POLITICA
Nuevo proyecto de
Payá: una arrancada en falso
LA HABANA, enero (www.cubanet.org)
- Un día de 1990 llegué a Guanabo,
a la casa de Oscar Peña, vicepresidente
del Comité Cubano Pro Derechos Humanos,
hoy residente en Miami, quien me mostró
el borrador de lo que fue el "Llamamiento
al diálogo", de esa organización
civilista.
Ese llamamiento, como es sabido, no fue bien
acogido por una parte del exilio, que calificó
de "dialogueros" a los impulsores de
esa idea. Al régimen, por supuesto, no
le interesó para nada esa convocatoria
a dialogar. Al régimen sólo le interesa
aplastar a sus oponentes, no conversar con ellos.
Y para dialogar tienen que haber por lo menos
dos.
Ahora Oswaldo Payá, líder del Movimiento
Cristiano Liberación, ha llamado también
a un diálogo.
De ese presunto diálogo me enteré
por una información brindada por la emisora
Radio Martí, con sede en Miami. Unos días
después me encontré con Payá,
y tras saludarnos, le dije que no entendía
nada, porque no sabía nada de ese diálogo
al que él había convocado. Me respondió:
"Poquito a poco, poquito a poco". Interpreté
de esas palabras que la gente iría paulatinamente
comprendiendo lo del diálogo.
He preguntado a varias personas de la oposición
y de la prensa independiente sobre ese diálogo
propuesto por el Movimiento Cristiano Liberación,
y nadie sabe nada.
Recientemente recibí varios números
del Diario Las Américas, que se edita en
Miami, y en el del día 14 de diciembre
hay información sobre ese propuesto diálogo
que, parece ser también un programa de
transición política.
Entre las propuestas de ese proyecto, de acuerdo
con el periódico, que basa su información
en un despacho de la agencia española de
noticias EFE, los cubanos del exilio "no
recuperarán las propiedades que les fueron
confiscadas durante la revolución ni serán
indemnizados durante la etapa de transición".
Esa parece que es una idea que sigue los postulados
del actual gobierno de La Habana. Las deudas,
eso creo, cuando se pueden convertir en morales
lo mejor es pagarlas, aunque no sean nuestras,
porque es lo más conveniente para todos.
Otra cosa que propone ese programa del Movimiento
Cristiano Liberación, según el diario,
es la creación de "una comisión
de reencuentro nacional para coordinar el deseado
encuentro del exilio con los cubanos que vivimos
en Cuba".
Los sentimientos del reencuentro entre los ciudadanos
de un mismo país no tienen que ser coordinados
por nadie, y menos por políticos. Eso es
algo totalmente natural. ¿O es que se pretende
que el artículo 13 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos continúe
para siempre sin validez en Cuba?
Otra propuesta es "conceder a los exiliados
cubanos prioridad sobre los extranjeros para realizar
inversiones en Cuba". Eso es decir que son
también extranjeros, pero con prioridades.
El Proyecto Varela, la iniciativa anterior del
Movimiento Cristiano Liberación para reformar
la Constitución vigente en Cuba, no daba
a los exiliados participación en esa idea.
Eso fue digerible porque el Varela se apoyaba
jurídicamente en las propias leyes del
régimen que todos sabemos que son excluyentes.
Pero un programa para desmontar al actual régimen,
o para ser puesto en práctica en la nueva
república post-comunismo que no reconozca
los mismos derechos para todos los cubanos, es
simplemente inaceptable.
A tenor con el Diario Las Américas, el
programa de transición presentado por Oswaldo
Payá y la organización que él
preside plantea en asunto de relaciones exteriores
"diálogo con Estados Unidos sobre
la base de nuestra independencia y soberanía,
que permita superar las tensiones y diferencias
sobre bases justas y respetuosas".
Enfocado de esa forma, parece que todas las diferencias
surgidas en los últimos 45 años
entre Estados Unidos y Cuba se deben al vecino
del norte. Pero además, ¿de qué
otra forma se puede dialogar con Estados Unidos
o con cualquier otro país del mundo si
no es sobre la base de nuestra independencia y
soberanía? Estados Unidos, en una declaración
conjunta de las dos cámaras, reconoció
la independencia de Cuba hace más de cien
años. Eso, en el mejor de los casos, es
superfluo. En otra lectura, querría decir
que en la actualidad Estados Unidos no reconoce
la soberanía de Cuba, y eso no es cierto.
Al parecer, el diálogo-programa de transición
propuesto por el Movimiento Cristiano Liberación
tiene aspectos ridículos. Es una arrancada
en falso, y las arrancadas en falso pueden llegar
a descalificar a los participantes en una lid,
aunque éstos tengan éxitos anteriores
y estén considerados como posibles ganadores.
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