La boda de José Martí (I)
Luis Gómez y Amador. El
Nuevo Herald, 28 de enero de 2004.
El 20 de diciembre del año pasado se
cumplió el aniversario 126 de la boda de
Martí con Carmen Zayas Bazán (1877)
en la Parroquia de la Santa Iglesia Metropolitana
de México, junto a la Catedral, que tuvo
posteriormente gran transcendencia histórica
en la vida y obra del Apóstol de la libertad
de Cuba y muy humana y personal, también,
en la de su esposa. Como bien dice Carlos Ripoll,
uno de los más grandes investigadores modernos
de Martí, "ningún acontecimiento
le marcó la vida a José Martí
de manera más profunda que su matrimonio.
Ni la incomprensión de sus padres, ni el
presidio, ni el destierro, ni la pobreza que a
veces ruda lo asediaba, ni aun la pena misma de
la patria, fueron tan pesada y dolorosa cruz como
la del matrimonio. Así, para entenderle
la conducta, y el temple, y a la mujer, conviene
asomarse a su boda, ver cómo y por qué
llegaron a ella, las ilusiones que movían
a los novios, el valor con que afrontaron recién
casados las dificultades, y ver después
cómo se deshizo, a golpes de incomprensión''.
Al terminar Martí sus estudios en la Universidad
de Zaragoza, embarcó rumbo a Veracruz,
a principios de 1875, para reunirse con sus padres
y cinco hermanas en la ciudad de México.
Se trasladó en tren a la capital. Allí
lo esperaba una dolorosa noticia: Mariana Matilde,
a quien llamaban Ana, su hermana preferida, hacía
un mes que había muerto. Su familia, todos,
se ganaban la subsistencia confeccionando ropa,
malamente.
Afortunadamente, con la ayuda de un cubano, Pedro
Santacilia, consiguió empleo en la Revista
Universal. Con sus artículos fue introduciéndose
en los grupos de intelectuales de la ciudad. Lo
consagró el proverbio Amor con amor se
paga, que se estrenó en el Teatro Principal
el 19 de diciembre de 1875. El éxito fue
extraordinario. Entre los presentes, aplaudiéndole,
se encontraba Carmen Zayas Bazán. Se conocían
porque el dueño de la casa alquilada por
Martí estaba casado con Ana, hermana de
Carmen, que vivía con sus padres en una
casa cercana a la redacción de la Revista
Universal, donde trabajaba Martí. En un
baile Martí conoció a los Zayas
Bazán. Hizo amistad con el padre, don Francisco,
y puesto que ambos eran aficionados al ajedrez,
facilitó que el Apóstol lo visitara
para jugar una partida, de vez en cuando. No se
conoce con exactitud cuándo se hicieron
novios. Se cree que fue en los primeros meses
de 1876, según una carta de ella a su enamorado:
"Pepe: ésta es la primera vez que
tomo la pluma para decirte lo mucho que te amo...
mucho hace que te amo, pero en silencio, mucho
ha que mi corazón te pertenece. Es muy
cierto que desde que te vi, te amé...''
El alzamiento contra el gobierno del presidente
Lerdo, en enero de 1876, hizo que después
de la batalla en las lomas de Tecoac, donde las
tropas del gobierno fueron vencidas, Lerdo huyera
y a consecuencia de la entrada triunfal del general
Porfirio Díaz en la capital a finales del
año, los periódicos que antes apoyaban
al presidente dejaron de publicarse. Martí
tuvo que refugiarse en la casa de un amigo cubano.
Y por ello, decidió ir a Cuba, bajo el
nombre de Julián Pérez, para pedirle
ayuda a su gran amigo Fermín Valdés
Domínguez, ya que su padre era de Guatemala
y a ese país pensaba ir Martí en
busca de trabajo por unas referencias favorables
que le habían dado sobre Guatemala. Y lograda
la ayuda de su amigo Fermín, se preparó
para el viaje. Antes de partir había ya
formalizado su compromiso matrimonial con Carmen.
En Guatemala logró pronto empleo como profesor
de gramática y literatura en un instituto,
y a los nueve meses de vivir allí, en noviembre
de 1877, partió hacia la ciudad de México,
para cumplir con el compromiso con Carmen. Como
ya sabemos, el 20 de diciembre se casaron, por
la iglesia y por lo civil. Martí tenía
24 años de edad.
Los recién casados, con motivo de las
fiestas navideñas, demoraron su viaje a
Guatemala. El 26, de madrugada, partieron en una
diligencia, protegidos por una escolta (el bandidaje
era común en los caminos del país).
En total hicieron más de 557 kms. en diligencia,
a lomo de mula y de caballo para llegar a Acapulco
el 7 de enero. El 9 embarcaron en un vapor que
iba de San Francisco a Panamá. El 15 ya
estaban en tierras de Guatemala. Desde la costa
una diligencia los llevó a la capital;
el día 15 de enero ya estaba Martí
dando clases. La situación anterior había
cambiado: "Personajes del gobierno que antes
le mostraban amistad no ocultaron su desdén,
hasta el mismo presidente, Justo Rufino Barrios,
ya dado a abusos e injusticias, le negó
apoyo''.
Durante todo el viaje México-Guatemala,
Carmen aceptó todas las incomodidades pegada
a su marido, lo que hizo que Martí en sus
cartas a su amigo mexicano Manuel A. Mercado,
la elogiara: "Veo a Carmen amante y serena,
enfrente de problemas graves, que no tienen muy
fácil solución. Me consuela y con
su tranquilidad me alienta. Aunque tuviera que
huir a pie por los bosques, ella me acompañaría.
Y no lloraría''.
Autor de 'La odisea del almirante
Cervera y su escuadra. Batalla naval de Santiago
de Cuba. 1898'. Ex profesor de humanidades, poeta,
periodista, conferenciante; fue profesor de cultura
y civilización españolas durante
quince años de los cursos internacionales
de verano de la Universidad de Salamanca.
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