DEPORTES
Perfil de un rehén
político (I)
SANTA CLARA, febrero (www.cubanet.org)
- A pesar de sus casi 48 años, su pelo
está cenizo como un cúmulo de las
tardes del trópico. Este hombre sonríe
con facilidad pero al hablar de la familia y o
de béisbol, su rostro se endurece debido
a la frustraciones y los sinsabores producidos
por la separación forzosa de su esposa
e hijo y del terreno de entrenamiento, donde practicó
y laboró durante la mayor parte de su vida.
De elocuente hablar, amigo entre los amigos, a
pesar de los pesares levanta su cabeza con decoro
ante las amarguras de la vida. Montado en una
bicicleta recorre la ciudad, visita a sus amigos
y espera, espera pacientemente el día en
que pueda viajar para reunirse para siempre con
su familia.
Nacido el 27 de febrero de l956 en Santa Clara,
Alejandro Orlando Chinea Paret piensa que la pelota
definió su vida desde los 11 años
en que empezó a practicarla en el Palacio
de Pioneros municipal, jugando unas veces en los
jardines, otras la primera base y en ocasiones
de pitcher. Por su calidad deportiva integró
cuatro veces el equipo provincial en los juegos
escolares nacionales del 69 al 72, y los años
siguientes en dos series nacionales juveniles.
Jugó en campeonatos universitarios y de
primera categoría, hasta que en l981 se
le produce una distensión del músculo
supraespinoso en la parte posterior del hombro
izquierdo que le obliga a dejar el deporte activo.
Durante todo ese tiempo estudia en la secundaria
hasta graduarse de nivel medio de Cultura Física
y Deportes, alcanzando el título de licenciado
en el curso 82-83, con nota de 5 con felicitaciones
en una excelente tesis que versaba sobre el estudio
cardiorespiratorio en diferentes grupos de atletas.
Según afirma, en la escuela se aplicó
en los últimos años de la carrera
cuando tuvo conciencia de su vocación;
las matemáticas no le interesaban para
nada, aunque después comprendió
su aplicación en el campo del deporte y
la filosofía la consideraba una pérdida
de tiempo.
Después de graduado apenas con 20 años
fue ubicado en la Academia Provincial de Béisbol,
pero por su corta edad el comisionado a ese nivel
no lo acepta, destinándolo hacia la periferia.
En l978 obtiene una plaza en convocatoria en el
Instituto Superior de Ciencias Médicas
de Villa Clara, donde combina el estudio de la
licenciatura en deportes con el trabajo. A sus
31 años es designado instructor de pitcheo
del equipo de Villa Clara, en calidad de prestación
de servicios, hasta que definitivamente abandona
el Instituto para dedicarse totalmente al béisbol
de alto rendimiento en 1991.
Es entonces que organiza la escuela de pitcheo
de la Academia Provincial como director de la
misma por donde pasan todas las luminarias del
pitcheo en el centro del país. Al año
siguiente junto a Pedro Pérez, pitching
coach del equipo Cuba, labora como entrenador
de pitcheo del equipo Villa Clara. En 1997 es
propuesto para integrar el equipo Cuba, pero el
16 de julio es llamado a una reunión con
el vicepresidente del INDER donde le plantean
que él había intentado ayudar a
Jorge Luis Toca, primera base del equipo Cuba,
en los propósitos de abandonar el país
para convertirse en pelotero profesional mientras
que su labor era la de educar a los atletas en
el amor a la patria.
Los argumentos utilizados por la policía
del pensamiento era que el sluder derecho, primera
base del team Cuba, estaba haciendo swings con
bate de madera, sólo utilizado en la pelota
profesional. Fue acusado de traidor a la política
de la revolución en nota de prensa aparecida
en el periódico Granma el 22 del propio
mes. Chinea argumentó que él no
era abogado ni tenía capacidad legal para
facilitar la salida del país de nadie,
pero la resolución ya estaba tomada: Separación
definitiva del Béisbol a todos los niveles.
La medida incluyó a cinco peloteros regulares
del Villa Clara (Eduardo Paret, Osmani García,
Jorge Díaz Olano, Angel López y
el propio Toca), al manager del equipo Pedro Jova
y el coach de tercera Luis Enrique González.
