HISTORIA
El último santuario
de la utopía (I)
SANTA CLARA, enero (www.cubanet.org)
- Santa Clara, capital de la provincia de Villa
Clara, está situada sobre el meridiano
80. Hace millones de años existía
en este lugar un domo de gran altura. Del domo
sólo quedan colinas de baja altura, que
los aborígenes nombraron Cubanacán,
que significa "centro de Cuba", geológicamente
conformadas por rocas ácidas, ricas en
formaciones vegetales de sabanas serpentinosas,
no propicias para la agricultura. Se conforma
así un paisaje poco pintoresco, de escasas
atracciones turísticas, donde la acción
antrópica ha sido determinante.
Fundada en 1689 en el Hato de Antón Díaz
por varias familias remedianas, Santa Clara fue
floreciendo alrededor de un frondoso tamarindo
-todo un símbolo de la villa-, gracias
a la labranza de la tierra fértil bañada
por los ríos Monte y Sabana, así
como la cría de ganado, entre un paraje
de exuberante belleza.
Santa Clara ha sido la cuna de personalidades
ilustres de la cultura, la historia y la política
del país, destacándose entre ellas
una de sus hijas más excelsas: Doña
Martha Abreu de Estévez, encarnación
sublime de la ciudad y el patriotismo, que extendió
su vida entre 1845 y 1909. Doce años después
de su muerte, el pueblo santaclareño develó
una estatua en su memoria, allí en la antigua
Plaza, convertida en Parque Vidal bajo la égida
de sus dineros. Para su pueblo la señora
Abreu de Estévez donó de todo, construyó
colegios, teatros, obeliscos, puentes, hospitales,
el cuartel de bomberos, la planta eléctrica,
lavaderos, asilos de ancianos y conventos, entre
otras acciones constructivas. Se destaca por su
belleza arquitectónica al estilo ecléctico
el edificio del teatro La Caridad, inaugurado
el 8 de septiembre de 1885.
Muchos santaclareños participaron en las
distintas gestas emancipadoras, pero no fue hasta
finales de 1958 en que la historia les tocó
a las puertas masivamente. Desde antes, cientos
de sus hijos participaban en las luchas clandestinas
y en las zonas montañosas con el objetivo
de derrocar el régimen de Fulgencio Batista,
pero el 28 de diciembre de ese año, la
columna 8 "Ciro Redondo", comandada
por el Che, establece la comandancia en la Universidad
Central de Las Villas, donde se ultiman los detalles
para atacar y tomar la ciudad. La resistencia
duró varias horas. Aún algunos edificios,
como el Santa Clara Libre, conservan las huellas
del combate, como gesto identificativo para que
perdure en la memoria. Pero la intrepidez militar
de Guevara se había coronado en el preámbulo
del combate, cuando descarrilan y rinden al Tren
Blindado, aunque la historia popular da fe, que
hubo contubernio con las autoridades militares
para "vender" a los rebeldes esa mole
de hierro. Ahora, allí en las proximidades
del entonces Hospital Materno, quedan las huellas
del bautismo de fuego santaclareño. Para
eternizar la proeza se ha reconstruido la escena
con los coches, el buldózer y un obelisco,
que con cuidado exquisito, conforman un paisaje
deslumbrante al viajero.
La toma de Santa Clara colapsó la dictadura,
tras la huída de Batista el 31 de diciembre
de 1958 hacia República Dominicana. La
victoria era un hecho. Pero quizás por
primera vez, el Che tiene que tragar en seco ante
la orden del comandante de avanzar hacia La Cabaña,
mientras Camilo sería el encargado de tomar
Columbia, ambas en la capital del país.
El alto jefe no le perdonó jamás
la firma sin su previa consulta del "Pacto
del Pedrero", con el resto de las organizaciones
de la región central.
Después del triunfo revolucionario, Ernesto
Guevara regresó varias veces a Santa Clara,
donde conoció a Aleida March, madre de
sus hijos.
Los enfoques guevaristas sobre economía
desestiman a la agricultura como fuente de desarrollo,
por lo que se da a la tarea de impulsar la construcción
e inauguración de varias fábricas
importantes para la economía del país
en Santa Clara, entre ellas la Empresa de Construcciones
Mecánicas "Fabrico Aguilar Noriega"
y la Inpud "1ro de Mayo", entre otras.
Así se consolida poco a poco, el mito del
argentino en el centro del país. cnet/46
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