POLITICA
Democracia
SANTA CLARA, enero (www.cubanet.org)
- Cuando en 1997 un periodista japonés
preguntó al profesor de economía
y filosofía de la universidad de Harvard
y Premio Nobel de Economía un año
después, Amartya Sen, qué había
sido la cosa más importante ocurrida en
el siglo XX, el académico reflexionó
por unos momentos, ya que en los últimos
100 años han sucedido muchos hechos importantes,
como el final de los imperios británico
y francés, se vivió el auge y caída
del fascismo, el nazismo y el socialismo, así
como una transformación radical en China.
También el eje del desarrollo económico
se desplazó al Este y Sudeste Asiático,
lo que posibilitó el balance de la economía
mundial. A pesar de la variedad de cambios acaecidos
en el siglo XX, Sen no tuvo dificultad para elegir
el auge de la democracia como lo más relevante.
La idea de la democracia se originó en
la Grecia antigua. Allí tomó forma
y se puso seriamente en práctica, antes
que colapsara y fuera remplazada por formas autoritarias
de gobierno. Su emergencia fue gradual, alentada
desde la Carta Magna en el 1215, hasta las revoluciones
francesas y americanas en el siglo XVIII así
como la expansión del sufragio universal
en el siglo siguiente, pero la forma normal de
gobierno basada en la democracia, en su quintaesencia
es un producto del siglo XX.
Con el golpe de estado del 10 de marzo de 1952,
se instauró en Cuba un régimen violador
de los derechos humanos, rompiéndose el
orden constitucional existente. La lucha armada
hizo que Batista huyera del país y para
todos los cubanos se abrió la esperanza
de regresar a la constitucionalidad. El pueblo
fue traicionado, incluidos varios de sus protagonistas
cuando un grupo de barbudos suprimen las instituciones
independientes, se censura la libre expresión,
se restringen las libertades, se llenan las cárceles
y cientos de cubanos son asesinados en los paredones.
Desde diferentes plazas se dirige la retórica
contra nuestro enemigo del norte, el estado asume
el control sobre la vida social, económica
y política del país, mientras la
invasión roja llega a todos los puntos
de la geografía nacional.
Durante los 40 años siguientes el panorama
no ha cambiado, negándose el desarrollo
en pleno siglo XXI del rico pluralismo latente
en este minuto dentro de la sociedad cubana.
Concuerdo con el prestigioso Grupo de Trabajo:
Memoria, Verdad y Justicia, cuando afirma en su
libro "Cuba la Reconciliación Nacional"
que "una Cuba democrática aún
no se divisa". Es lógica la afirmación
porque debido a la soberbia de los actuales gobernantes,
en esta isla no son escuchadas las voces que claman
por la instauración de la democracia en
el país.
"Sólo la democracia podrá
abarcar y encauzar la diversidad y el pluralismo
de la nación cubana, porque es la democracia
el único sistema político que ampara
una convivencia cívica", afirma la
introducción del referido libro, y abunda:
"Si bien la reconciliación completa
es difícil, aspiramos al grado necesario
y suficiente de reencuentro que haga posible la
convivencia democrática entre todos los
cubanos".
Coincido en que, aunque no se vislumbren las
condiciones que favorezcan la transición
hacia la democracia, es impostergable un diálogo
serio y ponderado entre todos los cubanos intramuros
y de la diáspora para recuperar nuestra
memoria histórica. Sólo un estado
de derecho puede garantizar la reconciliación
suficiente para poder vivir en paz., entiéndase
la convivencia cívica y democrática
entre todos los cubanos, abriéndose paso
al pluralismo y al diálogo, sin miedo a
disentir por medios propios y con el derecho también
de escuchar.
Una cultura política ampliamente enraizada
en una ética ciudadana de derechos y deberes
es el primer bastión de la democracia,
acompañada de libertades económicas
y sociales, fuentes inagotables del despegue necesario.
Muchos intelectuales de izquierda justifican
el rápido desarrollo económico alcanzado
por estados no democráticos como Corea
del Sur, Singapur o la China postreforma, sobre
otros menos autoritarios, por el exceso de disciplina.
Esta teoría, llamada "Hipótesis
Lee", de ninguna manera convence de que en
un gobierno autoritario donde se suprimen los
derechos civiles y políticos, sea realmente
beneficioso para el fomento económico.
En la economías del este asiático
se han aplicado políticas constructivas
que han incluido la apertura a la competencia,
el uso de mercados internacionales, incentivos
para la inversión pública y la exportación,
reformas educacionales y agrarias exitosas, así
como otras oportunidades sociales que han ampliado
el proceso de expansión económica.
Los directivos de China y Viet Nam han anunciado
para el próximo año más reformas,
mientras en Cuba están ausentes, porque
no hay voluntad de cambio en la nomenclatura.
Mientras eso no suceda, la instauración
de la democracia no será posible. cnet/46
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