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DE CUBA
El
Nuevo Herald
El alcalde de Bogotá dice que Castro
está muy enfermo
Servicios De El Nuevo Herald,
LA HABANA.
El gobernante cubano Fidel Castro está
''muy enfermo'' y afronta limitaciones físicas,
afirmó ayer el alcalde de Bogotá
y líder de la izquierda colombiana Luis
Eduardo Garzón.
''Lo veo muy enfermo, se le notan limitaciones
de orden físico, especialmente en el lenguaje'',
dijo el flamante alcalde de Bogotá, quien
en diciembre estuvo de vacaciones en Cuba y se
entrevistó con el líder comunista.
Garzón dijo a Radio Caracol que está
decepcionado de la revolución en Cuba.
''Uno está acostumbrado a los debates
sobre las libertades públicas e individuales,
pero en Cuba todo es manejado y controlado por
un partido. Eso no. Yo siempre he dicho que ni
dictaduras de izquierda ni dictaduras de derecha'',
agregó Garzón.
Señaló, sin embargo, que Cuba ha
logrado grandes avances en materias de educación
y salud que ''son cosas muy positivas'', pero
al propio tiempo tiene ''restricciones muy fuertes''
en materia económica especialmente por
el boicot de los Estados Unidos.
Garzón afirmó además que
su reunión con Castro fue imprevista.
Explicó que Castro se presentó
en el recinto de La Habana en el que la Alcaldía
de Bogotá le ofreció el pasado diciembre
un homenaje por su elección en los comicios
celebrados dos meses antes.
''Y como dice la canción, y en eso llegó
Fidel'', agregó el político en unas
declaraciones difundidas por la cadena de radio
bogotana RCN.
Aparte de ''entregarme unos habanos, que están
ahí en mi oficina, no más'', añadió.
El alcalde de Bogotá dijo que Castro le
felicitó por haber triunfado en los comicios
locales.
Pero ''de ahí, de una reunión protocolaria,
de unos habanos, volverlo conspiración
internacional y volverlo eje del mal, me parece
terrible'', prosiguió Garzón, que
visitó la isla para pasar un breve descanso
antes de asumir el cargo.
Garzón aludió a versiones periodísticas
según las cuales su encuentro con Castro
causó malestar en círculos del gobierno
estadounidense.
El semanario bogotano El Espectador advierte
que "los ojos de los Estados Unidos se fijaron
en la reunión''.
Relacionan fotos sobre Cuba con Hemingway
Cara Buckley , The Miami Herald.
En la primavera de 1933, vísperas de la
caída de Gerardo Machado, un joven y tímido
fotógrafo norteamericano entabló
amistad en La Habana con un compatriota ligeramente
mayor, un escritor de un talento y ego descomunales.
El fotógrafo estaba sacando fotos para
un libro titulado The Crimes of Cuba. El escritor
estaba elaborando cuentos, buscando mujeres y
pescando. Se cree que, temeroso de que los esbirros
de la dictadura pudieran confiscar su trabajo,
el fotógrafo Walker Evans le entregó
al escritor Ernest Hemingway docenas de sus fotos
para que las guardara.
Evans, que se haría famoso fotografiando
demacrados campesinos norteamericanos durante
la Depresión, nunca reclamó las
fotos. Y Hemingway terminó metiéndolas
en una caja que puso en un cuarto trasero de la
barra Sloppy Joe's, de Cayo Hueso.
Aunque Evans recuerda haber sido detenido y registrado
por soldados y ''golpeado por esbirros'', se fue
de Cuba con 400 negativos intactos. Los filmes
terminaron en el Museo Metropolitano de Arte de
Nueva York, y algunas fotos terminaron en el libro
de fotos Walker Evans: Cuba, publicado en el 2001.
Pero hasta hace poco, la relación entre
Evans y Hemingway nunca se había demostrado.
Ni se había identificado al fotógrafo
que hizo las cuatro docenas de negativos hallados
entre los recuerdos de Hemingway.
''Tenían amigos comunes, pasados similares,
caminos similares, y estuvieron en el mismo lugar
al mismo tiempo'', dijo Claudia Pennington, directora
ejecutiva del museo de la Aduana de Cayo Hueso.
"Pero el hecho de que fueran amigos nunca
fue documentado''.
Los negativos de Evans estuvieron en el Sloppy
Joe's desde 1939 hasta el suicidio de Hemingway
en 1961, junto con otras reliquias como las boticas
de bebé del escritor y el ensagrentado
uniforme que tenía cuando fue herido manejando
una ambulancia en la I Guerra Mundial.
Tras la muerte de Hemingway, su cuarta esposa,
Mary, revisó las montañas de recuerdos,
se quedó con algunos de ellos y donó
otros a la biblioteca Pública del Condado
de Monroe, a Key West Art & Historical Society,
a la Biblioteca JFK de Boston y otra pila a los
viejos amigos del escritor, Toby y Betty Bruce.
Hace dos años, el hijo de los Bruce, Benjamín,
le dijo a Pennington que 46 fotos no identificadas
en la colección de la familia eran iguales
a las del libro Walker Evans: Cuba. Los expertos
determinaron rápidamente que las fotografías
de los Bruce habían sido tomadas por Evans.
Ahora, la colección de las fotografías
de Evans de la propiedad de Hemingway, junto con
cartas y otros recuerdos --incluyendo las boticas
y el uniforme -- estará en exhibición
en la Museo de la Aduana de Cayo Hueso a partir
de hoy hasta enero del 2005.
En sus tres semanas en La Habana, Evans tomó
varias fotos de torturados, pero el grueso de
su trabajo refleja niños descalzos vendiendo
periódicos, estibadores sudorosos, una
niña que mira tras los barrotes de una
ventana.
Los caminos de Evans y Hemingway nunca volvieron
a cruzarse después de aquellas tres semanas
de primavera, según Pennington, y Evans
murió en 1975.
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