SOCIEDAD
Todo por un dólar
LA HABANA, enero (www.cubanet.org)
- Ya es habitual ver una cola de cien y más
personas a la puerta del complejo de tiendas Plaza
Carlos III. Cualquiera que transite por el cruce
de Galiano y Neptuno se asombra al encontrarse
con un enjambre de personas cual una colmena en
plena faena.
Desde fines de 2003, largas colas hicieron su
aparición en la puerta principal de la
concurrida plaza Carlos III. En Galiano y Neptuno,
las tres cuartas partes de los transeúntes
vende algo. Y estos dos fenómenos guardan
relación.
En Plaza Carlos III -un antiguo mercado construido
en los años 50 y renovado en los 90 por
la firma cubana CIMEX- las colas son producto
de la gran cantidad de clientes que afluyen a
las tiendas de Todo por 1 dólar y Todo
por 3 dólares. Allí venden artículos
domésticos diversos. Se puede comprar desde
una docena de horquillas de tender, medio galón
de cloro, adornos desechables, sólo a un
dólar. El fenómeno reside en que
la mayoría de los clientes adquiere mercancía
por cantidades con el objetivo de revenderlas
en las calles en moneda nacional.
En Galiano y Neptuno, la mayoría de los
revendedores son mujeres. Algunas andan con su
nené en un cochecito. Ellas venden desde
ropa interior hasta cuadros pequeños de
paisajes de ensueño. Y todo lo nuevo que
salga a la venta. Siempre a un precio un poco
más alto, en dólares o en moneda
nacional.
A finales de año, en una tienda que vende
ropa de mezclilla, sita en Neptuno y San Nicolás,
rebajaron la mercancía. Se trataba de chaquetas
de mezclilla elastizada vendidas a menos de 20
dólares. Las revendedoras controlaron la
cola formada en la puerta de entrada. Inmediatamente
las vendían en la próxima esquina
de Galiano y Neptuno a 28 dólares. Quien
deseó comprar ese artículo tuvo
que pagarlo, pues, a un precio superior al precio
real de venta. Aún así, se agotaron.
La relación que guardan estos eventos
no es otra que el auge del mercado emergente.
Actividad de compra y reventa prácticamente
in situ con el objetivo de ganar unos pesos que
ayuden a la microeconomía familiar o personal,
tan desgastada.
Una empleada del centro comercial Plaza Carlos
III me respondió que las compras de los
revendedores acaparan la actividad comercial de
los espacios comerciales donde venden mercadería
a 1, 3, 5 dólares. "Si usted viene
a comprar un solo artículo está
obligado a hacer esa cola inmensa. Y nada nuevo
hay en venta. Aquí viene gente de otros
pueblos. Compran por cantidades para revenderlo
después. Fíjese que han tenido que
poner cintas amarillas y controlar a la gente
con guardias de SEPSA (agencia de seguridad paraestatal)
por el revolico que arman".
Así sucede con casi todo artículo,
objeto, comestible que puede comprarse libremente.
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