RELIGION
La Habana Ecuménica
LA HABANA , febrero (www.cubanet.org)
- El 21 de enero del 2004 llegó a Cuba
en visita oficial Su Toda Santidad Bartolomeo
Patriarca Ecuménico. El motivo fundamental
del viaje del jefe de la Iglesia Ortodoxa Griega
era dejar consagrada la catedral de San Nicolás
de Mira, la sede principal en Cuba a partir de
este momento. El templo cristiano está
ubicado en el llamado "casco histórico"
de La Habana, zona colonial de la capital cubana.
A pesar de que existen pocos rincones de la Habana
Vieja que no haya recorrido, me costó cierto
trabajo localizar en la memoria el lugar donde
se localiza esta edificación religiosa,
y sólo a través de las imágenes
de la televisión pude saber que todo aquel
ajetreo constructivo de estos meses en una pequeña
área de los jardines de la parte posterior
del antiguo convento de San Francisco, era el
lugar destinado para el templo ortodoxo.
Frente a la Capitanía del Puerto se levanta
la pequeña cúpula como un elemento
extraño en el paisaje de la vieja ciudad.
Alguien me ha dicho que la razón de esta
presencia se justifica por la cercanía
de la zona de atraque de buques bajo pabellón
ruso y griego. Los marineros provenientes de esos
países podrán contar con un templo
que celebre su fe, según los ritos cristianos
de esta Iglesia. Irónicamente es la etapa
donde menos barcos de esas nacionalidades anclan
en las aguas de la bahía habanera. Cuando
sólo veíamos ondear banderas rojas
adornadas de hoz y martillo o la enseña
griega de la cruz blanca sobre fondo azul, los
primeros ni siquiera podían hablar de Dios
y los segundos estaban demasiado imbuidos en el
pecado con aquellas precoces prostitutas de puerto,
conocidas entonces con el despectivo apelativo
de "bichas". ¿Para qué
iban a querer iglesia, aunque fuera ortodoxa?
La visita de Su Toda Santidad ha traído
dudas, preguntas y confusiones. Quiénes
son estos monjes vestidos de prieto, se preguntan
muchos por las calles ante la novedosa presencia.
Un conocido, de cuya seriedad no puedo dudar,
me preguntó si conocía el último
chiste. Cuando vio la pronta sonrisa amenazando
en mi rostro me advirtió que, aunque no
lo pareciera, lo que me iba a contar era serio.
Dos interlocutores sin conexión entre ellos,
le habían manifestado que si lo de ortodoxos
de estos griegos tenía que ver con el partido
político liderado en los añejos
cuarenta por Eduardo Chibás.
La ignorancia abunda en confusiones de todo tipo.
Ni entre los católicos, algunos de ellos
con buena formación, hay suficiente claridad
sobre este tema de ortodoxos rusos, griegos y
cristianos católicos. Hay comunidades donde
los sacerdotes han tenido que dedicar tiempo a
aclarar las interrogantes surgidas, organizando
charlas al respecto. Y algo que llama la atención
es que la prensa, que reflejó los más
destacados movimientos de Su Santidad Bartolomeo
durante la visita oficial, no hizo ninguna presentación
que abundara en aspectos de interés que
pudieran informar al público sobre los
orígenes de la Iglesia Ortodoxa y sus postulados
principales. Cuando la visita de Su Santidad Juan
Pablo II sí hubo una amplia información
sobre diversos aspectos del catolicismo y del
papado. Claro que la Iglesia Cubana contribuyó
y motivó a esa información.
Tampoco fueron divulgadas las palabras del Patriarca
y sólo se han limitado a reseña
y resúmenes, enfatizando las más
convenientes o adecuadas, como la crítica
a la política de embargo y aislamiento
económico. Los encuentros destacados por
la prensa son los ocurridos en el marco oficialista.
Nada aparece sobre las citas con líderes
religiosos de otras denominaciones cristianas,
como las concertadas con pastores protestantes
y con el Cardenal Jaime Ortega.
Tampoco hay que asombrarse de que la visita de
esta alta representación de una parte importante
de los cristianos del mundo haya tenido una repercusión
más allá del entorno oficioso. La
misma prensa nos dice que en el recibimiento de
Su Toda Santidad había más de un
centenar de fieles de esta iglesia llegados de
diversas partes del mundo e invitados especialmente
para esta ocasión. No dice nada sobre los
fieles del patio.
Recordemos el desborde popular que cambió
la fisonomía y hasta el espíritu
de los cubanos durante aquella jornada de enero
de 1998, protagonizada por el Papa, coincidente
con el calendario de esta otra visita. ¿Será
casualidad o algún designio del Espíritu
Santo que nos quiere ungir con su soplo divino
a los seis años de la estancia de Juan
Pablo II?
El tiempo dirá si los resultados de la
gestión de la Iglesia Ortodoxa Griega para
revivir la fe en esta tierra serán fructíferos.
Como ella también se asienta en el Señor
de la Historia, de alguna manera nos traerá
sus bendiciones. Es posible que necesitemos toda
la fuerza de la Cristiandad unidas para vencer
tanto temor, lograr que desaparezca la desesperanza
y la intolerancia, que a veces quiere tornarse
en odio irreconciliable, sea vencida.
Mientras ello ocurre, la capital de Cuba se volvió
un lugar ecuménico, sobre todo esta parte
de la vieja ciudad. Cantos y ritos cristianos
se mezclaron con la celebración afrocubana
de las fiestas de santos y orishas. Casas cristianas
de diferentes denominaciones, casa de culto Bahai,
la sinagoga Adath Israel, la casa de la cultura
Yoruba, donde existe un templo para las ceremonias
religiosas de esa entidad, templos masónicos,
una casa del Ejercito de Salvación, una
iglesia Bautista, numerosas iglesias católicas,
destacada presencia de órdenes religiosas
como los paules, los salesianos, franciscanos,
capuchinos, las religiosas del Amor de Dios y
las brigidinas. Ahora la Iglesia Ortodoxa Griega
se hace también presente. La blanca vestidura
de los Iyabó, los medievales atuendos de
las católicas de Santa Brígida y
el oscuro ropaje de los popes ortodoxos, dan un
toque contrastante a una ciudad que sigue viviendo
bajo el monocolor de la ideología.
No dudo que algún día no lejano
los budistas logren colocar alguna pagoda y los
musulmanes reciten los versículos del Corán
desde alguna mezquita habanera. Quizás
los azafranados Krishnas, con sus cabezas rapadas,
nos convoquen al amor por las calles de ciudad.
Si existe un barrio dedicado a los hijos del Sol
Naciente, sociedades chinas y árabes, una
casa dedicada a la cultura del medio oriente,
y ahora una Catedral bizantina, ¿por qué
extrañarnos? cnet/43
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