Paret, Jova y Luis Enrique, más tarde se
acogieron a un supuesto perdón para ser
reintegrados al trabajo, porque sólo habían
sido acusados por la Seguridad del Estado de atender
las llamadas telefónicas de Arrojo, ex
lanzador insigne del equipo de la provincia y
del Cuba, desde EUA donde hacía carrera
en la pelota rentada.
Comienza así la vida de marginación
y ostracismo que obligó a Chinea a practicar
la cultura de la supervivencia hasta que un día
entra en contacto con otros peloteros sancionados,
entre ellos el pitcher Orlando "El Duke"
Hernández y el catcher holguinero Alberto
Hernández, quienes se dedicaban a la venta
de jamón por todo el país.
Fue amenazado de muerte en una reunión
especial en el departamento de Inmigración
y Extranjería de Villa Clara por el coronel
Garnica ante los rumores de una posible evasión;
amenazas que tuvieron su clímax cuando
el oficial le confesó que tenían
la orden superior de hundirlos si intentaban evadirse
por el mar. En secreto y en un grupo diferente
al del Duke y de Hernández, en unión
de tres de los peloteros del Villa Clara sancionados
y el hijo de Jova aún en edad juvenil,
deciden realizar una salida del país por
Las Tunas, hasta que después de 10 días
escondidos, ante la feroz persecución de
las autoridades, salen a mar abierto el 10 de
marzo de 1998 por la bahía de Puerto Padre,
cercano al poblado de Chaparra.
Son recogidos por el pesquero bahamés
"The Justice", les ofrecen ayuda humanitaria
y son llevados a Ragged Island, para hacer contacto
con EUA, pero al ser descubiertos por funcionarios
bahamenses son trasladados al Centro de Detenciones
de la ONU en Nassau, donde permanecen durante
dos meses. En aquel país Toca obtiene la
libertad por una visa concedida por Japón,
país de su esposa, mientras que el 20 de
mayo de ese año el resto del grupo es repatriado
hacia la capital del país. Llevados a un
centro especial del MININT para requisarlos y
realizar los trámites de rigor son despojados
del poco dinero que poseían, artículos
de uso personal y hasta de un agenda telefónica
y trasladados a su provincia natal al día
siguiente en horas de la mañana. Un hervidero
de periodistas lo acosan a toda hora, hasta que
presenta su solicitud en el programa de Refugiados
el 30 de julio de 1998. Es aprobado definitivamente
con su esposa e hijo el 8 de septiembre.
Ante la negativa del permiso de salida y el acoso
constante por su posición contestataria,
decide que su esposa e hijo salgan al exilio en
diciembre del 2000. Ya el menor había perdido
tres cursos de estudios debido al acoso y ofensas
de los maestros, según afirmaban, debido
a la actitud asumida por el padre.
Ya han transcurrido cinco años y aún
las autoridades de Inmigración y Extranjería
de Cuba no le conceden a Chinea el permiso de
salida definitiva, a pesar de las reclamaciones
realizadas a todas las dependencias gubernamentales:
el Consejo de Estado, la Asamblea Nacional del
Poder Popular, al órgano de Inmigración
y Extranjería Nacional y ante el Ministerio
de Relaciones Exteriores; como respuesta sólo
ha recibido evasivas y el silencio. Tal parece
que el máximo líder no le perdona
que se lanzara al mar con parte del staff de lujo
de uno de los equipos más ganadores del
deporte nacional, acontecimiento sin precedentes
en Cuba.
Chinea está casado desde 1981 con Marlén
Pérez, médico de profesión,
tuvieron un hijo el 25 de agosto de 1985 llamado
igual que él, prefiere vivir en democracia,
su personaje histórico favorito es Tomás
Jefferson, aprecia a la sinceridad como cualidad
del hombre y la fraternidad entre los amigos,
se autocrítica por lo obstinado que es
en sus empeños, prefiere los colores suaves,
detesta la hipocresía y la doble moral,
se congrega en la 1ra Iglesia Bautista la Trinidad
de Santa Clara, no le gustan las guerras y a pesar
de sus aflicciones, se considera un hombre equilibrado
lo que le ha permitido enfrentar con estoicismo
las arbitrariedades y el peso de la represión.
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