REPRESION
Desconectados de la red
CAMAGUEY, enero (www.cubanet.org)
- La gente anda como loca en la calle. En las
pocas guaguas, coches y servicio de transportación.
En las paradas, las largas colas para los mandados,
donde quiera uno oye lo mismo: "No es fácil,
esta gente sigue apretando la tuerca". Ya
existen quienes pretenden pedir hasta 100 dólares
por el acceso cada vez más traumático
e imposible a la red de redes.
El gobierno cubano acaba de anunciar que muy
pronto los escasos cubanos que cuentan con un
acceso a la red de redes dejarán de tener
esa especie de suerte o "privilegio".
Desde hace muchos años, el gobierno de
la isla arremete de manera constante e infatigable
contra todo espacio de libertad y de desahogo,
y la internet ha sido por supuesto uno de sus
blancos fundamentales.
Sin embargo, el régimen ha tenido muchísimos
problemas para impedir que el talento y la iniciativa
característicos de los cubanos se hicieran
presentes y sorteando peripecias, vicisitudes
y hasta no pocos desafíos y riesgos, pudieran
acceder aunque fuese de manera esporádica
a la red de interconexion global.
El siglo 21 ha sido desde hace mucho visto por
los más importantes especialistas como
el siglo de la información y la tecnología.
Hoy, nada es posible sin el imprescindible vínculo
entre todos los rincones del planeta. El gobierno
de Castro lo sabe. La posibilidad de conocer de
los hechos de manera instantánea y simultánea
limita en mucho la capacidad y la impunidad del
gobierno de La Habana. Ya no es posible, cometer
crímenes ni atropellos sin que el mundo
pueda enterarse en inmediatamente.
La máscara de buenos se le cae al régimen
con cada reporte, cada trabajo publicado desde
dentro de Cuba. Cada denuncia hecha por las víctimas
de la represión es sencillamente una bofetada
y un desnudo completo de la farsa castrista ante
el mundo. La dañada imagen del sistema
que impera en Cuba desde hace cuatro décadas
ha sufrido muchísimo más desde que
cortos y pequeños resquicios de internet
y contacto se abrieron en la isla.
Ante el miedo y el acorralamiento a que el gobierno
de Cuba se conduce a sí mismo por sus acciones
contra la sociedad civil, la reacción la
conocemos todos: represión, más
represión y ensañamiento.
De modo que con esta perspectiva la vida se nos
hará mucho más difícil a
los cubanos. La internet para nosotros no es sólo
un medio para estar en contacto con familiares
o amigos, o con aquellos a los que el gobierno
cubano niega la entrada al país por ser
"enemigos". No, la internet es para
todos un medio de información, de búsqueda
de conocimientos y de la verdad. Pero para el
"padre generoso" que tenemos los cubanos
de la isla es un inminente peligro, ya que no
sabemos pensar ni meditar por nosotros mismos.
Mientras tanto, en su afán por conseguir
el ''odiado dólar", moneda del "enemigo"
y a la vez socio comercial, el gobierno de la
isla ya ha advertido que las cuentas en internet
podrán hacerse por empresarios y empresas
privadas, es decir, otra vez el apartheid a los
nacionales.
Aquí en la provincia donde vivo, Camagüey,
los cibercafés han sido reducidos a dos.
Por supuesto, ubicados en lugares bien céntricos,
sin ninguna privacidad, de tal manera que uno
no pueda acceder a sitios "enemigos del gobierno".
Ahora para colmo resulta además que habrá
que mostrar, antes de sentarse ante un ordenador,
un pasaporte extranjero. Siendo nacional, el servicio
de cibercafé sólo estará
disponible para los turistas.
"La cosa está en candela. El gobierno
con internet estaba a la defensiva, ahora vienen
los palos", señaló un teniente
coronel, tío de un amigo a quien visité
en la tarde de ayer. "Ahora sí que
no van a tener espacio donde leer ni hablar contra
la revolución", agregó el militar,
de unos 67 años.
Y ése es el problema, Para el gobierno
de Cuba, obstinado y obsesionado en hacer todo
lo posible para impedir el libre flujo de información,
propio de una sociedad democrática, es
crucial llevar esta cruzada contra el uso de internet
en el país.
Es cierto que de Cuba al extranjero a diario
podemos transmitir denuncias, y cada vez más
voces se levantan contra el régimen. Pero
el temor de las autoridades no es tanto por su
descrédito internacional por lo que pasa
en Cuba, sino porque los cubanos con internet
ya teníamos alternativas y la posibilidad
de comparación y de análisis. Dos
cosas que hay que vetar en una sociedad cerrada
y hermética. Cuando el ciudadano común
no tiene que depender del Granma o esperar que
Juventud Rebelde o la radio oficial (la única)
den una noticia, cuando tan lejos como a la distancia
de click, uno puede viajar muy lejos, ya eso pone
en extremo peligro la estabilidad de un régimen,
que sólo es estable mediante la ceguera
y el mutismo.
Ya no habrá ciberdisidentes en Cuba, porque
el gobierno se ha encargado, a un alto precio,
de terminar con la posibilidad de ser libres,
al menos en la red. En unas horas toda Cuba estará
desconectada, pero en mis pocos anos de vida,
sé bien del ingenio de mis compatriotas
y estoy seguro que desafiarán una vez más
a un régimen que apuesta el todo por el
todo para impedirnos mirar el futuro. cnet/54
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