un negocio altamente
lucrativo: el lavado de dinero. Esto envuelve
no tan sólo los dólares generados
por las drogas, sino también por la corrupción.
Fidel ofrece confidencialidad a los dueños
de dólares ilegítimos, al quedar
sus cuentas fuera del escrutinio del sistema financiero
mundial. Cuba ni es miembro del FMI ni coopera
para controlar el lavado de dinero.
Por eso, los $3,900 millones de dólares
depositados en el UBS suizo a partir de 1996 deben
reflejar, además de las remesas, la expansión
en el lavado de dinero de drogas, del de los políticos
corruptos y terroristas, así como del turismo.
Los capos de los carteles pagan hasta un 25 o
28 por ciento por legitimar sus dólares
ilegítimos, que ascienden a 100 mil millones
anuales. Además de lo que llevan las ''mulas''
desde Miami, Mario Villanueva, Amado Carrillo
Flores y otros llevan el dinero a Cayo Largo y
otros lugares en yates y aviones.
Carlos Salinas de Gortari, con miles de millones
de dólares malversados, Néstor Kirchner,
quien sacó de Argentina 700 millomes cuando
gobernaba Santa Cruz, Omar Gadhaffi, cuando estaba
aislado por condenas de la ONU, Yasser Arafat,
después que la OLP saqueó Beirut,
están entre los líderes políticos
que utilizaron el refugio financiero confidencial
que ofrece Fidel. Algunos de estos fondos son
en efectivo. Además de los de atracos y
secuestros promovidos por Cuba, como los 4 millones
del robo del Wells Fargo y los millones de rescates
de secuestros de los montoneros.
El turismo se paga mayormente con cheques y tarjetas
de crédito, excepto propinas y pagos menores.
Las Tiendas de Recuperación de Divisas
(TRD) captan esos y otros dólares circulantes.
Fidel encargó al Gallego Fernández,
vicepresidente del Consejo de Ministros, registrar
todos los meses las ventas en las TRD. Esta es
la tercera fuente del efectivo depositado en las
cuentas en Suiza y, posiblemente, en otros centros
bancarios mundiales.
Todo este tinglado es el que encubren el BID
y la CEPAL con las cifras infladas de remesas
que le atribuyen a la comunidad cubanoamericana.
Hay que aclararlo. Además, el escándalo
del lavado de dinero refleja que Cuba es refugio
confidencial para dinero de terroristas y malversadores.
Hay que revelarlo.
Es esencial que se lleven hasta sus últimas
consecuencias las investigaciones solicitadas
por los congresistas cubanoamericanos en la Cámara
de Representantes.
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