PRENSA INTERNACIONAL
Diciembre 30, 2004
 

Segundo mandato de Bush augura un nuevo período de tensiones Washington-La Habana

Por Raquel Martori. Diario ABC Color, Uruguay, 29 de diciembre de 2004.

LA HABANA, 28 (EFE). La reelección del republicano George W. Bush en la presidencia de EE.UU. augura un nuevo período de tensiones entre Washington y La Habana, cuando atraviesan por uno de los momentos más conflictivos de sus enrevesadas relaciones.

Los gobiernos de ambos países, que viven una enconada y casi permanente controversia política -con breves lapsos de tregua- desde que la revolución encabezada por Fidel Castro llegó al poder en 1959, encaran otra etapa de diferencias en el nuevo año que se avecina.

El más reciente episodio de la controversia bilateral ha tenido como origen unos adornos navideños colocados en el jardín de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana, que incluyen un cartel luminoso con el número 75, que alude a la cifra de opositores condenados a penas de prisión en la primavera de 2003 en la isla.

La Habana lo ha considerado "una provocación" y "una ignominia", y desde el 17 de diciembre la réplica ha sido una avalancha de vallas, pancartas, murales, carteles, telas y dibujos elaborados por caricaturistas, artistas plásticos y hasta niños, colocados en los alrededores de la sede diplomática estadounidense.

Algunas de las vallas reproducen imágenes de abusos de soldados estadounidenses a prisioneros iraquíes en cárceles como la de Abu Ghraib, acompañadas de esvásticas nazis.

Cuba y EE.UU. estrenaron el 2004 con un clima de tensión agravado por un intercambio de descalificaciones, en el que La Habana acusó a Washington de ceder a "presiones" del sector más radical de la comunidad cubana residente en Miami al suspender la ronda de conversaciones migratorias prevista.

En 1994 y 1995, Cuba y EE.UU., que no tienen relaciones desde 1961, firmaron uno de los pocos acuerdos a que han llegado en más de 40 años de desavenencias, para poner fin a una oleada de inmigrantes ilegales, cuyo cumplimiento revisaban en dos rondas migratorias anuales.

En mayo, la decisión de la Casa Blanca de aprobar un paquete de medidas restrictivas con la pretensión de reforzar el cerco económico contra la isla y acelerar un cambio político en su régimen comunista contribuyó a avivar el fuego cruzado entre los vecinos enemistados.

Las medidas que Washington comenzó a aplicar el 30 de junio limitan los viajes de los cubanos residentes en EE.UU. y los envíos de paquetes y remesas familiares, entre otros aspectos, y obedecen a un plan presentado a Bush por una comisión especial creada para elaborarlo.

Washington también autorizó más apoyo financiero y político para la disidencia interna y la transmisión de las señales de Radio y TV "Martí" desde aviones estadounidenses en aguas internacionales.

El plan norteamericano fue interpretado por La Habana como una nueva agresión para "golpear" la economía nacional y un endurecimiento del "bloqueo" unilateral impuesto por EE.UU. desde hace más de 40 años a la isla.

Las medidas no tardaron en crear una nueva crisis en las difíciles relaciones bilaterales y fueron respondidas por el régimen de Castro con multitudinarias movilizaciones y subidas de entre el 10 y el 20 por ciento de los precios en las tiendas de divisas.
En EE.UU. residen más de un millón de cubanos, en su mayoría en Miami (Florida), que envían a sus familiares en la isla entre 800 y mil millones de dólares anuales, según cálculos extraoficiales.

El endurecimiento de la política de EE.UU. hacia Cuba contrasta con el apoyo rotundo que consiguió la isla en la Asamblea General de Naciones Unidas, que aprobó con un apoyo masivo una resolución cubana contra el embargo de EE.UU., decretado en 1960.

Cuba cifra en más de 79.000 millones de dólares los daños económicos ocasionados por el embargo y las leyes extraterritoriales Torricelli y Helms-Burton, promulgadas en 1992 y 1996, respectivamente, para reforzarlo.

Sin embargo, el enfrentamiento político no ha impedido que los agricultores y ganaderos estadounidenses amplíen la brecha abierta en el embargo desde diciembre del 2001, cuando Washington autorizó la venta de productos agropecuarios a la isla, tras el paso del huracán "Michelle".

Desde entonces, las compras cubanas -pagadas al contado- de firmas y compañías estadounidenses ascienden a 4,1 millones de toneladas de productos agrícolas por valor de 1.048 millones de dólares, según datos de la empresa importadora de la isla "Alimport".

© Reservados todos los derechos de Propiedad Intelectual.

 

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