SOCIEDAD
Las dos caras de
la esperanza
LA HABANA, febrero (www.cubante.org)
- La ciudad está recorrida por la certeza
de un final. Sus temerosos, sus descreídos,
sus cínicos y sus imprescindibles se preparan
para el desenlace. Más allá de los
últimos rastrillajes represivos -y a la
larga insuficientes- La Habana vibra con la sensación
de que el final de algo está cerca.
Su esperanza tiene dos caras. Una de ellas construye
balsas, se pinta de blanco y trata de hablar inglés.
Toma la forma de un alegre velorio para muerto
grande, con cerveza, ron, aguardiente y tambores.
Se mueve felina por solares, pasillos húmedos
y mal iluminados, por calles estrechas y espacios
marginales.
La otra conduce automóviles, apoya consignas
y habla inglés correctamente. Conoce la
correspondencia exacta de las cosas. No vive ajena
a la correlación ventajosa entre el pensar,
el decir y el actuar, que funcionan para ella
como tres islas aisladas entre sí. Comparte
la visión del alegre velorio, pero prefiere
guardar la alegría para cuando ésta
no le estorbe. Contribuye a cerrar puertas y ventanas,
y aspira a resolverlo todo en familia.
Entre las dos caras de esta esperanza se mueve
la oposición interna al régimen
de Fidel Castro. En las atmósferas climatizadas
y los espacios limpios de una y en los ambientes
de olores dulzones y miserias rampantes de la
otra. A medio camino entre Cerro y Nuevo Vedado,
entre Centro Habana y Miramar.
A despecho de un discurso nacionalista y la afirmación
a ultranza de valores patrios, el régimen
de Fidel Castro devastó el sentimiento
nacional en un amplio sector poblacional integrado
por jóvenes.
Estos jóvenes rechazaron los presupuestos
de la nación cubana por identificarlos
de forma automática con los propósitos
de la cúpula gobernante. Este rechazo toma
cuerpo en el plan de vida de estas personas, orientado
a la emigración. La certeza de que no dispondrán
de un empleo decoroso y de medios para hacer una
vida independiente, desemboca en altos índices
de divorcios y una alta tasa de abortos.
Según datos del Centro de Estudios de
Población y Desarrollo, de la Oficina Nacional
de Estadísticas, con una tasa de reproducción
de un 0,77% por mujer, el promedio de mujeres
cubanas que completan su vida fértil dejando
una hija que la reemplace como reproductora, no
llega a una siquiera. Las parejas jóvenes
prefieren posponer la descendencia hasta el momento
en que mejore su condición existencial
o hasta que se consiga emigrar.
Maniobrando con sumo tacto, la oposición
interna ha ganado espacio. Con un discurso directo
y de fácil acceso van consiguiendo paso
a paso que las mayorías la identifiquen
con sus más caras aspiraciones. Pero queda
mucho por recorrer.
El régimen se atrinchera en una postura
intransigente de irrespeto al derecho o la información
libre y sin censuras. Los burócratas del
departamento ideológico del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba crean continuamente
nuevas trabas a este derecho. Desde las interferencias
radio-electrónicas, hasta las intervenciones
en el ámbito hogareño para confiscar
antenas satelitales, y más recientemente,
disposiciones dirigidas a cerrar las grietas desde
donde internautas clandestinos acceden a Internet.
Esto, unido a la presencia en cada barrio de
disidentes, cuya mera existencia atenta contra
la existencia de un modelo político basado
en la unanimidad y la compulsión represiva
política-ideológica, les pone en
crisis permanente.
A pesar de esto, la oposición interna
no ha logrado una capacidad de convocatoria que
llene las expectativas, y no se ha logrado detener
el desapego de las grandes masas por los valores
patrios tradicionales.
Emigrar a los Estados Unidos y la muerte de Fidel
Castro son las opciones predilectas en Cuba. Si
existiera la posibilidad de un referendo para
decidir entre soberanía o anexión
al coloso norteño, la nación cubana
independiente perecería sin penas ni glorias.
Esta es la cosecha de más de cuatro décadas
de castrismo, y éste es su crimen sin perdón
de la historia. cnet/47
|